La maestria de la ley universal del karma (2)

2024-12-02

El karma es la ignorancia a comprender, porque es la irrealidad que gobierna todo lo gobernable. La ley del karma, de la causa y el efecto, es la ley del universo/Dios/vida. Comprender su funcionamiento resulta fundamental para crearnos una mejor vida presente y futuras y, finalmente, para liberarnos de todo karma. Escribe David Rodrigo.

maestria

(Ver 1ª parte del artículo aquí)

Funcionamiento del karma

 La ley del karma es expuesta aquí de forma sencilla, completa y clara:

1) Todo es karma.

Todo sucede por el karma, fuera –en tu vida, en los otros, en el mundo– y dentro de tu mente (creencias, tendencias, motivaciones, decisiones, emociones, pensamientos, miedo). El karma es la ley universal.

Todo cuanto percibes, interpretas, piensas, sientes, comunicas, haces, experimentas es karma, impresiones mentales que, si son repetitivas (incluso con formas diferentes, pero con una tendencia, base, creencia, motivación similar, constante), se convierten en hábitos y forjan a fuego tu personalidad, y si son nuevas pero fuertes, intensas y continuadas, te transforman completamente.

No es «es que yo soy así», sino «es que ahora estoy así». Y estás así porque así te estás creando constantemente, con cada creencia, emoción, pensamiento, deseo, decisión, miedo, acción, experiencias. Eres tu propio creador; créate bien.

2) Karma es acción y resultado, causa y efecto.

Una cosa (causa) que lleva a otra (efecto). Toda acción tiene un resultado. Karma puede ser bueno, malo, regular o indiferente. El karma ‘acción’ se hace con la mente-corazón (pensamiento, sentimiento), el habla y la acción física.

Un karma ‘acción’ tiene un karma ‘resultado’ –tu experiencia– del mismo signo. Una acción buena (de paz, claridad, virtud, bondad, amor…) da lugar a una buena experiencia (paz, claridad, virtud, bondad, felicidad, amor…); una acción mala (de oscuridad, egoísmo, violencia, odio, maldad…) da lugar a una mala experiencia (de oscuridad, estancamiento, vicio, sufrimiento, violencia, odio, maldad…). Y la mayoría de las acciones son mezclas en distintos grados de bien y mal y crean experiencias igualmente mezcladas, de felicidad y sufrimiento, luz y oscuridad.

3) El resultado de una acción se puede experimentar inmediatamente, a medio o largo plazo.

Es sólo cuestión de tiempo, pero el resultado del karma se experimenta seguro, siempre que uno se encuentre –por su identificación por la ignorancia de nacimiento con un individuo separado, con el ego– en el círculo de nacimiento y muerte, que es gestionado por tu propio karma para ti.

4) El experimentador del karma –de una acción cualquiera– es el hacedor, quien ha llevado a cabo ese mismo karma.

Yo, al identificarme con el hacedor –el ego– hago algo y, consecuentemente, yo experimento el resultado de esa acción. Pero puedo experimentarlo inmediatamente y, por tanto, puede ser evidente su causa, aquella acción que conlleva este efecto, esta experiencia; o puedo experimentarlo más tarde en mi vida o en otra vida futura –inmediata a esta o no– y, por tanto, no recordar –al tener otro cerebro y situaciones– la causa (el karma, mi acción) de esta experiencia (karma) que estoy viviendo ahora.

5) Karma relacional.

Los individuos estamos relacionados con muchos otros individuos –presentes y pasados, materiales y sutiles– que, al igual que nuestro propio cuerpo-mente y situaciones vitales, son para nosotros instrumentos para experimentar nuestro karma e, idealmente, extraer aprendizajes y crecer hacia el conocimiento de niveles más profundos de uno mismo y de la vida. A la vez que los otros seres experimentan su karma con ellos mismos, con nosotros y demás situaciones vitales. Es decir, estamos relacionados con nuestro cuerpo-mente (consciente y subconsciente, esta última, activa y latente) e interrelacionados con otros seres como medio para experimentar nuestro karma, y, a la vez, nunca dejamos de hacer karma nuevo.

No podemos escoger en esta vida nuestros padres, etc. pero sí otras relaciones. Tendríamos que poder observar un tiempo a alguien, sin que lo sepa, para ver si realmente nos gusta y tratar de ver las posibilidades de que de ahí se construya un amor o amistad inspiradores, antes de dejarnos arrastrar por el impulso de la atracción, la emoción o la carencia y enlazar nuestros karmas con otras personas.

5) Karma social.   

Y también hay karma social, colectivo, de tu sociedad, de tu tiempo, de tu espacio, que hay que aceptar –porque éste no depende tanto de ti–, y ver cómo adaptarte de la mejor manera posible sin perder tu objetivo vital, con la flexibilidad del agua en movimiento, tranquila y decidida del río que se encuentra una roca, la esquiva y sigue su curso y, a la vez, va transformando la roca, poco a poco o súbitamente.

6) El karma se quema al experimentarse.

Y mientras no se experimente, el karma espera en tu mente subconsciente –activa o latente–, como una semilla, su momento de fructificación en forma de tus experiencias de placer, dolor, etc., según sea un karma bueno, malo, etc.

Por tanto, al atravesar sucesos dolorosos, aunque no se busca así consuelo, entiende que al menos quemas con la experiencia ese mal karma tuyo particular pero, sobre todo, te trae una necesidad de pararte, replantearte y lograr aprendizaje para seguir creciendo en el conocimiento de todos los niveles de uno mismo y de la vida.

7) Sólo hay una forma de quemar todo el karma de golpe: el conocimiento de tu verdadero Ser.

Quien experimenta el karma es quien hace el karma –bueno, malo, regular o indiferente–; es decir, tu ego, tú identificado con un individuo diferenciado. Esa identificación limitante de ti mismo se quema en el fuego del Conocimiento de tu verdadero Ser, pura Consciencia, Existencia, Felicidad, sin diferenciación y, por tanto, sin karma.

Tu ser, en realidad, no está limitado por el karma ni por nada: ni por espacio –aquí y no allí, en este cuerpo–, tiempo –nacimiento, muerte; pasado, presente, futuro– ni causalidad (causa-efecto, karma).

Al negar completamente la ignorancia de nacimiento, tu identificación con tu ego –tu individuo diferenciado, la idea de «yo soy esto, esto es mío, yo soy quien actúa»– con el conocimiento del Ser, que se autoconoce y autoexiste, realizas que siempre has sido libre y puro por naturaleza, nunca has estado sometido al karma.

Por tanto, la única forma de quemar todo el karma –acumulado en infinidad de vidas anteriores en tu mente subconsciente latente– y de dejar de hacer karma aún habitando feliz en este cuerpo-mente es quemando su causa, la ignorancia de quién eres tú en realidad. Y la ignorancia del ser se quema con su contrario, con el conocimiento directo del ser.

8) Tu vida es parcialmente efecto del destino y de tu libre elección, tu libre albedrío.

Tu vida –tanto la actual como futuras– está parcialmente determinada por tus propias acciones ‘karma’ en vidas anteriores y la creas parcialmente tú ahora con tu voluntad y tu acción –de pensamiento, emoción, palabra y acción física– en esta vida actual.

Si tienes un deseo poderoso que motiva e impulsa una parte importante de tus acciones presentes (físicas, de palabra y de pensamiento y emoción), ese karma, por su intensidad, se pone por encima de tus experiencias en la vida presente que vienen de karma de vidas pasadas. No significa que dejes de experimentar tu destino –el karma de vidas pasadas fructificado dando lugar a tu nacimiento actual–, pero sí que este destino determinado por tu acción en vidas anteriores cobra menos importancia en tu vida actual al vivir la intensidad, determinación y concentración en tu karma nuevo generado con un deseo poderoso, sea del signo que sea, bueno, malo o regular.

(Próxima entrega semanal: La maestría del karma)

David Rodrigo, maestro tradicional de Advaita Vedanta, Yoga Sutras y Meditación, que transmite la luz, el amor y el poder de esta sabiduría universal como filosofía de vida, experimental y práctica.
Estudió y practicó tradicionalmente en Rishikesh, India (2008-14), donde empezó a transmitir. Cofundador en España de la Escuela de la Vida Plena, un viaje de autoconocimiento de la plenitud y la armonía de tu Yo Real y de la Vida.

Cursos abiertos (online y presencial):
1) La Canción de tu Ser Completo – Bhagavad Gita en profundidad. Más info AQUI
2) La Meditación Completa – En silencio y en acción, conocimiento y acompañamiento. Más info AQUÍ
3) Liberación – Mandukya Upanishad. Más info AQUÍ

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