¿Alguna vez te has encontrado atrapado en patrones de pensamiento recurrentes o negativos que frenan tus expectativas? ¿Crees que hagas lo que hagas siempre tienes que esperar lo peor, aunque te gustaría obtener lo mejor? ¿Alguna vez has pensado o dicho: “No creo que pueda hacer este trabajo, o tengo dudo de que pueda sacar adelante esta relación»? Por Koncha Pinós-Pey para Espacio MIMIND.
Esta es una forma de pensar común que creemos que es muy difícil cambiar, incluso después de que hayamos decidido finalmente cambiarla. Básicamente porque las raíces de los pensamientos negativos más las expectativas negativas proyectadas tienden a reproducirse y multiplicarse como un virus en el cerebro.
La buena noticia es que podemos transmutar los patrones de pensamientos negativos en positivos mediante el mindfulness, para lo que se requiere un poco de método, paciencia y persistencia. Solo tenemos que hacer un esfuerzo consciente por un corto periodo de tiempo para poder llegar a observar los procesos de pensamientos negativos, aceptarlos y poder introducir poco a poco pensamientos positivos que empiezan a tomar el relevo.
4 formas sencillas de comenzar el esfuerzo consciente de observar la mente
1) Desarrolla conciencia plena de ti mismo, reconociendo cuándo surgen las expectativas y pensamientos negativos.
Uno de los problemas más graves de los pensamientos negativos es que a menudo se forman por debajo de nuestro nivel de conciencia. Estamos tan acostumbrados a ellos que no somos conscientes de poder vivir de otro modo. Para cambiar los circuitos de la negatividad, tenemos que desarrollar un supranivel de conciencia del sí mismo. Una buena manera es comenzar mediante la realización de un chequeo sencillo varias veces al día. Presta atención primero a cómo te sientes. ¿Te siente positivo y contento? Entonces es un indicador de que en tu cerebro has estado formulando sinapsis positivas. Pero si te sientes irritable, pesimista o estresado, es que te estás centrando más en los pensamientos negativos- consciente o inconscientemente.
2) Dialoga y cambia los pensamientos negativos.
Lo creas o no es bastante fácil desafiar a la mente, y cambiar los patrones de pensamientos negativo así como las expectativas destructivas, requiere cariño y atención. Por ejemplo, si sientes que dudas de tu capacidad de acabar un trabajo a tiempo es posible que necesites fomentar un “diálogo constructivo” interno. Por ejemplo, puedes decirte: “Esta bien así, sé que estoy preocupado en este momento, pero en realidad estoy haciendo todo lo que puedo. Soy fuerte, soy inteligente y soy compasivo. Estoy definitivamente capacitado para terminar este trabajo a tiempo. Solo tengo que enfocarme en lo mejor de mí, y todo irá bien”.
Aunque tus condiciones y circunstancias no hayan cambiado, tu actitud sin duda tiene que ser dialogante y compasiva, empezando a pensar y sentir de manera más amable. No podemos evitar el dolor, pero si nuestra percepción del sufrir.
3) Practica diariamente.
A la vez que estas cambiando los pensamientos negativos e introduciendo hábitos saludables, has de continuar con un trabajo diario para desarrollar una mente sana, limpia y no tóxica. Cada día cuando te despiertes, con confianza en la vida medita sobre lo fantástico que es vivir, sobre todo lo bueno que hay en ti, y sobre lo increíble que es estar “atento y vivo”. Las tres razones especificas para la realización de un cambio asertivo otorgarán a tu día a día la fuerza para alinear tu mente con tu corazón.
4) Cambia tu percepción, cambia tu realidad.
Cuando te encuentres con obstáculos y problemas, no los evites… ámalos. Trata de verlos como una tremenda oportunidad para aprender, crecer y fortalecer tu percepción general de ti mismo y de tus capacidades. Qué felicidad de problema, qué alegría de solución. La percepción es el 99% del juego de la mente ilusoria. Si simplemente trabajas en el 1% restante, te podrá el resto. Pero si comienzas a trabajar sobre el 99% que te resulta difícil, comenzarán a florecer las neuronas espejo y abrirán líneas de solución maravillosas en tu mente.