Cuando llevamos demasiadas horas sentadas/os, cuando sintamos doloridos la espalda y el cuello, cuando notemos que el estrés nos está sobrepasando, hagamos un alto de cinco minutos y practiquemos esta pequeña secuencia de yoga y estiramientos.
Casi todas tenemos trabajos sedentarios y sufrimos demasiado estrés en nuestro día a día, una situación que nos va desgastando física y mentalmente. Ponle freno parando cinco minutos cada día apara hacer esta pequeña secuencia de yoga y estiramientos preparada por Amalia Panea, profesora de fitness y yoga. “Te ayudará a bajar tu ritmo, a despejarte, a desbloquear y estirar el cuerpo, a liberar tensiones y a recargar tu energía”, dice. “También es perfecta para hacer en la cama al levantarte e incluso en el cuarto de baño si en tu puesto de trabajo no puedes”
Para aumentar el efecto beneficios y placentero de estas asanas, Amalia recomienda inhalar por la nariz y exhalar por nariz o boca cuando vayas a hacer el estiramiento o a entrar en la postura. “Y haz al menos tres respiraciones conscientes por la nariz en cada posición”, añade.
Paso a paso
1. Conecta contigo. Si puedes, descálzate y libera tus pies. Siéntate con la espalda erguida, los pies al ancho de la cadera, la barbilla ligeramente inclinada y el sacro relajado. Frota tus manos y colócalas sobre los ojos. Lleva la atención a tu respiración y siente cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales.
2. Estira los costados. Enlaza las manos, estira los brazos por encima de la cabeza, relaja los hombros y alarga los costados. Estira a un lado y al otro.
3. Estiramiento frontal de cuello. Lleva las manos a la nuca, cierra los codos, inhala y, al exhalar, baja los brazos para estirar la zona cervical.
4. Estiramiento lateral de cuello. Agarra el asiento con una mano y estira el cuello con la otra. Respira suavemente por la nariz.
5. Torsiones. Gira hacia un lado, agárrate al respaldo con una mano y al lateral del asiento con la otra. Alarga la columna inhalando y al exhalar gira. Cambia al otro lado.
6. Apertura de pecho. Agárrate al asiento con ambas manos y déjate caer hacia delante estirando los brazos.
7. Estira la espalda. Agarra el asiento con ambas manos entre las piernas, inhala y, al exhalar, redondea la espalda. Vuelve inhalando, suelta las manos y lleva el tronco hacia las piernas, dejando la espalda, la cabeza y los brazos muertos.
8. Flexión hacia delante. De pie, enlaza las manos por detrás de la espalda y, flexionando un poco las piernas, inclina el tronco hacia abajo. Mantén los hombros lejos de las orejas.
9. Relaja la espalda. Con los pies al ancho de la cadera y las piernas ligeramente flexionadas, coge los codos o los bíceps y deja la espalda y la cabeza muertas. Disfruta de la respiración mientras tus vértebras se separan y baja el flujo sanguíneo a la cabeza. Sube redondo.
10. Alinea la espalda. Colócate frente a la silla con los pies al ancho de la cadera. Apoya las manos en el respaldo o el asiento y alarga la columna desde el sacro a la coronilla. Acerca las escápulas abriendo el pecho y lleva suavemente la barbilla hacia la garganta.
11. Atención en la respiración. Siéntate de nuevo en la silla sin apoyarte en el respaldo, con los hombros relajados y las manos sobre las rodillas o el regazo. Cierra los ojos y lleva tu atención a la respiración, dejando que ésta siga su ritmo natural.
Artículo original visto en Elle