Este joven bhakti yogui nació y vivió su primera infancia en una comunidad de Yoga, a 900 metros de altitud, en Catalunya. De padre swami y madre profesora de Yoga y eterna buscadora, no es extraño que sintiera la comunicación con lo divino muy tempranamente.
“Cada día se cantaban mantras, así que yo de niño respiraba Bhakti; era mi estado natural. Mis padres estudiaron el Yoga desde un punto de vista más científico, desde la disciplina, el compromiso y el conocimiento. Pero yo me lo encontré. Encontré la experiencia de la devoción, la oportunidad de encontrarte tan cerca de Dios que te sientes uno con él, como un regalo divino en estado puro”.
Más tarde Ravi se fue a vivir a la ciudad, sus padres se separaron y se vio abocado a elegir su propio camino, su propia búsqueda. Con 22 años marchó a la India. “Fui a buscar la iluminación, lo más normal a esa edad, ¿verdad? Y evidentemente lo que me encontré; era un espejo que me dijo: allá donde vayas, vas a tener el mismo trabajo”. Allí conoció a sus gurus, llamados Sri Kalki Bhagavan y Padmavati Amma. Ravi, que entonces hacía percusión africana, iba a clase de tabla y se compró un harmonium. Su experiencia en India le reveló el sentido de todo aquello. “Estaba buscado a Dios en todos mis pequeños actos”.
Un día, ya de vuelta en Barcelona, en un encuentro mutitudinario con Amma, la “Madre de los abrazos”, Ravi subió al escenario, junto con otros amigos músicos, ante miles de personas, y allí surgió la música, la voz y su destino.
“La verdad es que fue impresionante; esos momentos están más allá de todo lo que puedes desear. Pienso que en la vida nosotros podemos hacer mucho, pero en realidad no sabemos cuál será nuestro destino hasta que nos estamos ya en él. Y parece ser que el mío es la música y despertar a la gente a través de ella, pues abre sus corazones a la vez que se abre el mío”.
Ravi empezó también a cantar y a darse cuenta de que su voz le hacía sentir tan realizado y tan cerca de la divinidad que contagiaba a quienes le rodeaban de esa cercanía y esa espiritualidad, pues llegaba con ella al corazón de las personas. “La música es uno de los grandes regalos de esta vida”.
Otra vocación de Ravi es la de sanador. Estudió Medicina Tradicional China durante seis años en ISMET, Shiatsu, osteopatía craneosacral e innumerables técnicas de sanación que le llevaron a un conocimiento más profundo del ser humano en todos sus campos.
En 2006 su camino confluyó con el de Núria Aguiar, que sería más tarde su mujer, y el de Pedro Collares, con quienes formaría el grupo de Kirtan, música devocional y canto de mantras (voces, tablas indias, guitarra, hang…) Onenessound, que actuaría en numerosos centros de Yoga y meditación, festivales de nueva consciencia y para maestros espirituales como Amma, Kali Bhagavan o Anandaguiri, y que rápidamente sería muy conocido también internacionalmente.
¿Qué ha sido de Onenessound?
En Onenessound había una intención muy clara de contribuir al despertar de la consciencia. Y desde el comienzo tuvo muchísima proyección y éxito. Ahora, pasados unos años, ha habido cambios internos pero tenemos nuevo disco que está a punto de salir. Bueno, dos discos en realidad. Uno es un directo que hay que ver si es salvable, porque se grabó en la Bienal de Banyoles que precedió a la Barcelona Yoga Conference, y había una energía espectacular. El otro es un disco que grabamos en estudio y falta postproducirlo, pero ya se sabe que todo esto es tiempo, dinero. Confío que cuando salga sea un excelente trabajo, a la altura del primero.
Y en los últimos años, tú empiezas a tocar en solitario.
Sí, con el Kirtan he continuado trabajando siempre, en el grupo pero también en solitario. Saqué disco hace menos de un año: One step to devotion, que presenté en Nueva York, una invitación a la experiencia del Bhakti que yo he intentado que sea un trabajo con la profundidad debida y que también llame la atención. Hay solistas muy buenos, momentos instrumentales muy inspirados. Es una música que puede gustar a todo el mundo, a los que ya la conocen porque es un gozo, y a los que no, como una forma de impregnarse con sus vibraciones. Y un año antes saqué Hang’s dream, tras haber estado tocando con uno de los primeros hanguistas del mundo, Ravid Goldschmidt, del que aprendí las bases de desarrollo de este instrumento.
Por otro lado, desde hace unos cuatro años he hecho estos conciertos de música sanadora o de meditación, tocando tablas, didgeridoo, hang, canto de armónicos con varios artistas. Recientemente he estado colaborando con Mark Pulido, que ha reedescubierto las bilas o campanas de alta frecuencia, que llegan a entenderse bien con el hang. Unir energías siempre hace que las cosas crezcan. Me gusta mucho experimentar con músicos que hablen lenguajes diferentes, que toquen con sonidos diferentes, pero con la máxima profundidad y honestidad.
Actualmente estás haciendo unos talleres que se llaman Voz y Alma.
Sí, con ellos expreso que a través de la voz podemos conectar con el alma. Pero es el alma el que requiere nuestra atención en este momento; la voz abre la puerta, como otras herramientas que utilizo. Quiero que la gente tenga una experiencia, una experiencia real, de estar en contacto con la divinidad, de la forma más humana y más inocente posible, sin expectativas, sin intentar nada; simplemente dejando que esa energía se despierte, dejando que las puertas y barreras que están cerradas se abran.
¿Qué es lo más importante del Kirtan?
La actitud, darse cuenta de que, si uno quiere, en un instante y de la forma más sencilla, lo puede tener todo. Normalmente, cuando haces Kirtan y hay gente que no lo conoce, ves que les cuesta mucho entrar al principio, y es porque lo que hace el Kirtan es conectarte directamente con la felicidad. Y nosotros nos resistimos tremendamente a la felicidad, siendo que es lo que más anhelamos con toda el alma. El adulto se reconoce tanto como tal que no sabe conectar con el niño. Hacemos mil cursos y cosas para buscar a ese niño y en realidad la búsqueda se termina cuando te das cuenta de que tú eres el único impedimento para que este niño pueda florecer y mantenerse vivo en ti. Y el Kirtan te conecta directamente con ese niño, pero evidentemente desde el adulto y desde el canto a Dios, que probablemente es una de las cosas más poderosas que hay.
¿Nos lo puedes explicar más?
Creo que estamos buscando a Dios en todos nuestros actos, pero no lo sabemos, no somos conscientes de ello. Estamos inmersos en una rueda que no tiene fin. Los sabios lo llamaban el Samsara, también conocido como Laia, Maia, la ilusión. Kirtan viene de su nombre completo antiguo, Kirtanam. Nam es la verdad suprema, Dios en estado puro. Es un proceso natural que empieza a suceder, el estar cantando y alabando a la divinidad, a Dios, que es todo, el creador y la creación; o sea, nosotros. Kirtan despierta esa conciencia en el ser humano que nos reconecta con la fuente. Eso es lo más poderoso que hay.
Como bhakti yogui, ¿qué otras formas crees que hay en la vida diaria de conectar con esa fuente divina?
La honestidad con uno mismo. Cuando estés enfadado, no quieras estar contento; acepta que estás enfadado, vive profundamente el enfado y verás que es sanador. Y cuando estés contento, vívelo, no te reprimas. Cuando estés triste y te sientas solo, experimenta profundamente lo que es eso, date cuenta de que estás haciendo acciones hacia afuera o razonamientos internos para alejarte de esa experiencia. Ser honestos con lo que uno está haciendo en el momento es lo que más nos conecta con Dios. El problema es que separamos a Dios como si fuera una entidad externa a nosotros.
¿Cómo defines a Dios?
Cuando hablo de Dios me refiero a estar vivo plenamente, ser lo que uno es. Un árbol es un árbol; un gato es un gato. El ser humano es el único que está intentando constantemente ser algo que no es él mismo. Y es porque tenemos la mente dual, fragmentada, separada. Cantando mantras a corazón abierto, con deseo, con pasión, esa separación, que es una ilusión, se derrite como si fuera miel. Hace que, sin darte cuenta, entres en ese proceso.
Estamos viviendo en una época complicada. ¿Qué podemos hacer para estar mejor y que no nos afecte tanto toda esta locura colectiva en la que estamos inmersos?
Ayudar a otros. El servicio a los demás nos hace darnos cuenta de que la felicidad de todos es la felicidad de uno mismo. Y no lo digo descuidándose uno mismo. En un avión te dicen que para salvar a tu hijo primero te pongas tú la máscara de oxígeno. Pero sí hay algo que los sabios comparten, el seva o servicio desinteresado a los demás. Y esto tiene que ver con la solidaridad y el objetivo verdadero que ha de tener el ser humano como sociedad: la felicidad de los otros, darte cuenta de que cuando haces sonreír a otros tú también te has sonreído y tu felicidad ha aumentado cien veces. Es la magia de hacer con amor, sin esperar nada a cambio. Así, de repente te empiezas a preguntar de dónde viene ese amor y te das cuenta de que hay algo más, y no hace falta que nadie te lo cuente ni que lo leas en ningún libro. Ni siquiera que creas en ello.
Haces también formación de profesores en Bhakti Yoga y Kirtan. ¿Nos puedes decir en qué escuelas o centros?
Una es la de Yoga One, otra la de Arjuna, Julián Peragón. Más dos de la Fundación Internacional de Yoga, el Yoga Ashram de Caldas y otra con mi padre.
Próximas citas con Ravi Ramoneda
Kirtan en Yoga con Gracia (Barcelona) y Talleres de Voz y Alma en Barcelona, Madrid, Lanzarote, Suiza y Alemania. Iremos informando.
Ravi estará acompañando musicalmente en su gira internacional 2013 a Daniel Lumera, creador de Conciencia Solar y escritor de El código de la luz.
Próximos conciertos de Onenessoud: Barcelona Yoga Conference y en los festivales de: Munich, Ginebra y Friburgo.