Subtítulo: La travesía psicoespiritual de un ladrón. Este es un libro diferente. Un libro sobre el proceso de transformación del ego. Un tratado psicomágico sobre el dinero, el sufrimiento y las inhibiciones a la prosperidad. Una visita al universo creativo de los Jodorowsky. Edita: La Llave. PVP: 24€
El ego y el oro es una memoria de vida que nos brinda incalculables pistas sobre la relación entre el alma, el ego y la conciencia. La escritura de Cristóbal es oceánica y tormentosa, llena de tesoros que prefirió compartir en estas páginas antes de que se perdieran con el último aliento de su poética vida.
Pocas vidas han sido tan excepcionales como la de Cristóbal Jorodowsky Trumblay (Ciudad de México, 1965-2022). Psicochamán, psicomago, poeta, tarólogo, pintor, escritor, cineasta, creador teatral y, ante todo, ser humano con un caudaloso camino terapéutico, artístico y espiritual a sus espaldas, dio talleres en numerosos países, formó a cientos de alumnos y ayudó a miles de personas.
Desde niño recibió lecciones de curanderos, espiritistas y chamanes como la célebre curandera mexicana Pachita. Se formó con sanadores en México, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Indonesia, Filipinas, e India, ampliando las técnicas terapéuticas del psicochamanismo y creando el psicorritual. Durante más de veinte años trabajó como asistente de su padre, Alejandro Jodorowsky, junto a quien realizó un intenso trabajo de sanación genealógica.
Cuando Cristóbal ingresa en una prisión chilena para saldar una antigua deuda con la justicia, su memoria lo transporta al pequeño Axel, cuya educación artística no impidió que se convirtiera en un consumado ladrón. Cristóbal y Axel vivirán su propio viaje del héroe, ya que en realidad son la misma persona: el protagonista de una confesión arrolladora, llena de humor y ternura. Armado con un insólito arsenal de Tarot, psicomagia, teatro y chamanismo, el autor se enfrenta a sus demonios y aprende a bailar incluso con el más aterrador de todos ellos: su propio padre.
Cristóbal Jodorowsky tuvo una infancia rica en traumas y decidió investigarlos. Su extraordinaria vida lo llevó a encarnar como nadie el arquetipo de Quirón, el sanador herido que, al buscar su propia curación, acaba ofreciéndosela al mundo.