Mi viaje a Nepal fue todo un descubrimiento: un lugar lleno de personas maravillosas, cientos de templos, montañas imponentes y una energía poderosa que lo envolvía todo. No dejé de sorprenderme a cada paso. Escribe Jenifer Humanes.
Cuando aterricé por primera vez en Nepal sentí una conexión casi instantánea. Me sentía como en casa.
Esta conexión se mantuvo en el tiempo y decidí instalarme en este mágico país para hacer lo que más me gusta: organizar viajes, practicar yoga y hacer que otros disfruten de la increíble experiencia que es hacer un viaje solidario de yoga en Nepal.
El tándem perfecto: yoga y naturaleza
Cada vez más personas se sumergen en un ‘viaje de bienestar’ para cultivar su salud física, mental y emocional. De esta forma, no sólo se desconecta de la rutina diaria, sino que además se obtiene una sensación de bienestar profunda y una transformación interna que te permite superarte en todos los niveles.
En los viajes de yoga a Nepal se respira una energía muy potente y la espiritualidad nos envuelve. Además, podemos dedicar tiempo al turismo, la aventura y el trekking, pero también al silencio, la calma y la meditación.
Para potenciar este estado de paz y quietud, es habitual practicar yoga en las montañas, meditar en sus monasterios y templos, asistir a sus rituales y ceremonias o recibir masajes de Ayurveda.
Los beneficios de hacer un viaje de yoga y bienestar
¿Sabías que a la cordillera del Himalaya asisten más de 30.000 personas al año para transformar sus vidas?
Hacer crecer tu paz interior, recargarte de energía y obtener ese “empujón” que necesitas para hacer el cambio que tanto tiempo llevas buscando, son solo algunos de los beneficios más significativos de un viaje de yoga y bienestar en países como Nepal.
Veamos cuáles son el resto de ellos:
- Viajar lejos de nuestro entorno habitual y salir de nuestra “zona de confort”, hace que nuestra verdadera esencia salga a la luz.
- Este tipo de viajes fomenta el autoconocimiento. Conocerse bien a uno mismo, no solo es la primera vía para estar bien con nosotros, sino que es la clave para vivir en equilibrio con el resto de personas.
- Abre la mente y libera los prejuicios: Conocer otras culturas abre la mente hacia nuevas formas de pensar y actuar, perdiendo el miedo a lo desconocido y abriéndonos a lo diferente. Nos muestra que existen otra escala de valores alejadas de lo que conocemos y nos ayuda a empatizar, soltar prejuicios y a replantearnos si el estilo de vida que estamos llevando es el que realmente deseamos.
- Viajar nos conecta con lo cotidiano y con los pequeños placeres de la vida: contemplar una puesta de sol, escuchar la risa de un niño, andar sobre la tierra mojada, sentir la energía de la naturaleza salvaje.
- Aporta alegría interior. El yoga y la meditación desarrollan uno de los principios del budismo, y que más tarde acogió Mindfulness: el amor incondicional que no juzga y respeta a todos por igual, desprendiéndote de aversiones y llenándonos de la alegría interior que no depende del exterior.
- Libera los miedos. Viajar hace que nos desprendamos de emociones como el miedo cuando nos enfrentamos a actividades que pensamos que no somos capaces de hacer. Por ejemplo, hacer trekking en las montañas más altas del mundo o rodearnos de naturaleza y animales salvajes.
- Aporta otra perspectiva a los problemas del día a día. Viajar lejos hace que miremos los problemas desde otra perspectiva y reflexionemos en calma desde la distancia, dándoles la importancia justa.
Jenifer Humanes. Founder – Mindfulness MBSR & Yoga Instructor – Life Coach ICF & Aecop
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