Con el subtítulo de Una revisión lúcida de los clichés sobre Oriente, esta obra invita a pensar las filosofías indias del Sāṃkhya y el Yoga, adaptándolas a una perspectiva contemporánea. Edita: Kairós. PVP: 18€
Los planteamientos de ambas filosofías son de vital importancia para los practicantes de yoga dado que representan un estudio pormenorizado de la mente humana y de los procesos cognitivos que atraviesa el practicante en su camino de autoconocimiento. Por esta razón, ambos sistemas son aquí estudiados desde disciplinas como la filosofía de la mente y la neurociencia de la meditación.
Con inteligencia, la autora cuestiona el estatuto «clásico» que se concede a los dos textos que analiza (y traduce), las Sāṃkhyakārikā y los Yogasūtra, mostrando la riqueza y heterogeneidad de la filosofía india, cuya historia en ocasiones se ha visto reducida a planteamientos simplistas que no hacen justicia al hervidero de ideas, pensadores y corrientes que la componen. La interpretación postmoderna que realiza la autora pretende contribuir a un debate filosófico sobre los temas que estas filosofías contemplativas nos exhortan a reflexionar y practicar.
La autora
Raquel Ferrández Formoso es investigadora doctoral en el programa de Filosofía en la UNED. Graduada en Filosofía por la Universidad de Santiago de Compostela, realizó estudios de Máster en Filosofía teórica y práctica en la UNED. Es formadora de profesores de yoga en la escuela de yoga Om Shanti.
Unas frases relevantes del libro
• «El Sāṃkhya nos ofrece un mapa de la interioridad mental por el que debemos guiarnos durante el viaje meditativo, desde la experiencia dispersa hasta el aislamiento de la conciencia».
• «El Sāṃkhya no dice que nuestra mente se extienda al mundo, sino que nuestra mente ya es una extensión en sí misma».
• «El objetivo último del yogui pasa por trascender los estándares morales (entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo) a los que nos vemos sujetos durante el proceso de aprendizaje ».
• «El discurso esencialista predominante, en la actualidad, apela constantemente a una tradición ‘pura’ y remota de transmisión yóguica, que parece no haber existido nunca en un escenario
diverso de prácticas, métodos y objetivos que reciben el nombre polivalente de ‘yoga’ ».
• «El Yoga tal y como se practica en nuestros días –vertebrado por una secuencia de posturas físicas, protagonistas de la sādhāna– parece haber sido un producto del siglo xx, ausente en la historia de la India hasta esa fecha».
• «Somos los practicantes los que tenemos la responsabilidad de llevar a buen puerto el legado recibido, de profundizar en sus raíces, y posibilitar que sus frutos arrojen luz sobre nuestro momento actual no solo a nivel individual, sino también social».