Una vez que conocemos nuestro dosha y las tendencias con las que nacemos, podemos fácilmente identificar el tipo de yoga que más nos beneficia. Escribe Rodrigo de la Barrera.
“El Yoga al igual que el Ayurveda debería realizarse en armonía con la constitución individual física y psicológica de cada persona. El tipo de asana y meditación que es bueno para una persona puede resultar dañino para otra. Así como debemos comer de forma correcta para nuestro tipo de cuerpo, también debemos hacer ejercicio de forma correcta para nuestro tipo de cuerpo”. ‘Yoga for your type’, de Dr. David Frawley y Sandra Summerfield Rosak
El Yoga y el Ayurveda son ciencias hermanas que vienen de la misma fuente. Son un regalo divino que nos han dejado nuestros antepasados y que han sido de gran ayuda para miles de personas en los tiempos difíciles que vivimos.
Todavía recuerdo la primera vez que navegando por internet me encontré con el vídeo de un maestro de yoga reconocido haciendo unas posturas y transiciones –del que hoy es conocido como Ashtanga yoga– que parecían inhumanas e imposibles de hacer. Quedé tan deslumbrado e inspirado que mi única meta en ese momento fue lograr esas maniobras a toda costa. Con el tiempo, después de practicar con enjundia, de tomar varios cursos, viajes a la India y Estados Unidos, de conocer a todo tipo de maestros, de practicar diferentes estilos de yoga e inclusive intentar hasta casi lograr lo que este personaje había sembrado en mí, me di cuenta que en lugar de sentirme “iluminado” me sentía agotado y sin energía al terminar mi practica cada mañana.
Durante el proceso de querer lograr las posturas más avanzadas, tuve la fortuna de conocer a Maty Ezraty (una de las mejores maestras de yoga), quien además de inspirarme me advirtió de las lesiones y los problemas físicos que podía tener si seguía practicando de esa forma. Ahí fue como, poco a poco, mi afán de querer llevar a mi cuerpo a posiciones que no son naturales perdió fuerza hasta que se desvaneció.
Cuando no es apto para nosotros
En Ayurveda se dice que “cuando estamos fuera del equilibrio, buscamos las cosas que nos llevan hacia más desequilibrio”.
Uno de los tipos de yoga modernos más desequilibrados que hay usa cuartos calientes a más de 40 centígrados de temperatura. Si observamos al fundador de este tipo de yoga con un lente ayurvédico, nos damos cuenta que es una persona desequilibrada con mucho “fuego” que buscaba más y más calor. Como cuenta el documental de Netflix Bikram: Yogi, guru, predator, Bikram se convertía en sus clases en una persona agresiva con sus alumnos, impaciente, irritada y con problemas de autocontrol. Esto es lo opuesto a lo que un maestro de yoga debería de practicar y predicar, y al mismo tiempo, un efecto casi esperable de su estancia prolongada a unas temperaturas excesivas: lo que nos equilibra cuando tenemos mucha irritación, calor y fuego interior, es precisamente lo opuesto, es decir, yoga más tranquilo y sin temperatura alta, actividades que nos relajan y comida y bebidas que nos refrescan por dentro.
Es a partir de estas observaciones que podemos utilizar el Ayurveda para hacer ajustes en nuestra práctica de yoga. Una vez que conocemos nuestro dosha (tipo de cuerpo) y las tendencias con las que nacemos, podemos fácilmente identificar, no solo el tipo de yoga que más nos beneficia sino también las actividades físicas o el ejercicio que hacemos.
Yoga para tu tipo de dosha
“Las clases de yoga deberían de adaptarse a las personas y no las personas a las clases de yoga”.
Practicar un tipo de yoga que en lugar de llevarnos al equilibrio nos causa lo opuesto, puede traer síntomas y enfermedades en el futuro. Es aquí donde Ayurveda nos puede ayudar y guiar hacia un tipo de yoga más apto para cada uno de nosotros dependiendo de nuestro dosha.
En Ayurveda, el concepto de dosha es aquel que nos permite identificar tanto nuestra constitución al nacimiento, como el desequilibrio específico que nos afecta en un momento determinado. Se distingue entre tres tipos de doshas:
–Pitta: las personas Pitta tienden a tener exceso de fuego en su constitución. Son personas determinadas, capaces de darlo todo y más en un proyecto, de lanzarse al 100% en las cosas. Pero por otro lado, en su desequilibrio, tienden a ser sanguíneas, a irritarse con facilidad, a tener celos, agresividad y necesidad de control, a padecer de acné, psoriasis, reflujos o úlceras y otras formas de inflamaciones.
–Vata: las personas con constitución Vata se mueven con y como el viento. Constantemente llenas de ideas, creatividad y constantemente en movimiento, son personas que viajan con la fantasía, y se entusiasman con facilidad. Activos, sensitivos y alegres, les encanta hacer kilómetros (correr, nadar, viajar), y sin embargo de allí surge también su desequilibrio: pueden tender a tener la piel seca, a tener problemas de insomnio, o a padecer estreñimiento. Además, les puede costar dar vida a sus proyectos, empeñadas como están en perseguir su última genial idea.
–Kapha: en las personas Kapha tienden a predominar agua y tierra. Son personas de tendencia tranquila, pacífica, con una predisposición natural hacia el amor y la satisfacción. En su forma de desequilibrio, la tendencia Kapha se expresa en un exceso de sueño y pereza, una dificultad en animarse y dar vida a sus proyectos, y en la tendencia a padecer exceso de peso, asma o congestiones.
Así, la comprensión de nuestro dosha y del desequilibrio específico que estamos experimentando nos puede ayudar a hacer ajuste a nuestra práctica de yoga. Por ejemplo:
Si eres una persona en la que tu dosha predominante es Pitta, quizá el ashtanga, hot yoga, power yoga y todos estos tipos de yoga fuertes e intensos no sean los mejores para ti. Practica yoga más tranquilo y sin esforzarte de más, yoga que baja tu fuego, enfría tu cuerpo y te relaja sin tomártelo tan intensamente. Al practicar hazlo con libertad sin aferrarte a “las posturas que deberías hacer” y no te esfuerces más del 80% de tu capacidad.
Si eres una persona en la que su dosha predominante es Vata, evita movimientos rápidos de Vinyasa flow y todas esas prácticas en las que brincan de postura a postura. Opta por practicar lentamente, sin forzar los movimientos ni la respiración. Haz movimientos gentiles con tu cuerpo y enfócate en la estabilidad de cada postura. Si te sientes agotada, es mejor que practiques yoga restaurativo y siempre incluye relajaciones largas al terminar.
Si eres una persona en la que su dosha predominante es Kapha, ¡no te quedes sin practicar! Opta por prácticas vigorosas que mueven toda la energía de tu cuerpo, que disipan la letargia, posturas que te exigen determinación, movimiento y ¡desafíate a ti misma!
Yoga para las diferentes etapas/fases de la vida
Aceptar las diferentes etapas de la vida y el deterioro que experimenta nuestro cuerpo es una consecuencia natural del ser humano que muchas veces no es bienvenida y tendemos a no aceptar. Aferrarnos a nuestra práctica y querer seguir practicando yoga de la misma forma que lo hacías hace 10, 20 o 30 años, o querer practicar de la misma forma cuando estás embarazada que cuando no lo estabas, es una señal de desequilibrio y de falta de aceptación que puede causar problemas.
Conforme vamos envejeciendo el “jugo de la vida” (conocido en Ayurveda como ojas) con el que nacemos se va agotando y las actividades físicas que requieren mucho esfuerzo deberían disminuir también. Prácticas como la meditación y la contemplación se vuelven más esenciales en etapas avanzadas de la vida.
Yoga asanas para equilibrar los doshas
“La regla general para reducir los doshas a través de la práctica de asanas es evitar que los doshas se acumulen”
A continuación te compartimos una serie de posturas que ayudan a equilibrar cada tipo de dosha y que puedes practicar como secuencia o individualmente:
Pitta:
- Postura del niño (Balasana)
- Gato – vaca (Marjaryasana-Bitilasana)
- Postura de montaña (Tadasana)
- Postura de silla (Utkatasana)
- Flexión hacia el frente parados (Uttanasana)
- Ángulo extendido de lado (Parsvakonasana)
- Ángulo extendido en torsión (Parivrtta Parsvakonasana)
- Cobra (Bhujangasana)
- Saltamontes (Salabhasana)
- Puente (Setu Bandha Sarvangasana)
- Flexión hacia el frente sentados (Pashimottanasana)
- Cadáver (Savasana)
Vata:
- Postura del rayo (Vajrasana)
- Gato – vaca (Marjaryasana-Bitilasana)
- Saludo al sol (Surya Namaskar)
- Postura de montaña (Tadasana)
- Guerrero I (Virabhadrasana I)
- Guerrero II (Virabhadrasana II)
- Ángulo extendido de lado (Parsvakonasana)
- Postura del gran ángulo (Prasarita Padottanasana)
- Árbol (Vrksasana)
- Cobra (Bhujangasana)
- Postura del niño (Balasana)
- Rodillas al pecho (Apanasana
- Torsión con rodillas al pecho (Jathara Parivartanasana)
- Flexión hacia el frente sentados (Pashimottanasana)
- Piernas arriba de la pared (Viparita Karani)
- Cadáver (Savasana)
Kapha:
- Postura de montaña (Tadasana)
- Saludo al sol (Surya Namaskar)
- Postura de silla (Utkatasana)
- Variación de pierna extendida de pie (Utthita Hasta Padangusthasana)
- Guerrero I (Virabhadrasana I)
- Guerrero II (Virabhadrasana II)
- Cobra (Bhujangasana)
- Arco (Dhanurasana)
- Plancha de lado (Vasisthasana)
- Torsión con rodillas al pecho (Jathara Parivartanasana)
- Variación de cadáver con cojín (Savasana)
Ajustar nuestra práctica de yoga utilizando los principios de Ayurveda nos permite sacar más beneficios a nivel físico y mental. Cuando el sistema digestivo y el sistema musculoesquelético funcionan en armonía, la salud que irradiamos se nota a distancia, la piel y los ojos brillan, el cuerpo se mueve con gracia, la mente está tranquila y difícilmente el cuerpo enferma.
Rodrigo de la Barrera. Maestro de yoga con 10 años de experiencia y alumno de Maty Ezraty, fundadora de YogaWorks. Su filosofía se enfoca en poner la atención en cada detalle del cuerpo al momento de practicar.
Junto con su mujer, Rana Haddadin, nutrióloga especializada en Ayurveda, Rodrigo ha fundado Ranayu, un proyecto cuya misión es transmitir el conocimiento de Ayurveda y Yoga de forma práctica, para que las personas aprendan a llevar una vida equilibrada y saludable y en armonía con los ritmos de la naturaleza.
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