Inauguramos una nueva sección cuyo objetivo es profundizar en las técnicas, recursos y enseñanzas del Yoga. Estará a cargo de los expertos de la Escuela Internacional de Yoga, uno de los centros de formación de profesores más prestigiosos de España. (En la foto de Thor Castro, Paquita Villalba con María Ovando)
Con frecuencia los españoles mostramos ciertos complejos cuando pensamos que todo lo que se hace en Estados Unidos o Europa es mejor que lo propio. ¿Cómo está España en cuanto a calidad en la enseñanza y formación de yoga? ¿Están justificados estos complejos?
Mayte Criado, fundadora de la Escuela Internacional de Yoga, conoce bien la respuesta. Ella es formadora de profesores de yoga certificada por la Yoga Alliance, delegada en España de The World Community of Indian Culture and Tradicional Disciplines, miembro de la junta directiva de la Federación Europea de Yoga y presidenta de la Federación Española de Yoga Profesional.
“A veces nos inclinamos a pensar que un profesor que viene de Estados Unidos a impartir un taller de yoga es la bomba -comenta Mayte Criado-, simplemente porque no es de aquí y habla inglés. Pero tenemos que saber que en España tenemos formadores de yoga de primer nivel, con muchas cosas que aportar”.
Largo camino de aprendizajes
Mayte Criado siguió un largo camino de aprendizajes hasta fundar la Escuela Internacional de Yoga. Hace casi 25 empezó a practicar yoga, proveniente del estudio de otras tradiciones espirituales como budismo, tantrismo, sufismo, hinduismo. “Pero descubrí que el yoga era el camino para mi vida y mi crecimiento. Un camino en el que no se deja nunca de aprender; siempre se es alumno y principiante, en el camino de la vida”.
Explica Mayte que cada vivencia y aprendizaje en ese camino de 25 años ha ido conformando su momento presente y su sadhana actual, que define como “una visión abierta y receptiva que genera un trabajo íntimo y continuo de integración”.
Ese proceso de integración de vivencias y conocimientos que van encajando, incorporándose e iluminando la naturaleza auténtica de cada persona es la pieza clave que ha inspirado el método formador de Mayte Criado en la Escuela Internacional de Yoga.
El yoga y los cambios
La formación de profesores de la Escuela Internacional de Yoga cumple ahora diez años. Sus fundamentos pedagógicos pueden ser calificados de innovadores, y seguro constituyen la clave del éxito de la Escuela, en la que se han formado ya más de mil profesores.
“Por un lado, la Escuela se mueve en el más exquisito respeto a la tradición -explica Mayte-, al legado monumental que hemos heredado todos los seres humanos tras varios siglos de yoga y enseñanzas de los grandes maestros. Pero también nos caracteriza una visión evolucionista, abierta, integradora”.
¿En qué consiste esa ‘evolución’? “Hay aspectos del yoga que están contextualizados hace siglos. Pensamos que hay esencias en las enseñanzas que son perpetuas y seguirán siendo las mismas por más siglos que pasen, pero también hay herramientas y propuestas del propio yoga que no sirven para los tiempos actuales ni para determinados sectores que acceden hoy al yoga”. Como ejemplo cita Mayte a la mujer, cuyo acceso al yoga se puede datar tan solo cinco o seis décadas atrás, en comparación con 40 0 50 siglos de historia masculina del yoga. “Ese acceso de la mujer debe hacer que el yoga evolucione y se transforme en expresiones que están claras algunas y otras habremos de ir descubriendo”.
Otro factor propio de nuestros tiempos es la práctica del yoga por razones terapéuticas. “El yoga -recuerda Mayte- fue creado para gente sana, y fue así prácticamente hasta el siglo XX, cuando acceden a él personas con disminuciones funcionales. Esto se tiene que adecuar, y se está haciendo casi de manera natural, pero debería de ser abordado ya de una manera consciente”.
Otra tradición que ha cambiado es la gurukula, la transmisión de las enseñanzas del yoga de gurú a discípulo. “El acceso que hoy tenemos al legado del yoga es amplio, variado, casi inagotable, y por lo tanto es hoy bastante difícil que ahora una persona necesite a otra persona de forma exclusiva, concreta y definitiva para que le señale el camino, le abra las puertas y le proporcione referencias que sirvan para su vida -explica Mayte Criado-. Puede darse, pero hoy ya resulta minoritario. Lo normal es que uno acceda a diferentes maestros, a diferentes escuelas, a diferentes caminos de pensamiento dentro del yoga”.
Primera clave: Integración
El resultado de esa evolución lleva a la integración como filosofía de la formación en yoga. “Lo que nos toca a los yoguis de nuestros tiempos es una labor de integración y quizás de síntesis, a pesar de que soy consciente de que puede haber casos de personas que prefieran un solo gurú o una sola escuela o manera de pensar. Respetamos en profundidad a cada practicante y escuela, pero pensamos que el yoga ha evolucionado y estamos dispuestos a aceptar ese cambio y a situarnos desde otro lugar desde donde mirarlo”.
La Escuela Internacional de Yoga se caracteriza por no tener ningún gurú ni linaje de referencia. “Esto es algo que no se acepta hoy día con facilidad en el mundo del yoga -comenta Mayte-. Nuestro linaje es el yoga, y por supuesto que bebemos de las fuentes de numerosos maestros y diferentes propuestas que el yoga nos ha venido dando a lo largo de la historia”.
“Permanentemente estamos inmersos en la labor de evolucionar, de integrar, de trascender y, por lo tanto, de sintetizar. No hacemos un popurrí. No mezclamos; integramos. Son dos conceptos completamente diferentes. Integrar significa incluir, pero desde el criterio, desde el sentido común y desde la experimentación, la vivencia y la comprensión”.
Segunda clave: Potenciar tu naturaleza
Se trata de que el alumno conserve su propia personalidad; ese es un objetivo primordial de la Escuela Internacional de Yoga. “Queremos que el alumno no tenga que prescindir de su bagaje ni olvidar lo que ya ha aprendido. Lo que hacemos en la Escuela es integrar lo que ya es, su experiencia, lo que trae, con lo nuevo que va a indagar, reflexionar, practicar y aprender”.
Eso consigue que, al final de la formación, el alumno tenga su propia personalidad como instructor o profesor de yoga. “Es decir, la Escuela no hace clones. Si tomas clases de dos de nuestros alumnos, te parecerá que se han formado en escuelas diferentes. Este era un objetivo que yo siempre tuve cuando concebí la filosofía de la Escuela: potenciar que cada uno tenga su estilo de transmitir, sus criterios, sus afinidades”, declara Mayte Criado.
Tercera clave: Facilitar la vivencia
¿Qué valor hay que dar a lo experiencial en la formación? ¿Es más importante adquirir conocimientos y técnicas profundas o vivir y experimentar el yoga?
“El yoga es vivencia, sin lugar a dudas. Es cierto que tener conocimientos, reflexionar sobre diferentes propuestas o formas de pensar de grandes maestros o filósofos ayuda mucho a enriquecer esta vivencia. Esto es otra clave que identifican a nuestra formación. No puede ser que yo incorpore algo en mí que no he comprendido, con mi cabeza pero sobre todo con mis células, con mi cuerpo y con mi mente. El yoga es el arte de vivir, y eso se tiene que ir revelando dentro de ti”.
Una buena formación de profesores de yoga debe llevar a mirarte, a indagar en ti mismo, en relación a los demás, al propio entorno, al mundo. Si no te vale para eso, no te vale para nada. “Porque es desde ahí -razona Mayte- desde donde tú posteriormente podrás transmitir a los demás y compartir aquello que has vivido tú y experimentado tú”.
Cuarta clave: Despertar la sensibilidad
Una buena formación de profesores debería facilitar conocimientos y vivencias de la máxima calidad. “La vivencia es fundamental, y en este sentido los conocimientos deberían llevar a la comprensión, pues a través de ella se crea sensibilidad. Y a través de la sensibilidad se accede al autoconocimiento. Así la experiencia se convierta en algo que forma parte de ti mismo y te acompaña.”
¿Por qué es tan decisiva la sensibilidad para que el yoga pueda dar todos sus frutos? Mayte Criado explica las fases del maravilloso proceso que te proporciona la práctica y la formación en yoga:
- Con la práctica de yoga se crea una cierta memoria sensorial en el cuerpo, y esa memoria te va dando mucha información sobre ti mismo a todos los niveles. Es la inteligencia del cuerpo la que ya empieza a despertar.
- Cuando surge la inteligencia del cuerpo, se abren las puertas para que la sensibilidad se dé. Entonces eres sensible a cualquier movimiento y todo el cuerpo empieza a funcionar como un todo. La orquesta comienza a emitir músicas entonadas y armónicas.
- Cuando hay sensibilidad, el cuerpo, la mente y el espíritu trabajan como un todo, fundamentalmente el cuerpo. Cuando mueves un brazo, ya lo mueves en relación con todo el cuerpo. Y esto hace que la mente se armonice también con el movimiento. Y a partir de ahí todo tu ser va consiguiendo esa unidad.
- Entonces entras en el territorio de la conciencia, lo que se llama en yoga la ‘expansión de la conciencia’, la capacidad de permanecer en el presente con todo tu ser.
De este modo, surge, se expresa y florece el auténtico yoga.