En mi muy bien acogida obra Los mejores cuentos espirituales de Oriente y Occidente, recojo un cuento muy significativo y que merece ser recordado: «El verdadero maestro nada espera». Escribe Ramiro Calle.
He aquí que un hombre se encuentra con un anciano en un remoto rincón de la India, en las abruptas montañas del Himalaya. Solo están ellos y deciden hacer juntos un trecho del camino. Al despedirse, el anciano le pregunta al hombre qué busca por esos parajes y éste dice:
–Llevo años tratando de encontrar un verdadero maestro, digno de impartir la Enseñanza. Y usted, ¿qué hace por aquí?
El anciano responde:
–Llevo toda mi vida tratando de encontrar un verdadero discípulo, digno de recibir la Enseñanza.
A veces el discípulo se torna desmesuradamente exigente con el maestro e incluso se cree con derecho a recibirlo todo sin dar nada a cambio, ni siquiera su buena disponibilidad, su sinceridad y su motivación. O se torna un tiempo desmedidamente dependiente del maestro y se ciega con su malentendida y torpe entrega, o quiere manipular al maestro y se cree con derecho a ser especialmente atendido.
No es raro que se decepcione del maestro, simplemente porque no ha sido capaz de superar sus agujeros psíquicos y porque sus neuróticas expectativas le conducen a la frustración. El maestro no puede hacer el trabajo por el discípulo, y por eso Buda aseveró: «Esperadlo todo de vosotros mismos».
Hay muchos mentores falsos; también muchos discípulos falsos. A veces el maestro soporta una gran carga, porque tiene que estar siempre en disponibilidad del discípulo, que en cuanto no es atendido de acuerdo a sus expectativas, se siente defraudado y al mismo maestro que inmaduramente amaba, comienza, con la misma inmadurez, a despreciarle.
Gurdjieff no se andaba por las ramas y con no poca razón dijo en una ocasión: «Cuando das algo a un hombre o haces algo por él, la primera vez sea arrodillará y besará tu mano; la segunda, se quitará el sombrero; la tercera, hará una venia; la cuarta, le adulará; la quinta inclinará la cabeza; la sexta, le insultará, y la séptima le demandará por no darle lo suficiente».
Es la condición humana La ventaja del maestro es que no deberá esperar nada del discípulo. Si éste sabe valorar la Enseñanza que le imparte, bien; si no sabe, también; y si aún es un gran desagradecido, perfecto.
Ramiro Calle
Más de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines.
En su canal Youtube podéis visionar gratuitamente los documentales Viaje a los adentros, Ramiro Calle, El Ramiro más íntimo y Sadhaka, la senda del yoga. Asimismo decenas de clases de hatha-yoga y meditación a partir de sus conferencias, talleres y seminarios. https://www.youtube.com/results?search_query=ramiro+calle
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