Me pregunto si puede haber alguien que se considere un yogui o una yoguini y no se preocupe por su comportamiento en el terreno de los valores éticos. Si habrá incluso practicantes asiduos que desconozcan que el yoga es también una ética, o que ni siquiera les preocupen las cuestiones morales o las ignoren olímpicamente. Escribe Pepa Castro.
Me entran esas dudas cuando me sorprenden algunas conductas, y no me refiero solo a aquellas que incumplen los básicos principios morales que nos enseñan a la mayoría ya desde pequeños; me refiero a esa escala de valores morales llamémosla «difusa» o «confusa» que parece perseguir con mayor interés, por ejemplo, la iluminación espiritual o el despertar de poderes psíquicos que la convivencia en fraternidad, o el anhelo de bondad, honestidad, igualdad y solidaridad.
¿Es posible aspirar a planos elevados de consciencia siendo competitivos, envidiosos, maledicentes con nuestros semejantes…? ¿Qué es más beneficioso para mí y para la sociedad a la que pertenecemos todos: desear ser mejor persona, más humana y justa en este plano terrenal de la realidad, o perseguir altas vibraciones, iluminaciones y poderes sobrenaturales?
Yo es que llevo tiempo pensando en que lo de aprender yoga para desarrollar todos nuestros potenciales seguro que debe referirse, en primera instancia, a dar lo mejor de nosotros mismos como personas en esta vida, antes que a experimentar lo trascendente de nuestra naturaleza.
Quizás me equivoco, pero la virtud y la ética humanista no creo que deban darse por sobreentendidas ni considerarse cuestión menor, pues cada día son más necesarias para nuestra convivencia en sociedad. Sabemos bien que no es siempre fácil tomar conciencia del propio ego endiosado, pero sí saber cuándo no elegimos hacer la acción más correcta, en perjuicio del otro.
Sobre todo cuando, como en estos días, vemos lo poco que se celebran los éxitos de compañeros en el mundo del yoga, pero lo mucho que corren algunos para difundir correos desprestigiando a otros.
Ahí lo dejo, por si a ustedes les apetece seguir tratando el tema (ya saben que en Yogaenred siempre encontrarán cancha para exponer sus opiniones).
Pepa Castro es codirectora de YogaenRed.