Las posturas yóguicas se adaptan a todas las personas, y desde luego también a aquellas con limitaciones físicas, pues son las que más lo necesitan. Ramiro Calle e Isabel Morillo nos hacen una demostración en exclusiva para YogaenRed, con los comentarios del primero.
Las personas mayores o con limitaciones físicas pueden beneficiarse del Yoga, aun cuando no les resulte posible permanecer en pie. También aquellas personas que pasan mucho tiempo sentadas en una oficina u otro lugar de trabajo no tienen que resignarse a no poder practicar asanas yóguicas si disponen de unos minutos.
Durante tres años impartí clases de Yoga en directo en la primera cadena de Televisión Española, en retransmisión tanto para España como para otros muchos países. Algunas sesiones las dediqué, en compañía de la profesora de yoga Luisa Jiménez, a mostrar la práctica de los asanas en una silla, lo que le permitió a muchas personas mayores o con marcadas lesiones físicas poder beneficiarse de los asanas, así como a oficinistas y otros trabajadores que encontraban algunos minutos en su ámbito profesional para ejecutarlas.
En una silla se pueden efectuar posturas de diferentes grupos: flexiones laterales, torsiones, flexiones hacia delante, etcétera. En unos minutos la persona puede desbloquearse y evitar muchas tensiones, crispaciones y estrés. También puede ser de gran ayuda los asanas en una silla para personas con trastornos de columna vertebral y muy poca flexibilidad, para luego, una vez recuperada cierta elasticidad, poder ya realizarlas sin necesidad de la misma.
Los requisitos al ejecutar la posición son:
- Movimientos lentos.
- Conducir la posición hasta donde se pueda.
- Mantenerla de 30 a 40 segundos.
- Respirar tranquilamente por la nariz.
- Estar muy atento al cuerpo.
- Ejecutar esfuerzos progresivos y evitar siempre los excesivos.
1. Postura de flexión lateral
Ejerce masaje sobre los órganos intercostales, como el páncreas, el hígado y el bazo; dota de flexibilidad a la espina dorsal hacia los lados; fortalece los músculos dorsales, pectorales, trapecio y deltoides.
2. Posturas de torsión
Realinean la espina dorsal y la mantienen joven, elástica y resistente; desbloquean la espalda; ejercen masaje sobre los órganos abdominales y favorecen la digestión y la evacuación; inducen a una relajación más profunda y reparadora.
3. Postura de flexión hacia detrás (izquierda)
Estira los músculos pectorales; favorece la médula espinal y el funcionamiento del cerebro; dota de elasticidad a la espina dorsal hacia detrás; beneficia el funcionamiento de los riñones.
4. Postura de flexión hacia delante (arriba, derecha)
Aporta sangre extra al cerebro mejorando su funcionamiento; ejerce un profundo masaje abdominal beneficiando a todas las vísceras del abdomen; aumenta la capacidad de la memoria y la concentración.
5. Postura de flexión hacia delante con una pierna sobre la otra
Además de todos los efectos de la postura de flexión hacia delante, fortalece y dota de flexibilidad a las extremidades inferiores y beneficia el hueso sacro y la región pélvica.
6. Postura de acción sobre los brazos y hombros
Estimula los músculos pectorales y dorsales; favorece y flexibiliza la articulación del hombro; beneficia la espalda y la espina dorsal; ensancha la caja torácica.
7. Postura de estiramiento posterior de las piernas
Estímula las regiones coccígea, sacara y lumbar; previene del lumbago y la ciática; fortalece los músculos de las piernas y a la vez las dota de elasticidad.
Ramiro Calle
(Este artículo se publicó en YogaenRed en diciembre de 2012)