«Con este asana me encuentro con lo mas profundo de mi ser, me hace sentir muy presente. La considero mi refugio». Lo dice la profesora Sara Sánchez, de la escuela de yoga Agualuna.
La tortuga con su caparazón inferior simboliza la tierra y nos pone en contacto con ella, de ahí esa tranquilidad y firmeza que nos aporta. Su caparazón superior simboliza el cielo y su cuerpo, la atmósfera. Qué bello equilibrio.
Esta asana masajea los músculos del abdomen, da flexibilidad a las rodillas, a los muslos, a las ingles y a las caderas. Alivia la tensión de la zona lumbar, los hombros y el cuello.
- Siéntate en el suelo con tu espalda recta.
- Despacio, une las plantas de tus pies dejando caer las rodillas hacia fuera y que los músculos de las ingles se abran.
- Ve pasando los brazos por debajo de las pantorrillas.
- Toma aire y al soltar inclinas el tronco hacia adelante redondeando tu espalda. Deja caer la barbilla hacia el pecho. Tus manos y antebrazos reposan en el suelo.
El tiempo que puedes estar manteniendo la asana puede ir desde diez respiraciones hasta unos pocos minutos.
Siente con cada respiración cómo se estira tu espalda se relaja el cuello y disfruta de esa calma.
Sara Sánchez, profesora de Agualuna Yoga.