La postura sobre la cabeza resulta magnífica para incrementar la capacidad cerebral y mantener el corazón sano. La prepararemos con la Media Postura sobre la Cabeza o Sirshasana. Seguimos el texto del libro Sivananda Yoga. Guía para principiantes. Ejecuta: Raúl Torres, profesor de la Escuela Internacional de Yoga. Fotos: Thor Castro.
1. Arrodillado en la esterilla, inclínate hacia delante, envuelve con cada mano su codo contrario y baja los brazos hasta el suelo. La distancia entre los codos deberá corresponderse aproximadamente con el ancho de tus hombros.
2. Manteniendo los codos donde están, desplaza las manos hacia delante y entrelaza los dedos. De esta manera crearás una firme base triangular con los codos y las manos, que equilibrará el peso corporal sobre los tres vértices de la figura. Afirma mentalmente” Mis brazos son mis piernas” para ayudarte a mantener la mayor cantidad del peso sobre esta especie de “trípode”.
3. Apoya el extremo superior de la cabeza sobre la esterilla, mientras las manos sujetan con firmeza su parte posterior.
4. Apoya los dedos de los pies y eleva el cuerpo manteniendo la cadera en el aire y las piernas rectas. Camina presionando los codos y las manos con firmeza contra la esterilla.
5. Con las piernas estiradas, avanza con tus pies en dirección a la cabeza, hasta que la espalda quede lo más estirada posible. Continúa presionando el peso corporal sobre el trípode de apoyo que has creado con los brazos. Luego, baja las rodillas al suelo y relájate en la Postura del Niño durante algunas respiraciones. Recuerda, en cualquier caso, que solo debes seguir adelante cuando te sientas completamente seguro con los primeros cinco pasos. No importa cuánto tiempo te lleve. No hay prisa.
6. Cuando te sientas preparado para seguir adelante, flexiona las piernas y lentamente despega los pies del suelo. No intentes “saltar” o dar una “patadita”, ni tampoco trates de estirar las piernas, ya que podrías perder el equilibrio al hacerlo y caer de espaldas. Limítate a inclinar la pelvis lentamente hacia atrás hasta que encuentres el punto de equilibrio en el tercio inferior de la espalda. En esta posición, el peso de tus piernas flexionadas, queda equilibrado por el peso de tu cadera y nalgas . Vuelca la mayor cantidad posible de peso sobre tus antebrazos y tus manos, respira rítmicamente y mantén la asana durante un máximo de un minuto. Luego baja de forma muy gradual en el orden contrario al empleado al ascender: primero apoya los pies en el suelo, aléjalos del cuerpo mediante algunos pasos y lentamente lleva las rodillas hacia el suelo.
7. Permanece unos instantes en la postura del Niño.
Sishasana
Una vez que consigas equilibrar tu cuerpo con seguridad en la Media Postura sobre la Cabeza, puedes llevar a cabo la postura completa.
1. Manteniendo la cadera firmemente en su sitio en la Media Postura sobre la Cabeza, lentamente eleva las rodillas hasta que apunten hacia arriba. Céntrate en el equilibrio del tercio inferior de la espalda, de tal forma que el cuerpo no caiga hacia delante ni hacia atrás. Mantén el peso sobre el trípode de brazos y manos. Respira rítmicamente, continúa con las rodillas flexionadas y procura no arquear la espalda.
2. Una vez te sientas estable, poco a poco comienza a elevar los pies hasta que las piernas que den en posición recta y todo el cuero forme una línea lo más vertical posible. Respira rítmicamente y mantén la asana durante un máximo de un minuto, Mientras lo haces, visualiza que las arterias de la cabeza se dilatan para reducir la presión en la zona y hacer la postura más confortable. Para salir, lentamente flexiona las rodillas y baja los pies hasta el suelo.
3. Descansa en la Postura del Niño durante unos instantes.
Beneficios
- Enriquece el suministro de sangre oxigenada al cerebro, incrementando en gran medida la memoria y la concentración.
- Fortalece el latido cardiaco debido a que incrementa el retorno venoso hacia el corazón.
- Alivia cualquier presión existente en el tercio inferior de la espalda.
Contraindicaciones
- Hipertensión.
- Glaucoma, desprendimiento de retina.
- Infecciones que afecten a la cabeza (oído, resfriados).
- Lesiones en el cuello.
- Menstruación y embarazo.