El sentido del ásana toca la esencia del origen mágico del Yoga. Igual que los arcanos del Tarot, los ásanas cuentan mucho más de lo que muestran. Seguimos presentando los arcanos y su correspondencia con ásanas, a fin reflexionar sobre la geometría sagrada de nuestro cuerpo y su lenguaje oculto. Escribe esta serie, ya publicada en YogenRed, Carmen Viejo.
Palabra clave: “Fortaleza interna”
“Vencer a los demás requiere fuerza. Vencerse a sí mismo requiere fortaleza”. (Tao Te Ching)
El Arcano 11 representa a una mujer dominando a un león. El Tao aconseja llegar al yang a través del yin. Para ello se requiere primero haber dominado el egoísmo. Es el dominio de sí mismo lo que confiere fortaleza interior. Y ésa es la fuerza a la que hace referencia este arcano.
Que sea una mujer quien domina el león quiere decir que ese dominio no se logra por la fuerza bruta. El verdadero líder no necesita imponerse, sino que es respetado y buscado. Él (o ella) no necesita ser líder, sino que sirve a través de su liderazgo.
Gandhi expresó así su doctrina de la resistencia pacífica: “Si yo puedo popularizar la aplicación de la fuerza del espíritu, que no es más que otro nombre de la fuerza del amor, en lugar de la fuerza bruta, estoy seguro de que podré presentar una India que pueda desafiar al mundo” (Autobiografía). Gandhi defendía que el pacifismo era patrimonio de los fuertes. El instinto animal hace brotar la violencia cuando surge el miedo. La debilidad interior hace a las personas violentas y cobardes. La valentía se muestra en Ahimsa, el primer precepto yóguico: la renuncia a la violencia.
Pero el 11 es un número capital y esotérico. Vivido en su nivel más bajo despierta agresividad; en su nivel medio, de perfección humana, aporta dominio de sí mismo; en su nivel superior, de maestría, capacita al iniciado para aplicar las leyes más elevadas a los planos densos, siendo una fuerza benéfica y transmutadora para el mundo. A este respecto, dice el Kybalion: “La iniciación consiste en el sabio empleo de las fuerzas superiores contra las inferiores, escapando así de los dolores de los planos inferiores vibrando en los más elevados”. La fuerza se manifiesta en la positivización y defensa de la cualidad original sobre la falla o error que es su defectuoso reflejo.
Correspondencia en ásanas
Utthita Hasta Padangushthasana es una postura de pie, en equilibrio sobre una pierna, con la otra alzada y extendida en unión al brazo correspondiente, mientras el otro prolonga la vertical en una apertura victoriosa, generando fuerza interna, confianza y equilibrio psíquico. A respecto de ella, dice Manuel Morata: “La mano al pie unidos simbolizan el esfuerzo que realiza el aspirante ofreciendo esos dos instrumentos de acción al servicio de la fuerza creadora y no para fines propios. El brazo elevado es el receptor de dicha fuerza, siendo el practicante el canal por medio del cual se expresa”.
Balini Mudra o “El gesto de la fuerza”, en posición sentada, las piernas flexionadas ligeramente y las plantas de los pies en el suelo, utiliza el giro interior de las muñecas, con las manos entrelazadas, para presionar el suelo tras la espalda y llevar la columna a su máxima extensión. Con la ampliación de la respiración media y alta, esta postura genera un gran dominio de los impulsos y las debilidades mentales.
Simhasana es la “Postura del León” y capacita para liberar la fuerza interna de una manera constructiva. Cuando se conoce el “león” interno, se resiste mejor a la provocación, la reacción o la frustración, manteniéndonos pacíficos aunque asertivos. La palabra sánscrita “simha” significa “león”. La palabra “ahimsa” oculta el léon “simha” desordenando sus letras y añadiéndole el prefijo de negación “a”. El resultado podría traducirse como la cualidad de quien, siendo fuerte en su interior como un león, sin embargo no hace uso de su agresividad por propia voluntad y dirige esta fuerza hacia el dominio personal. Se puede ejecutar de varias formas: una de ellas es en la postura del diamante, con las manos bien abiertas sobre los muslos, realizando el kriya de simha o exhalación por la boca emitiendo el sonido sordo “haaaa”, sacando la lengua al máximo y concentrando la mirada en la punta de la nariz (nasagra mudra).
Al terminar, recogerse en postura de meditación y observar cómo se generado tolerancia, autocontrol y paz.
Se puede cerrar el entrenamiento de La Fuerza con la práctica de Kakasana, “El Cuervo”, postura sobre las dos manos, rodillas apoyadas en los brazos y tronco, cadera, cabeza y pies elevados. La mirada sostenida por delante de las manos lleva a mantener el equilibrio hasta que el esfuerzo queda suspendido. Las posturas de fuerza son muy necesarias para aliviar tensión y ansiedad y generar confianza propia, derivada de la voluntad.
Nota: Estudio y efectos de Utthita Hasta Padangushthasana, Balini Mudra y Kakasana, en páginas 215, 191 y 202 de Yoga. Teoría, práctica y metodología aplicada, y de Simhasana en página 377 de Yoga. Ampliación, ambos de Manuel Morata.
Carmen Viejo. Profesora de Yoga, Licenciada en Ciencias de la Información y titulada por la Yoga Vedanta Academy (Escuela de Sivananda) y por la Asociación Española de Practicantes de Yoga (Escuela Manuel Morata).
Información: carmenviejoheredero@gmail.com es