Con ocasión del III Congreso Mediterráneo de Yoga, que se celebró en Valencia a principios de febrero, entrevistamos a Cosmin lancu, profesor de yoga y yogui limpio de corazón que dejó todo, incluida su profesión de arquitecto, por el Yoga.
Rumano de nacimiento, canadiense de adopción, Cosmin tuvo su primer contacto con el yoga hace mas de 20 años, en un país y en una época en la que todo lo relacionado con la espiritualidad estaba prohibido. Durante su juventud practicó artes marciales y meditación, buscando su camino, su dharma. Durante los últimos cinco años se ha dedicado completamente a su práctica diaria de yoga, dejando su profesión de arquitecto a favor del crecimiento personal.
Estudió varios estilos de yoga con profesores reconocidos y en 2011 encontró a su maestro, Bhooma Chaitanya en Dharamsala, India. Ha participado en la Barcelona Yoga Conference 2012 y 2013 como asistente de Bhooma y en el Primer y el Segundo Congreso Mediterráneo de Yoga en 2013 y 2014. Autodidacta y apasionado por la práctica de Ashtanga Vinyasa, Cosmin tuvo la oportunidad de estudiar y formarse con Sri Manju Pattabhi Jois, el hijo de Sri K. Pattabhi Jois, profundizando en la práctica.
Hasta el momento Cosmin se dedica a la enseñanza de los estilos clásicos de Yoga, Hatha Raja o Ashtanga Vinyasa, compartiendo talleres y organizando sadhanas y ofreciendo todo sus esfuerzos por el beneficio de todos los seres.
¿Cuál es tu estilo de yoga, la práctica que más te interesa?
Para mí no hay estilos de yoga; los estilos son algo relacionado con los estilos mentales. Hay una práctica de yoga, y el sentido de la práctica es devoción hacia Dios. Una vez que empezamos a practicar yoga, la mente se va hacia lo Divino, eso es el Yoga. Puedo practicar Ashtanga yoga, Hatha yoga, pero eso es para diferenciar la práctica física. Lo que me da la práctica es la unión con Dios.
¿Cómo encontraste tú al yoga, o cómo te encontró el yoga a ti?
Antes tenía problemas con las drogas y el alcohol, y por casualidad di con el Yoga. La verdad es que me aportó mucho esta época oscura en mi vida pues gracias a ello pude encontrar una conexión con algo que está más allá de lo que podemos ver, tocar o sentir. Ademas, tuve la suerte de tener en mi familia un yogui, una persona por la que siento mucho respeto y que me ha ayudado encontrar un camino fuera de la oscuridad.
¿Qué te gustó de España y de Valencia?
He vivido en Canadá muchos años y quería vivir en algún lugar que hiciera calor, como España. De Valencia me gusta el clima, el mar y el sol, en una palabra, el Mediterráneo. Ya llevo aquí cinco años.
.¿Qué opinas de la enseñanza del yoga en la actualidad?
Hay mucha crítica hoy en día en relación con el Yoga. Yo no quiero hacer ninguna crítica, sólo decir que lo que cuenta es practicar.
Hay un yoga para cada persona, unos más físicos, otros más esotéricos, y cada cual lo entiende como puede. Yo creo que es muy importante buscar una comunión con el Universo, con Aquello, con Dios o como queramos denominarlo. Una vez que tienes la intención de encontrar algo en el yoga, ya estás en el buen camino.
Un yogui inspirador
Dice Cosmin de sí mismo en su web Living Yoga (que recomendamos visitar):
«El primer contacto que tuve con el Yoga fue durante mi infancia, cuando un médico me receto Asana y Pranayama como ayuda para mis problemas de asma. Mis padres pidieron prestado un libro clandestinamente bajo un régimen político en el que cualquier práctica espiritual era considerada un delito. Esta fue la forma en que inicié mi viaje espiritual.
Me formé en la India, en la tradición Sivananda y después de años de practica y varias formaciones encontré mi equilibrio interior durante la practica de Ashtanga Vinyasa. Influido por las enseñanzas de Mircea Eliade, Ramana Maharshi y Jiddu Krishanmurti, sigo profundizando mi entendimiento sobre el Yoga cada día, estudiando varios estilos con distintos maestros y practicando mi Sadhana diaria hasta encontrar la Liberación, la Autorrealización Suprema. Me gusta explorar las profundidades de la mente y los límites del cuerpo, usar el Yoga como una herramienta práctica que nos ayuda a transcender nuestros egos y redescubrir nuestra identidad real, nuestro verdadero Yo.
Encuentro la inspiración en la intensidad de las artes marciales; en las palabras de los sabios; en la austeridad de los Sadhus; en la concentración y la determinación de los Yoguis; en la complejidad de la Naturaleza y en la imprevisibilidad de nuestras vidas diarias.
Me gusta inspirar a las personas que encuentro para que sean conscientes de su verdadero potencial y vayan mas allá de sus limites físicos o mentales, para que se percaten de que el Yoga no es solo apto para personas especiales con habilidades especiales y para que comprendan que el Yoga comienza en la esterilla pero se extiende mas allá hasta impregnar cada momento de nuestra existencia.
Emprenda el viaje».