En mi humanidad tengo muchas cosas que mejorar. Pero soy consciente de quién soy, y eso es una gran diferencia. Puedo adjudicarme practicar autoindagación, guardar espacios de silencio, leer y escuchar a grandes maestras y maestros, exponer mis dudas constantemente, revisar mis sombras, orar con devoción, recibir darshan, participar en retiros de meditación o dedicarme a enseñar yoga. Escribe Ana Perea.
Pero lo que no puedo adjudicarme es el fuego que me ha llevado a hacer todo lo anterior. Considero que es el mismo Dios llamando a mi puerta.
Mi interés por el despertar espiritual se volvió en un momento de mi vida digamos desmedido. Era lo único que verdaderamente me importaba. Pensaba que todo lo demás era egoíco, superficial y secundario. Le di tanta energía y tiempo como pude, y no me arrepiento. Pero ahora me encuentro con una situación algo curiosa. La consciencia de mí misma me da un terreno totalmente trascendente, pero las sombras o patrones subconscientes siguen sin ser del todo iluminados. Es como si el despertar, que inocentemente imaginaba como «el final del camino», fuera un nuevo comienzo, en un terreno más pleno y libre, pero aún con trabajo «personal» que hacer. Qué paradoja, ¿cierto?
Igual te parecen cosas completamente obvias, y es que lo son. Pero cuando el anhelo de unión se mezcla con el querer quitarse cosas humanas de encima, puede que el despertar no sea el camino de rosas que soñábamos. No obstante, es el mejor destino al que podemos dirigirnos. Y siempre será más fácil integrar esas sombras cuando tenemos una buena perspectiva que cuando estamos sumergidas/os en ellas.
Encarnar un personaje no es lo mismo que movernos desde el ego. Si bien cuando nos movemos desde nuestra totalidad o conscientes de ser, no estamos identificadas/os con la sensación de separación que le define. A menudo perseguimos un estado iluminado huyendo de nuestra humanidad y creemos que esa es la vía para alejarnos de nuestro ego. Pero mi descubrimiento es más bien que el ego es parte de Dios, de la existencia total y única. Y en ese contexto se puede decir que el ego se disuelve o incluso que no existe (salvo para el ego mismo).
Pero entonces ¿qué es la liberación?
Desde mi punto de vista es la consciencia de ser en la divinidad, en la totalidad y de ser la totalidad misma, de estar hecha/o de ella. Es la libertad interna de saber que este ser humano es uno más de esta humanidad y que tu misión es cuidarlo, amarlo, con el amor de Dios, con el amor que nace en ti, amar sus imperfecciones, bañarlo en perdón, que no es más que el mismo amor pero en una circunstancia donde la persona se ha apropiado de la culpa o responsabilidad o tristeza por acciones o sucesos.
Pocos seres tienen un acceso directo a la iluminación completa, no digo que no sea posible. Pero muchas personas están despertando hoy día a este reconocimiento de la totalidad y sin embargo aún no se sienten estables en él. Eso les puede traer de cabeza porque pueden estar experimentando alternadamente estados de grandes realizaciones con estados de ser totalmente contraídos y limitados. Pueden entrar y salir de esta realización sin entender muy bien cómo ni porqué.
En mi caso, por ejemplo, antes sentía a menudo que «me había perdido a mí misma» y luego que «me había encontrado en Dios». Ahora mi experiencia se parece más a que lo que yo soy no cambia, y es en ese ser donde navego las experiencias e integro los siguientes aprendizajes humanos. Seguramente haya realizaciones aún mayores y más sutiles que lograr. Y espero mantenerme abierta y humilde para que la evolución continúe en mí hasta donde sea posible. Pero desde donde ahora mismo estoy, me animo a compartir este curso que he llamado El Viaje Vertical y que espero que algunas/os de vosotras/os os animéis a navegar.
En él hablaremos del despertar espiritual y de cómo abrir nuestro horizonte hasta el infinito. También trataremos de la relación entre el trabajo con nuestra sombra y el despertar. Por último compartiremos algunas prácticas para movernos desde nuestra verdad y con la vibración más alta posible (sin que eso signifique hacer un bypass o negar lo que no queremos sentir) en todas las situaciones que se presenten.
Las inscripciones para el trimestre abril-junio están ahora abiertas con dos horarios (jueves por la tarde o sábados por la mañana) y solo 6 plazas por grupo. Más info: https://yogahorabcn.com/mas-alla-de-lo-que-imaginas/
Swarupa, Ana Perea es profesora de yoga y meditación además de licenciada en antropología sociocultural y en ciencias de la información. Encontrarás más información, reflexiones y sus actividades en la web: yogahorabcn.com