Cuando hablamos de yoga como una práctica física, estamos hablando de hatha-yoga, cuyas propuestas incluyen un tipo de actividad con el cuerpo basada en las famosas posturas y movimientos que a todos/as nos resultan familiares. Tanto que asociamos el yoga con esta parte física caracterizada por ásanas, por ritmos o por la permanencia en ellas. Escribe Mayte Criado.
El yoga en general se promociona por sus beneficios sobre la salud, las emociones, la mente y el bienestar integral, que incluye todos los aspectos de la persona. Son beneficios sobradamente demostrados incluso científicamente. Sin embargo, mientras se habla del yoga en estos términos integrales y a veces trascendentes, la verdad es que se piensa en términos de posturas y, muchas veces, de dinámicas con el cuerpo muy complejas y exigentes.
Cada día se hace más evidente que la práctica física que el yoga propone no es lo que en principio pudiera parecer una simple actividad de bajo impacto. Ya hay muchos estudios que advierten que los practicantes de yoga también pueden ser vulnerables a las lesiones. A menudo, estas lesiones se desarrollan incluso con el tiempo y como resultado de una práctica incorrecta constante.
Algunas cifras resaltan esta alarma:
En 2016, una revista de medicina deportiva publicó un estudio realizado en los servicios de urgencias hospitalarias entre 2001 y 2014. Concluyó que “hubo 29.590 lesiones relacionadas con el yoga”. La zona lumbar fue la de mayor impacto, con un 46,6 % de frecuencia, y los esguinces y las distensiones un 45,0 %. La tasa de lesiones aumentó en general de 2001 a 2014, y fue mayor para los mayores de 65 años (60%) en comparación con los de 18 a 44 años (12%) y de 45 a 64 años (18%) en 2014.
En España, el Servicio de Traumatología del Hospital Quirón Salud, declara que, según sus valoraciones, las lesiones más frecuentes entre los practicantes de yoga tienen que ver con los isquiotibiales, los hombros, las muñecas y el cuello.
Y otra encuesta a 33.000 profesores en 2009 realizada por varias organizaciones estadounidenses como la Yoga Alliance concluyó que las lesiones en la zona lumbar y en las rodillas eran las consecuencias más generalizadas, debido a: una mala técnica, una errónea alineación, una lesión previa, un esfuerzo excesivo y una instrucción incorrecta o inadecuada.
Aunque es evidente que no podemos contabilizar las lesiones provocadas directamente por la práctica del yoga, o mejor dicho, por una mala práctica de yoga, ni tampoco podemos concluir con objetividad algo sobre sus causas, sí podemos hablar sobre este tema que goza de una especie de tupido velo y que podemos intentar “desvelar” con nuestras reflexiones.
¿En verdad el Yoga produce lesiones? ¿Por qué crees que sucede?
Mayte Criado es fundadora y directora de la Escuela Internacional de Yoga.
Pregunta: Y tú, lectora o lector, ¿cuál es tu reflexión, basada en tu experiencia? Publicaremos tu opinión si escribes a info@yogaenred.
Más información: ver AQUÍ el vídeo del ‘Encuentro de Yoga’ que dedicamos a «Seguridad y lesiones en el Yoga»