El yoga de la acción desinteresada; así es como a menudo se define al Karma Yoga. Pues de eso saben mucho los que se dedican a dar lo mejor de sí mismos, de sus conocimientos y de su humanidad para que los demás podamos conservar la salud. Hoy hablamos de lo que los yoguis y yogunis tenemos en común con quienes nos cuidan. Escribe Asun Arrillaga.
Si no tenemos claro qué es el karma yoga, podemos pensar en lo que los sanitarios han hecho, en la práctica, a lo largo de esta pandemia. Estos profesionales, se dice, han actuado movidos por sus compromisos deontológicos o éticos profesionales. En concreto, los médicos y médicas actúan bajo el “juramento hipocrático”: éste es un compromiso que viene de Hipócrates, de la Grecia antigua. Actualmente se ha modificado en la Declaración de Ginebra de 1948. El último texto aprobado en 2017 en Chicago empieza así:
“Como miembro de la profesión médica, prometo solemnemente:
- – Dedicar mi vida al servicio de la humanidad.
- – Velar ante todo por la salud y el bienestar de mis pacientes.
- – Respetar la autonomía y la dignidad de mis pacientes.
- – Velar con el máximo respeto por la vida humana.
- – No permitir que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis pacientes…”
La enfermería también tiene un compromiso similar: la «promesa de Nightingale», un documento de 1893 escrito en honor de la fundadora de la enfermería moderna, Florence Nightingale.
Vamos a ir viendo algunas de las enseñanzas de este sector para el karma yoga:
♥ En relación con el juramento hipocrático, compartimos con ellos el compromiso con el bienestar de los demás. No tenemos un voto hipocrático, pero quizá cada uno de nosotros y nosotras interesados en el karma yoga podríamos poner nuestras propias palabras en la implicación que tomamos en relación con el bienestar del entorno social y medioambiental.
♥ Los sanitarios, en esta situación extrema de pandemia, no han tenido vacaciones, turnos ni descansos apropiados. Después de más de un año ahí siguen con el mismo ritmo. No escatiman esfuerzos, su implicación en la salud de sus enfermos ha sido y es sin parangón.
Desde el karma yoga podemos aprender de su compromiso inextinguible y hacerlo efectivo con aquellas personas y situaciones medioambientales que en nuestro entorno necesiten de nuestra atención y cuidado.
♥ Los sanitarios han estado encontrando energía para atender a las personas que les llegaban necesitadas de ayuda física, emocional, mental y también espiritual. Y día tras día, semana tras semana, mes tras mes, han estado allí. Sin desfallecer de sus compromisos. Nos han demostrado que, ocurra lo que ocurra, ayudar no es una opción, es una necesidad.
El sufrimiento humano es desagradable, el medio ambiente lleno de basuras y arrasado por los incendios por ejemplo, no es simpático de ver… nos hemos acostumbrado a encontrarnos con las dificultades y contemplarlas y no saber cómo hacer, como si no pudiéramos hacer nada. A menudo elegimos mirar hacia otro lado. Pero desde el karma yoga podemos, por el contrario, decir que que sí, que hay un campo de acción desde el cual, desde el mismo yoga, podemos actuar.
♥ Los sanitarios nos cuentan cómo han hecho piña y han tirado para adelante juntos, colectivamente fuertes. Se han unido para poder actuar mejor, para ayudarse unos a otros, para apoyar al compañero cansado y desanimado.
También en el karma yoga es bueno buscar a nuestros compañeros y compañeras de yoga, amigos, vecinos, colegas, personas que con un mismo espíritu viven con nosotros el camino.
♥ Nuestra poquedad nos ha llevado a que, desde hace tiempo, hayamos dejado de aplaudir a los sanitarios. Ahora trabajan sin aplausos ni, a menudo, reconocimiento. A veces lo hacen sabiendo que hay sectores de la sociedad que ni siquiera son conscientes que ellos siguen trabajando en situaciones límites. A pesar de las dificultades, un día detrás de otro, una semana después de otra, un mes detrás de otro, porque es la naturaleza profesional de los sanitarios, y no hay cuestionamiento posible.
Por nuestra parte, en el karma yoga aprendemos de estos profesionales la conducta de ayuda en cualquier ocasión, con o sin reconocimiento. No es nada digno de mención, digno de especial valoración, sencillamente hay que hacerlo y se hace. Los sanitarios nos enseñan algo así como la inevitalibilidad de la conducta de ayuda. Es el equivalente del yoga de la acción desinterasada.
Quizá tenemos cerca una limpiadora, un enfermero, una celadora, un auxiliar, una médica… Es posible que les hayamos visto, que los estemos viendo actuar en estos días, semanas y meses. Puede ser el momento de mirarlos de verdad, ver sus actitudes, sus emociones y conductas concretas. Observémoslos, copiémoslos, son de lo mejor de nuestras gentes. El mejor agradecimiento que podemos tener con ellos es aprender de ellos.
Asun Arrillaga es profesora de yoga.
Autora del libro ‘En tono al yoga’, prologado por Danilo Hernández.
Adquirirlo aquí:
https://www.mandalaediciones.com/terapias-corporales/yoga/en-torno-al-yoga.asp