Pau Castellsagué es, con sus hermanos Isis y Wari, organizador de la Barcelona Yoga Conference, un gran evento que concibieron «joven, fresco, innovador», con un montón de estilos de yoga diferentes y mucha fuerza y corazón. Para Pau lo importante es «la comunidad, compartir, estar juntos, abrazarse». Regresar a la práctica desde lo más profundo: el amor.
Nos encontramos con Pau en un paréntesis entre su ir y venir por la Barcelona Yoga Conference. Él es, junto con su hermanos Isis y Wari, el organizador de esta celebración de yoga que en tres años ya se ha convertido en una de las mayores de Europa. “Cinco días completos de yoga, música y baile”, 20 estilos de yoga diferentes, más de 50 profesores y artistas reconocidos a nivel internacional, 60 personas trabajando (empleados y voluntarios), más de 25 stands y más de 600 participantes provenientes de los cinco continentes.
¿Cómo ha ido este año la BYC, que se celebró del 4 al 8 de julio?
Pues muy bien, estamos felices de que la visión que teníamos por fin se materializa. En 2010 fue cuando dijimos, venga, vamos a crear un evento que ponga a Barcelona el mapa mundial del yoga. Tenemos una gran suerte de que Barcelona sea un gran reclamo a nivel mundial. Yo voy viajando por el mundo y preguntando: ¿queréis venir a Barcelona? Y todo el mudo se entusiasma. Ha venido gente de los cinco continentes, de Japón, Corea, India, Canadá… Y este año muchos de Estados Unidos, que es donde hay más yoga comercial del mundo. Y mucha gente de Europa. Estamos contentos de que esto finalmente va a explotar.
Pau empezó a estudiar yoga con Soma, de la escuela Witryh, en las montañas de Navarra. Dirige junto a sus hermanos la escuela OmShanti en Granollers. Es profesor de yoga certificado por la escuela Sivananda, en Kerala, India. Profesor de Acroyoga certificado por los fundadores Jason & Jenny, California. Terapeuta certificado de Thai Massage con Hironori Ikeda, Terapeuta y asistente de Thai Yoga Massage en la Sunshine Network. Certificado en Yoga perinatal por Birthlight. Pasa la mayor parte de su tiempo viajando por el mundo como profesor internacional de Acroyoga.
Entonces, ¿el propósito cuando creasteis la BYC fue promover Barcelona a través del yoga?
Somos tres hermanos, y primero Wari, luego Isis y finalmente yo, empezamos a practicar yoga. Y nos cambió la vida. Poco a poco -en algunos casos drásticamente- dejamos nuestras profesiones o las readaptamos al mundo del yoga. Y este cambio que surgió en nosotros es como que teníamos que compartirlo. La gente que practica yoga y siente esta paz interior, este despertar en el sendero, sientes que lo quieres compartir.
Hemos estado involucrados con varias federaciones, algunos eventos que nos han entrenado en este campo. Y esto nos empujó a crear la Barcelona Yoga Conference en nuestra ciudad.
El primer objetivo es promover el yoga, divulgarlo, que la gente venga y compartir. Luego también está la voluntad y la belleza de traer a la gente a tu casa, que la gente del mundo venga a Barcelona. Y esto ha derivado en que una vez al año nos encontramos muchas personas que somos familia del corazón, gente a la que quizás no veríamos durante todo el año y nos encontramos aquí.
Tú estás por ahí todo el año, ¿no? Viajas muchísimo…
Sí, con Acroyoga y cursos de masaje tailandés. La vida me ha llevado a viajar mucho, no sé por qué exactamente. Los cursos fuera de España se me llenan más fácilmente y aquí como que cuesta un poquito más. Pero, bueno, viajo por el mundo y divulgo la BYC y lo que hacemos en este encuentro. Por ejemplo, este año me propuse ir a capitales europeas donde nunca había estado. Fui a Liubliana, en Eslovenia, y ha venido un grupo de 12 personas; estuve en Bratislava, Eslovaquia, y han venido 15 personas de allí. Voy viajando por el mundo dando mis cursos y a la vez plantando la semilla de la Barcelona Yoga Conference. Al principio tenía que explicar qué era la BYC; ahora la gente ya lo conoce.
Hay un circuito de congresos internacionales de yoga. ¿Os fijasteis en ese modelo para organizar el vuestro?
Pues sí, yo creo que es el boom de los últimos cinco años, en que aparece esa necesidad de los yoguis de reunirnos y compartir el yoga en un festival concentrado durante unos días. Empezó en Estados Unidos, que son un poco los pioneros. Por ejemplo, el que organiza la revista americana Yoga Journal es el más grande, y está la Yoga Conference Germany , en Colonia, que fue la primera a nivel europeo y que celebrará su 10º aniversario en el 2014.
Fui a varios de estos festivales, también fui a Bali, donde se celebra el Bali Spirit Festival. Hemos ido viendo y tomando cositas de cada uno de ellos. En el de Berlín lo hacen junto a un lago y es totalmente exterior. Las Yoga Journal Conferences se celebran siempre en hoteles. Nosotros tenemos un híbrido; el colegio Sagrat Cor es una manzana entera (en el barrio alto de Sarriá) propiedad de las monjas. El yoga y la religión no siempre han casado bien, de hecho algunos religiosos lo critican, pero en este caso las monjas nos han abierto las puertas y me consta que el año pasado les gustó mucho la vibración que sintieron. Ellas están en clausura, pero sintieron que este trabajo era bueno. En este multiespacio podemos ofrecer yoga de calidad a mucha gente y no estamos en un hotel, que da un poco de bajón. En cambio aquí, estás en la ciudad pero se escuchan los pájaros, hay muchos árboles, se respira paz.
¿No barajasteis la idea de dar a conocer cómo es el yoga en Cataluña y en España, y a los profesores españoles?
La verdad es que no hemos tenido esa voluntad.Queremos ser inclusivos y que cada año haya profesores catalanes y del resto de España, y a la vez queremos traer frescura desde todos los rincones del mundo. Heeki Park, por ejemplo, que es coreana, y nos preguntamos: a ver, ¿qué tiene que ofrecer Heeki? No sabemos si el yoga en España es un bebé que está creciendo o si hay que curarlo o despabilarlo. Lo que está claro es que estamos un poco atrás comparado con el centro de Europa y con otros países, como que vamos un poco a remolque.
La idea de este evento es hacer algo nuevo. Hay muchos eventos preciosos que reúnen profesores nacionales, pero nuestro objetivo era romper con esto y darle un toque más joven, fresco, innovador. Es bonito el estudio del yoga desde la mente, pero aquí venimos a practicar el yoga que se hace en este planeta, sin límites.Gente que no hablaba una palabra de inglés el primer año, este año te dice que no necesita traductor. Es un evento trilingüe.
Debe de ser un esfuerzo extraordinario organizar tantas actividades simultáneas como las que organizáis durante esos cinco días.
Sí, es una movida, y siempre hay algún fuego que apagar, y si no te falla un traductor, te falla un profesor o un alumno… Siempre puede haber algo que se desencaja, pero con la experiencia del primer año hicimos kilómetros, y vamos ajustando y delegando. En realidad son seis sesiones diferentes, más Aeroyoga continuado.
Queremos organizar un evento profesional con profesores que no vienen gratis. El objetivo no es simplemente reunimos y practicar; es reunirnos e investigar el sendero del yoga. Por ejemplo, si yo eres practicante y quieres empezar en septiembre una formación de profesores, te vienes en julio a la Barcelona Yoga Conference y pruebas Kundalini Yoga, Ashtanga, Anusara, Sivananda, Vinyasa, Rocket o este otro del que te han dicho no sé qué. Puedes probar todos los estilos en tres días y en septiembre ya sabrás qué elegir. Y no sólo vas a probar una clase de Sivananda Yoga, si no que la vas a probar con Gopala, que lleva tres o cuatro décadas practicando y que conoció a Vishnudevananda.
En este sentido, Patrick Broome es uno de los maestro senior de Jivamukti Yoga y ha estado estudiando con Sharon Gannon y David y Life. Y si quieres probar Acroyoga resulta que puedes practicar con Jason Nemer, que es el fundador. Buscamos esa calidad. Esto es para practicantes que ya conocen el yoga, que ya están “enganchados” y lo valoran como para pagar 200 euros.Pero hay mucha gente que se pregunta: ¿por qué voy a pagar por practicar yoga si lo dan gratis en el parque de mi pueblo? Pues estos también tienen cabida. Este año podemos decir que una persona puede venir a la Barcelona Yoga Conference sin gastar un euro y practicar de seis de la mañana a ocho de la noche. Gratis no podrá elegir sesiones, pero tiene una opción: una charla, una práctica, un concierto, un workshop más bhakti, y al final del día habrá pasado una jornada empapado de yoga y en un ambiente muy saludable y muy rico, y gratis.
¿Qué opinas sobre la evolución del yoga en general? Parece que en España y en Europa estamos más aferrados al yoga tradicional, mientras en otros lugares del mundo hay más una adaptación a los nuevos tiempos.
Al principio el yoga se transmitía en gurukula, de maestro a discípulo, y había un discípulo o dos, que tardaban 24 años en estar preparados. En los últimos 30 años ha habido una eclosión en el yoga mundial y se ha fusionado, refusionado y mezclado. Ayer me decían unos yoguis: tienes que invitar a estos que hacen Afroyoga, que mezclan el yoga con la danza africana. Pues qué belleza poder practicar danza africana con esa espiritualidad o con esa conciencia del yoga.
Es cierto que en España estamos más anclados al yoga más clásico, lo cual tiene también su belleza, su brillo. Y es cierto que en Estados Unidos ya no se sabe con qué más fusionarlo; buscas yoga con cualquier otra palabra y aparece una web. Mi visión -y este evento es lo que se intenta transmitir- es: vale, vamos a experimentar en todas las líneas pero siempre regresando a lo que es importante, que es la comunidad, compartir, estar juntos, abrazarse. El amor. ¿Regresar al yoga clásico? Quizás no haga falta, pero sí regresar a la práctica desde el centro, desde lo más profundo.
Organizar este evento no digo que sea fácil, pero cualquiera podría hacerlo. Envías mails, convences a este o al otro… Cualquier empresa lo podría organizar logísticamente mejor que nosotros. Pero hay una energía conjunta que se va creando, y no solo Wari, Isis, yo, sino también mi familia, los karma yoguis, los amigos y luego todo el grupo de gente que va creciendo. Yo lo que veo en esta conferencia es que hay mucho amor, muchos abrazos, un ambiente muy bello. Y eso es lo que yo creo que necesita hoy el planeta. Necesita este yoga compartido, y ya no tanto el del ermitaño que practicaba yoga en la montaña. Necesita que el yoga venga a la ciudad y que todo el mundo pueda practicar.
Y voy viendo cómo a través de este evento hay mucha gente que se va transformando, proveedores que tenemos, gente que colabora con nosotros que son externos al mundo del yoga y que terminan respirando yoga y conectando con ese algo más profundo que hay más allá de la mente y el cuerpo. No somos sólo lo que pensamos y nuestra mente, y no somos sólo un cuerpo. Hay algo más, y eso es lo que la gente puede venir aquí a descubrir.
Cada año siento mucho agradecimiento por la gente que se vuelca. Wari, Isis y yo sentimos que tenemos mucha ayuda, de la que se ve y de la que no se ve. Es muy bonito ver cómo la gente apoya el proyecto y lo comparte con todo el mundo y viene con amigos. Eso te da mucha alegría. Porque estamos trabajando en esto todo el año; hay profesores que no nos dan fechas hasta 2016.