Sri Nisargadatta Maharaj dijo que el fin principal de la meditación es ser conscientes de nuestra vida interior e irla conociendo, y que el propósito último es llegar al origen de la vida y de la consciencia. Escribe Conchi Sánchez.
Personalmente creo que alcanzar este último propósito de la práctica, es decir, llegar al origen de la vida y de la consciencia, se puede dar en nuestra vida o no; podríamos llegar a experimentar esa vivencia o bien quedarnos muy lejos de ella y ni tan siquiera entenderla.
Así que hablemos de su finalidad principal: “ser conscientes de nuestra vida interior e irla conociendo”. Esto es algo que está a nuestro alcance si elegimos la vía del autoconocimiento y la realización, la búsqueda del Ser o del sentido del sí mismo. Pero ¿cómo ser conscientes de nuestra vida interior, cómo conocerla, comprenderla, transformarla?
El primer paso que podría ayudarnos sería tomar conciencia, y puede ser de utilidad alejarnos de aquello que queremos observar, tomar distancia de lo que “se cuece” en nuestro universo mental y emocional para poder percibir qué está sucediendo y para qué.
Atención a una vida sátvica
Volviendo a nombrar a Nisargadatta, él nos explica que la meditación es una actividad sátvica cuya finalidad es la eliminación total de tamas (inercia) y rajas (motividad). Satva (armonía) es la liberación perfecta de la inquietud y de la pereza.
En una ocasión leí un artículo que me encantó por su sencillez, lógica y profundidad, en el que se invitaba a poner en práctica los gunas en el día a día. En él se proponía integrar estos aspectos en nuestra vida para alcanzar la armonía que deseamos.
Creo que a todos nos gustaría vivir con la mayor paz, serenidad, presencia e integridad posible, sin embargo a veces se nos olvida el significado de estas palabras aunque trabajemos duro día a día por tenerlas presentes en la vida.
La falta de empatía, el egoísmo, las preocupaciones, los imprevistos, la desarmonía interna y un largo etcétera, se adueñan en ocasiones de nuestra atención y conciencia como si no existiese nada más. Estas cualidades tamásicas oscurecen por completo nuestra luz interior, nuestro sattva.
En la actualidad vivimos en un mundo rajásico y tamásico que nos aleja de nuestra esencia sátvica. Al realizar acciones sátvicas estas darán frutos sátvicos; sin embargo, nuestros aspectos rajásicos y tamásicos también forman parte de nosotros y nos acompañan.
De nosotros depende lo que queremos nutrir, pues allá donde ponemos la atención ponemos la energía.
Integrar para seguir avanzando
En esta etapa de mi vida, estoy sintiendo mucho el concepto de integración, de cómo todo se puede integrar en nuestro mundo interior y encontrar su propio equilibrio interno. Tiene mucho sentido que si nuestros actos se realizan desde la consciencia, presencia e integridad, den frutos sátvicos, y por el contrario si la desarmonía, la pereza, la tristeza o el enfado están en nuestras acciones, no nos lleven a nada certero.
A veces nos puede resultar difícil encontrar el equilibrio y sentir todos estos aspectos sin que alteren nuestra parte esencial e inmutable. Es fácil desarmonizarse en la vida, es fácil caer en la desgana, en la tristeza e incluso en la depresión.
Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar dejarnos arrastrar por esta corriente?
Integrar. Entender que cada proceso transforma y evoluciona, que cada caída hace que nos levantemos con más fuerza, que cada momento de silencio y presencia nos devuelve a la vida y que desde ahí caminamos solos.
La vida genera vida, cada paso cuenta, cada práctica de yoga, de meditación, cada comida presente, cada palabra escuchada, cada abrazo, cada momento de quietud… todo suma y todo se integra en la compleja estructura del ser humano. Todo nos da forma y nos integra, todo nos contiene. La vida siempre avanza, siempre.
La meditación es sin duda una de las prácticas que más nos ayudan a desarrollar y conectar con nuestras cualidades sátvicas; nos proporciona momentos de plenitud inigualables, verdadera felicidad, un sentimiento pleno de amor y unión.
Cultivar esta práctica requiere de continuidad y compromiso con uno mismo. Profundiza en tu meditación, aprende a ir más allá de tu práctica y seguir evolucionando. Que tu camino sea la búsqueda del Ser.
Om Shanti Namaste
Conchi Sánchez es profesora de yoga y meditación certificada por la Unión Europea de Yoga y la AEPY. Miembro reconocido de la OIYAY (Organización Internacional de Yoga, Yogaterapia y Ayurveda). Postgrado en meditación yóguico-vedantina.
Imparte formación online de Especialización en Meditación dirigida a profesores de yoga. La próxima edición comienza el 14 de septiembre.
Consulta toda la información: https://espaciodemeditacion.com/profesores-3ed/