El Yoga Nidra hace que los circuitos nerviosos en los hemisferios opuestos del cerebro operen de manera simultánea, lo cual no es lo habitual. De esta forma se establece un nuevo circuito neuronal que incorpora simultáneamente dos estados de percepción previamente irreconciliables. Con la práctica repetida, este nuevo circuito se vuelve una respuesta consolidada. Escribe Jorge Santos.
Se ha demostrado que la estimulación eléctrica de partes específicas del hipotálamo, el sistema límbico y la región de la amígdala del cerebro, despiertan respuestas emocionales específicas, como la ira, la agresividad y el miedo. Para la mayoría de las personas estos sentimientos negativos son más difíciles de controlar que las emociones positivas como el amor, la alegría, la seguridad y el placer. Sin embargo, en el Yoga Nidra avanzado, a las practicantes se les solicita que se sometan voluntariamente a esas emociones amenazantes y que al mismo tiempo mantengan el estado de relajación profunda y la “conciencia testigo” de todo este proceso.
Esta práctica hace que los circuitos nerviosos en los hemisferios opuestos del cerebro operen de manera simultánea los cuales, en circunstancias normales, nunca operan al mismo tiempo. De esta forma se establece un nuevo circuito neuronal que incorpora simultáneamente dos estados de percepción previamente irreconciliables.
Con la práctica repetida, este nuevo circuito se vuelve una respuesta consolidada, lo cual habilita al practicante para ir gradualmente más allá del ámbito de los sufrimientos humanos convencionales que se originan en el apego y la aversión a la dualidad de las experiencias de la vida. A nivel psicológico, el resultado de esta experiencia es una visión desapegada de la vida y madurez de la personalidad. El Yoga Nidra desarrolla así un control de las reacciones emocionales y de las respuestas autónomas. Este avance evolutivo se refleja en nuestra vida diaria como un aumento de la conciencia perceptiva, mayor control emocional y un destino cada vez más consciente.
Yoga Nidra y la actitud testigo
La visualización de símbolos e imágenes se debe realizar de manera desapegada, como si uno estuviera viendo una película. Solo hay que permanecer consciente de las imágenes. No hay que tratar de analizarlas ni involucrarse en ellas juzgándolas. Cuando las imágenes se miran objetivamente, se desactiva el ego de forma temporal. Deja de identificarse con los gustos o los rechazos que refuerzan su naturaleza individual. Por lo tanto, ya no reprime material que está en conflicto con sus ideas preconcebidas ni tampoco capta de manera selectiva el material que refuerza sus opiniones y prejuicios. En la mente consciente surgen ideas o deseos irracionales que cuando se miran desde la objetividad desaparecen o se integran en la conciencia.
Como resultado, la energía que antes se utilizaba en reprimir estos elementos del inconsciente se puede dirigir hacia otras actividades útiles. Con el tiempo se obtiene un mayor entendimiento de la propia naturaleza y se reduces los conflictos entre la mente consciente y la inconsciente.
Si quieres saber más sobre esta maravillosa técnica, mira en el enlace de abajo.
Jorge Santos es profesor de Padmashala Yoga.
Formación Presencial de Yoga Nidra Tradicional (Certificada Europeam Yoga Alliance).
Contacto: T 677 345 679 / info@padmashalaescueladeyoga.com
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