El 1er Congreso Virtual para Profesores de Yoga, que comenzó el 21 de enero y acabó el 26 de enero, ha superado las expectativas de todo el mundo, con 5.000 profesores al día consultando las ponencias. Escribe Susi Mas.
La idea del Congreso nació de una escucha intuitiva y atenta de mi entorno. Dedicándome a acompañar a otros profesores a mejorar su enseñanza se repetía en demasiadas ocasiones el comentario de: “Susi, qué bien que hayas aparecido, porque yo sentía todas estas cosas de las que hablas, precios, esfuerzo, profesionalización, pero nadie me hablaba de ello”.
El panorama actual de la enseñanza se mueve a un ritmo muy vertiginoso, formaciones ultrarápidas, poco filtro, profesores recién titulados con muy poquita práctica personal… y una constante percepción de que dedicarte a enseñar yoga es el trabajo más idílico, instagrameable y fabuloso del mundo.
Un profesor recién licenciado rebosa entusiasmo y ganas de comenzar a transmitir todo lo que ha aprendido, pero cuando aterriza en el mundo laboral se encuentra una realidad que no corresponde con sus expectativas: vivir de yoga no es tan fácil ni tan idílico como pensaba.
A través del feedback de los asistentes al Congreso he recibido sobre todo la mención de dos áreas en las que los profesores precisan apoyo:
– la necesidad de madurar nuestro concepto de negocio, hablar sin juicio de que los profesores de yoga también manejamos facetas relacionadas con la escalabilidad, la rentabilidad y el marketing y que no por eso estamos menos alineados con nuestra vocación.
– la necesidad de reconocernos como profesionales únicos, de empoderarnos y dar valor a nuestras fortalezas como profesores. Ganar confianza y trabajar desde energías elevadas al servicio de nuestros alumnos.
Estos dos puntos confluyen en el más importante de todos: generar espacios de crecimiento y apoyo entre profesores. Conversaciones libres de ego que faciliten la puesta en escena de la tradición en nuestra labor, de las nuevas particularidades que vivimos hoy día y que necesitamos acoger para seguir evolucionando.
Los valores y el trabajo sobre ellos han marcado la evolución del Congreso.
Puede que en un primer momento, en los inicios de esta expansión de la enseñanza, quedáramos deslumbrados por las posibilidades de nuestra profesión, cegados por la vida idilica, impresionados por la belleza de Instagram, pero eso está cambiando.
Un éxito a repetir
Hemos sido más de 5.000 profesores compartiendo durante 6 días. Más de 30.0000 visitas en sólo una semana. Más de 200 comentarios diarios compartiendo revelaciones, gratitud, apoyo al Congreso y a sus ponentes.
Asistencia desde prácticamente todo el mundo: Birmania, California, Venezuela, Perú, Dubai, etc. La mayoría han comunicado cómo pese a ser un evento digital han percibido la energía del grupo y se han sentido acompañados por la comunidad de profesores.
A través de los 5.000 profesores que se han sumado al Congreso se ha alzado una voz homogénea que valida la profesionalización, que reclama coherencia y retorno a valores, que pone su energía en transmitir con honor y respeto.
Siempre habrá personas que no respondan a estos valores… pero a esas yo no las he sentido en el Congreso.
Yo he sentido el apoyo y la energía de una comunidad grande y presente. Una comunidad que quiere mejorar, crecer, aprender, y sobre todo, compartir. Una comunidad que aprende de sus errores, que respeta, que sostiene y que trasciende.
Una comunidad que por encima de todo desea seguir transmitiendo la milenaria voz del Yoga como lo que es: un camino de evolución espiritual del Ser.
Susi Mas es profesora de yoga desde hace 10 años. Desde entonces está plenamente dedicada a la enseñanza y combina sus clases presenciales con su pasión por el mundo digital. Es fundadora del Instituto de Yoga, una plataforma online pionera en España comprometida con su deseo de que la labor de la enseñanza de yoga sea digna, reconocida y profesional. A través de su contenido y formaciones Susi acompaña a los profesores de yoga recién titulados a mejorar sus clases, potenciar sus talentos y generar ingresos estables.