Tipología de profesores y profesoras de Yoga

2013-02-01

En mis casi 20 años como alumno, practicando con diferentes escuelas y diferentes profesores, he observado los diferentes tipos de profesores/as de Yoga que existen. Unos me han gustado más, otros menos, pero todos han marcado en algo mi formación como profesor. Escribe Víctor de Miguel.

profesores

Podría haber redactado este artículo de una manera seria, pero me dije: vamos a dejarnos por un momento de espiritualidades, adoraciones, iluminaciones, mantras, y vamos a intentar sacar una sonrisa a los lectores, pues sonriendo estamos ejercitando mayor número de músculos que en muchas asanas.

Los tipos de profesor que voy a describir son reales, aunque lógicamente no voy a dar nombres y espero que nadie se sienta ofendido. Seguro que a más de uno os sonará alguno de los tipos, y a los que no, más tarde o más temprano seguro que os encontraréis con algunos de ellos.

1. El “iluminao”. Le he quitado la “d” para que quede más auténtico. Este tipo de profesor va predicando a los cuatro vientos que todo puede ser curado con el Yoga; es decir, te dirá que si tienes almorranas y haces Sirshasana dos veces al día cada 12 horas, te desaparecerán. Los fabricantes de Hemoal están planteando presentar una querella contra él. Por mi experiencia, este tipo de profesor es el que al final más problemas tiene, sobre todo psíquicos. Le quedan dos telediarios para ingresar en un psiquiátrico.

2. El que ha obtenido el título de profesor en CEAC. Este tipo no me apetece comentarlo.

3. Tipo Virgen María. La verdad que nunca escuché hablar a la Virgen María, pero su voz me la imagino dulce, suave, con un tono muy bajo, todo lo contrario a la voz de un fornido camionero. Es ese profesor que durante la clase tiene una voz prácticamente inaudible, habla muy muy muy bajito, como si estuviera en un estado de éxtasis permanente. Te pasas toda la clase pensando: “Qué coño habrá dicho”. Le faltaría levitar un poco, tanto de cuerpo como de voz.

4. El posturitas, en sánscrito, el asanitas. Se tira toda la clase haciendo las asanas sin prestar ningún tipo de atención a sus alumnos. Su perfil narcisista le pide mostrarse ante sus fieles diciendo “aquí estoy” y “este soy yo”. A estas clases con este tipo de profesor me gusta llamarlas “clases de las verás, pero no las catarás”, ya que las asanas que trata de enseñar sólo son aptas para unos pocos, debido a su alto grado de dificultad. Si da muchas clases a la semana, tiene una vida corta como profesor, acabará roto. El Yoga es bueno, pero como el vino, en exceso nos perjudicará más tarde o más temprano.

5. El rockero. A este te le puedes encontrar pegando botes en cualquier festival de rock o en el garito más cutre de tu ciudad a altas horas de la madrugada, degustando su cerveza favorita y escuchando a los AC/DC mientras sacude su cabeza al ritmo de la canción. Suele ir tatuado y aspecto desarreglado (particularmente son los profesores que más me han gustado, ¿por qué será?) No todo en este mundo es Ravi Shankar y Mirabai Ceiba.

6. El inflexible. Aquel que cierra las puertas del estudio para que no pase nadie si llega tarde. Si estamos enseñando flexibilidad, practiquémosla y pensemos que el tráfico nos ha impedido llegar a la hora, que el metro se ha quedado parado unos minutos en medio del túnel, etc. Es una faena hacerte unos cuantos kilómetros y ver que tienes que volverte por donde has venido porque al swami se le ha puesto en sus mismísimos no abrirte la puerta. Lástima que mis conocimientos de apertura de puertas con tarjetas de crédito no sirvieran para esa puerta… qué sorpresa se hubiera llevado. Seamos más flexibles, de cuerpo, mente y actitud.

7. El gritón. Sí, aunque os parezca extraño, también me he encontrado con profesores que gritan a sus alumnos e incluso les ridiculizan delante del resto de alumnos. Creo que no voy a seguir comentando este tipo, esperando que no os encontréis nunca con algo similar.

8. El gurú. Aquel que te va a decir que su Yoga es el mejor que existe. Aquí os doy un consejo: salir corriendo como alma que persigue el diablo antes de que vuestra nómina acabe en su poder. Te dirá que si quieres conseguir la inmortalidad debes de seguir junto a él toda la vida. Agradezco a mi maestro que un día después de muchos años junto a él, me “invitara” a salir de su escuela diciéndome que no era el único profesor de Yoga que existía en el mundo.

9. El meditador. Este es el que explica o marca la asana y cierra los ojos y se pone a meditar mientras dura la postura. Por Dios, que estamos trabajando con personas. A mi lado alguien va a acabar con el cuello roto como no le corrija pronto. A veces es tan profundo el estado de meditación que obtiene que se olvida que está dando una clase de Yoga.

10. El vendemotos. Este es muy gracioso: da clases sin tener ni puñetera idea de lo que está haciendo y diciendo. Normalmente es aquel cuyos “maestros” son vídeos de Youtube, y una hora antes de la clase se ha visto unos cuantos y posteriormente los reproduce fielmente ante sus alumnos. También los hay que no se cortan y asisten a las clases con uno o más libros de Yoga y los hojean durante la clase para ver que asana hacer. Normalmente no tienen ningún tipo de titulación.

11. El hippie. Este es fácil de reconocer, por sus vestimentas, por sus ojos medio abiertos y su sonrisa tatuada en sus labios, como si estuvieran en estado cannábico todo el día. Para él siempre la vida es maravillosa, vosotros sois maravillosos, el Yoga es maravilloso, etc. Peace & Love.

Y para despedirme, lo hago con esta frase de Rafael Vidac que puede resumir todos estos tipos de profesores que he descrito: “Hasta el más ignorante tiene algo que enseñarte. Hasta el más sabio puede aprender algo de ti”.

Víctor de Miguel es director de Yoga Estudio Cobeña

http://www.yoga-estudio.es