El Metal es uno de los elementos de base de la medicina china y sus disciplinas derivadas (MTC, shiatsu, feng shui, tai chi, chi kung…). Para un practicante de yoga puede ser complejo comprenderlo, ya que no equivale a un único elemento de India, sino que integra cualidades de varios. En dos artículos profundizaremos en aspectos sutiles y mentales del Metal, y daremos claves para equilibrarlo al practicar yoga. Escribe Helena Chacón.
Metal es el movimiento de energía que se forma cuando desde un nivel equilibrado de yin y yang (elemento Tierra), el yin asciende con respecto al yang. Esto lo observamos en la naturaleza con los días más cortos (más oscuridad), descenso de la temperatura, mayor necesidad de recogimiento, etc.
El término chino para designar Metal es 金 jīn, traducido literalmente como “oro”, aunque en términos generales se entiende como cualquier elemento de la naturaleza cuyas cualidades son brillantes, frío, duro, maleable y cortante. Estas cualidades nos da pistas para entender la naturaleza de este elemento, que generará personas con tendencias críticas, perfeccionistas, introspectivas, etc. Pero no nos adelantemos…
Esfera emocional–mental
La influencia de los elementos en medicina china se produce desde lo físico a lo sutil. La esfera emocional-mental de cada uno de ellos, se aloja en su órgano yin correspondiente, y en concreto la de Metal se aloja en Pulmón y es conocida como PO 魄, Alma Corpórea. En este artículo nos centraremos en alguna de sus cualidades que definen ciertos rasgos de personalidad y cómo podemos armonizarlo con tips y pautas prácticas.
PO, El Alma corpórea
Aún recuerdo cuando escuché el término “PO” por primera vez en la escuela de Medicina Tradicional China. No llegué a entender realmente lo que quería decir ni sus implicaciones. Espero en estas líneas que tu comprensión sea mejor que la mía.
PO es la parte de la psique que está indisolublemente unida al cuerpo. Es decir, es la “somatización” o el “anima”. Esto quiere decir, que a diferencia de los aspectos sutiles de Madera y Fuego que vuelan al Cielo cuando el cuerpo muere, Po se queda atado al cuerpo y le acompaña en su camino de desintegración, viajando al “inframundo” y volviendo al ciclo de los elementos desde la Tierra, tal y como lo hacen los metales en la naturaleza.
En nuestro día a día estamos continuamente sometidos a estímulos mentales movidos por la energética del elemento Madera que genera imaginación, creatividad, planificación, visión, etc. Este elemento necesita una respuesta por su órgano complementario, el Metal, que se encargará de interiorizar y manifestar las impresiones que llegan y se producen en la psique. Pero la comunicación y relación armoniosa entre ambos elementos no siempre es la adecuada y podemos manifestar desequilibrios.
En la gráfica de arriba puedes ver un modo de relacionar los elementos que nos ayuda a comprender esto.
- El par Agua–Fuego se encarga de conectarnos a Tierra y Cielo como son los ancestros o nuestro espíritu.
- El par Madera–Metal se encarga de nuestra vida terrenal y social.
- El Elemento Tierra se encarga de mantener todo unido, centrado y conectado.
En nuestra vida, tanto el eje vertical como el horizontal han de estar en un equilibrio dinámico. Considerando el eje horizontal al que influye el Elemento Metal necesitamos que se establezca una danza con el elemento Madera que puede estar en equilibrio o desequilibrio:
→Equilibrio: Somos capaces de expresar a través del cuerpo lo que sentimos y nuestros movimientos son armónicos y suaves ya que el Metal se funde y se hace maleable. Sentimos que tenemos un “contenedor” valioso que es nuestro cuerpo que habita plenamente en el mundo. PO nos permite:
- Completar tareas e implicarnos con fortaleza en nuestro mundo.
- Sentir un lugar seguro en el mundo.
- Expresar y sentir con el cuerpo.
→Desequilibrio: Se rompe la relación con el estímulo y la respuesta corporal queda bloqueada, enterrada, congelada en el inconsciente somático produciendo:
- Reacciones incontrolables.
- Sensación de que algo anda mal.
- Vivir en un mundo de fantasías e ideas sin utilidad.
- Síntomas psicosomáticos sin razón aparente.
Sanación, trauma y equilibrio del Metal
En yoga llamamos samskaras a las memorias corporales y mentales de experiencias no resueltas, creencias, traumas, etc. PO es lo que se encarga de generarlas cuando hay desequilibrio y ruptura entre la oscilación Madera–Metal, produciendo disociación y memorias inconscientes. Ante un desencadenante que haga “aflorar” la memoria, el sistema nervioso autónomo, responderá con una respuesta instintiva e incontrolable.
El estudio actual del Trauma nos habla de la importancia de técnicas de “abajo” a “arriba”, lo que supone, por ejemplo, trabajar con el cuerpo y la respiración. Estas técnicas permiten equilibrar nuestro elemento Metal llevando la conciencia a regiones olvidadas, “iluminando” las sombras que se alojan en lo más profundo de nuestra mente y cuerpo.
Para ello debemos iniciar un camino de introspección, de mirada y cuidado interno que nos permita reconocer nuestros “sombras” para “soltarlas” y dejarlas “morir”. Este proceso de Muerte y Resurrección es lo que representa los caracteres que forman la palabra PO:
El carácter GUI significa “Alma Errante” o dicho de otro modo “Fantasma”. En la Medicina China Chamánica, este término era muy utilizado para describir el origen de algunas enfermedades consideradas “posesiones” procedente sobre todo de nuestros antepasados. Esta idea perduró durante siglos. A día de hoy, con el nacimiento de la Medicina Tradicional China en el siglo XX y con una visión más “occidentalizada”, se usa este término para aquellas partes de nuestra psique que nos atormentan, nos restan vitalidad y que no están conectadas con las esencias nutritivas de la vida. En definitiva, son nuestros propios “fantasmas” internos, “demonios”, “sombras” o “traumas”. Como dato curioso, observa cómo es precisamente a mediados de otoño cuando las distintas tradiciones como Halloween, Todos los Santos, Día de los Muertos, procedentes de Samhain celebran la disolución del velo entre el mundo material y espiritual.
Dicho de otro modo, y desde la visión que estamos exponiendo aquí, es en estos días de frío otoñal cuando el trabajo con nuestros fantasmas y sombras toma más valor y fuerza para ser iniciado. Es el momento de realizar una mirada introspectiva, honrar nuestras sombras, reconocerlas y comenzar a soltar patrones automatizados y creencias obsoletas. Pero… ¿cómo lo hacemos?
Pues aquí la clave está en el segundo carácter del término PO, que se traduce como BAI y que significa “Blanco”. Su simbología es la de un amanecer, siendo el palito superior un rayo del sol matutino. Aquí es donde se manifiesta ese lado yang del Metal. Su capacidad de transformar y aportar “calor” al frío metal para hacerlo dúctil y maleable. Este aspecto es la capacidad que todos tenemos de llevar “consciencia” al inconsciente, de aportar luz a las sombras, de soltar aquello antiguo y transformarnos en un ser más lleno de luz que avanza su propio camino dejando atrás, aquellas experiencias, personas o creencias que ya no sirven para sumergirse en la tierra, transformarse y volver al ciclo de la vida.
Este es el motivo por el que las ceremonias tradicionales que honran la “muerte” en esta época siempre van acompañadas de velas, luz y cierto tipo de “alegría” contagiosa. Es el modo de celebrar que la muerte de una parte de nosotros inservible da lugar a la resurrección de un ser más evolucionado y pleno gracias a la transformación alquímica que aporta el Metal.
(La parte de práctica física de este artículo, el próximo lunes)
Helena Chacón, PhD, Formadora y Profesora de Yoga con Certificado Oficial y Terapeuta de Medicina China. Creadora de la Metodología TCMYoga® HY www.tcmyoga.org
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