Uno de mis maestros de Qi Gong o Chi Kung decía que la energía se movía como las olas y que para poder notarla debíamos prestar atención plena y sentir como un viento suave corría en nuestras manos al hacer la práctica. Por Josep María Gasset para Espacio MIMIND.
Efectivamente el Qi o Chi, la energía vital, se mueve como olas, como un pulso que podemos detectar cuando hacemos el diagnóstico de los pulsos en Medicina China, Tibetana o en el Ayurveda. Así podemos saber cómo está la energía de nuestros órganos internos y cómo fluye a través de los diferentes meridianos o canales de energía que recorren nuestro cuerpo.
Con el Qi Gong, nosotros vamos a tonificar estos meridianos de acupuntura y desbloquearemos puntos que estén atascados o anudados, y se liberarán los órganos asociados y los complementarios.
Hay muchas formas de Qi Gong y diferentes escuelas. Lo más importante es la práctica y la buena motivación y tener un buen instructor que nos enseñe bien. En la práctica podremos observar las series de diferentes posturas en movimiento o estáticas, para llevar el Chi a los diferentes puntos o a nuestro cuerpo en general.
Meditar en movimiento
Cuántas veces hemos visto como en los parques de China hay grupos de gente que hacen movimientos lentos y armónicos. Estos grupos practican Qi Gong o Tai Chi. Ahora cada vez más los vemos por todo el mundo, creando paisajes humanos llenos de belleza y movimiento.
Dentro de las formas de práctica existen los movimientos dinámicos y las posturas estáticas. Suelen denominarse Qi Gong Wei Dan y Nei Dan. En uno movemos la energía a través del movimiento y en el otro movemos la energía a través de la mente y las visualizaciones.
Jung, en su estudio sobre la filosofía taoísta y el I Ching, quedó fascinado por un texto llamado El secreto de la Flor de Oro, donde se explica la forma de meditar en la respiración y como el Qi circula por los meridianos para realizar el trabajo sobre el sí mismo.
Una forma de potenciar la energía vital se consigue recogiendo la energía en los puntos desde donde se distribuye como en grandes depósitos, los Tan Tien.
Así, cuando yo practico con movimiento, primero movilizo mi cuerpo, mis músculos y tendones y por otro lado lleno de energía los meridianos que como vasos comunicantes se alimentan unos a otros.
Los movimientos de Qi Gong a veces imitan los animales, otras veces a la naturaleza y a los elementos, otras se realizan en los diferentes puntos cardinales y en las diferentes direcciones, creando espacios energéticos para regenerarnos.
Estos movimientos, lentos y suaves, hacen que la práctica pueda ser desarrollada por personas de todas las edades. Nutren los músculos y los huesos y esto beneficia enormemente a todas las personas que sufren, a partir de ciertas edades, de las articulaciones y de los huesos. La nutrición de las articulaciones, músculos y huesos se da de forma natural, ya que la energía empieza a fluir por los diferentes meridianos y estos recorren el cuerpo entero y van a parar a los órganos y las vísceras. También nutren el sistema nervioso y especialmente el cerebro.
Equilibrio y armonía
Conseguir la armonía con el movimiento y lograr ser uno con la tierra y con los elementos. Equilibrio y armonía, dos conceptos que Oriente nos enseña. Paisajes equilibrados llenos de belleza y paz profunda que nos nutren. Así, los movimientos suaves y armónicos nutren nuestro cuerpo y nuestro espíritu, potenciando la salud y el bienestar.
En el Qi Gong se consigue una gran atención, ya que los movimientos hacen de las diferentes series y tablas un todo que invita a la concentración y al silencio. Por eso a veces a esta disciplina se le denomina meditación en movimiento.
Si somos capaces de estar concentrados y meditando mientras estamos en movimiento, luego podremos aplicarlo a nuestra vida cotidiana y meditar mientras estamos caminando, comiendo, trabajando, viajando. Aplicar la atención plena a la vida cotidiana nos garantiza una mente libre de angustias y ansiedades y estrés.
La práctica del Qi Gogn estático beneficia nuestros meridianos de acupuntura igualmente. Es muy conocida la postura de abrazar el árbol. De pie abrazamos un tronco imaginario, mientras nuestras piernas están ligeramente flexionadas y los pies tocan la tierra. Nos sentimos como un árbol, enraizados, fuertes, flexibles, llenos de vitalidad, y observamos cómo la energía corre a través nuestro, la energía del cielo y la de la tierra. Todos los elementos están integrados en nosotros: la tierra, el agua, el aire, el fuego. La tierra donde está el árbol, que es alimentado por ella, con el agua, el fuego del sol y el aire. Nos hacemos así uno con la naturaleza y nuestro cuerpo y nuestra mente se convierten en algo extraordinario, único.
Les invito a que sientan cómo fluye la energía haciendo la postura de abrazar el árbol, es una gran experiencia.
Beneficios
Practicando Qi Gong vamos a llenar nuestros centros de energía para tener una buena reserva de ella y utilizarla cuando la necesitemos, en caso de enfermedad o sobresfuerzo. En nuestros tantiens se almacena el Qi y de allí se alimenta a los órganos internos y a las vísceras vivificando nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones.
Cada uno de nuestros órganos está asociado a una emoción y a un elemento. Así, el riñón está asociado al agua y al miedo, y rige los huesos y la médula. El pulmón está asociado al metal y rige la piel, y está asociado a la tristeza. El hígado está asociado a la madera, rige los músculos y está asociado a la rabia y el enojo. El corazón rige el bienestar emocional, el Sheng Qi, desde el elemento fuego, y el estómago rige desde el elemento tierra, las preocupaciones.
A través del Qi Gong, pues, vamos a armonizar nuestra energía vital en nuestro cuerpo y en nuestra mente con el movimiento suave que equilibrará los diferentes elementos y en definitiva el Sheng Qi, la energía del bienestar y el equilibrio emocional.