Seguramente muchos estáis teletrabajando del todo o en parte (profesores de yoga incluidos). Aunque para muchos trabajar desde casa es algo nuevo que ha llegado con la pandemia, creo que todos somos conscientes de que el teletrabajo seguirá formando parte de nuestras vidas durante un tiempo y muy probablemente se incorporará de alguna forma a nuestro futuro laboral. Escribe Elena Ferraris.
Mucho se ha hablado y escrito sobre la importancia de establecer nuevas reglas para conseguir un nuevo orden internoal que nos obliga trabajar desde casa. Y justamente muchos anhelamos ese orden en tiempos tan inciertos. Reglas básicas como puede ser la de vestirse y no quedarse en pijama –aunque la tentación sea grande–, ya que este gesto sencillo ayudará a marcar el inicio del día.
La mayor parte también somos conscientes de que necesitamos dedicar más tiempo al movimiento: no todos disponemos del espacio adecuado, una silla ergonómica y un escritorio pensado para un trabajo de ocho horas. Es casi inevitable que la postura se resienta y que surjan molestias como dolor de espalda, tensión en el cuello o piernas cansadas.
Hay reglas que cuestan más, como por ejemplo trazar los límites entre vida laboral y vida familiar y privada. Podríamos decir que en varias ocasiones necesitamos un botón de “RESET”: resetear nuestro sistema para limpiar la mente de tanta pantalla, para hacer frente a las imprevistas cuarentenas de nuestros hijos, para convivir con esa ansiedad de fondo que nos acompaña a muchos, para poder irnos a dormir tranquilamente…
¡La práctica de yoga se puede convertir en ese botón RESET!
Muchos pensamos en la práctica como una clase o una sesión de por lo menos 1 hora o 1 hora y media y la primera respuesta que dan muchas personas es: «No tengo tiempo…».
Yo siempre digo que el yoga se adapta a las personas, no las personas al yoga. Así que por qué no adaptar el yoga también en esta ocasión… ¿Tenemos solamente 10 minutos para practicar? Pues bienvenidos sean esos 10 minutos; siempre van a ser mejor que nada. Y si además nos comprometemos a una práctica de 10 minutos, 4 días a la semana, establecemos una declaración de intenciones y un compromiso importante. Tengo que admitir que hace años habría pensado que una práctica diaria de 10 minutos era algo como un chiste… Qué equivocada estaba…
¿Por qué fracasan tantos intentos de crear una rutina? Es muy probable que a veces empecemos poniéndonos metas demasiado altas, sin embargo es mucho mejor empezar con algo realista. Por ejemplo: durante una semana me puedo plantear el reto de dedicar al día 20 minutos al yoga: 10 minutos por la mañana, 5 minutos de pausa y 5 minutos al terminar la jornada laboral. Y si son menos de 20 minutos también está bien. Lo importante es marcar algo que podamos hacer –como si son tres respiraciones conscientes al día– y tratar de mantener la rutina que elijamos durante un tiempo. Una vez que hayamos cumplido con la rutina ,podemos evaluar si mantener ese tiempo o cambiarlo la semana siguiente.
¿Y por qué justamente el yoga? Con el yoga mejoramos nuestra postura, y una buena postura es imprescindible para respirar mejor. Una respiración más amplia reduce la producción de adrenalina, la hormona del estrés, promoviendo de esta forma un estado general de más calma.
De esta manera, nuestro cerebro se libera de tensiones y nos concentramos mejor y en general estamos más presentes. Una mente despejada es más eficiente y más creativa.
¿Y dónde se queda la parte espiritual del yoga en una práctica tan reducida? Empezar por conectar con nosotros mismos, con nuestra respiración, y por cultivar cierta disciplina es el primer paso en ese viaje hacia dentro donde a medida que uno va avanzando se van abriendo cada vez más caminos.
¡Teletrabajo Made Easy! es un taller online de la plataforma www.elena- ferrarisyogaonline.com con acceso ilimitado que ofrece herramientas para convivir con el teletrabajo.
Elena Ferraris, directora de Elena Ferraris Yoga, profesora de yoga, y formadora en la Escuela Internacional de Yoga.