El último de los yamas es Aparigraha, traducido habitualmente como no poseer o no acumular. Levantar vuelo requiere ligereza. Nuestras vidas, nuestras mentes están sobrecargadas de lo que no precisamos, y lo que no precisamos, pesa. Escribe Carmen Viejo.
Aligerar la vida de complicaciones innecesarias, sean materiales o psíquicas, de todo aquello que creemos necesitar para sentirnos completos, y que por el contrario nos alejan de lo único que puede darnos plenitud, es aparigraha.
El Universo es austero: se basa en generar equilibrio, de forma que todo es bien utilizado en relación con el equilibrio general. Lo que está fuera de ese equilibrio tiende ser redistribuido, reciclado e incluido en un sistema donde tenga utilidad. Los ecosistemas naturales son estupendos ejemplos de Aparigraha, sistemas retroalimentados donde todo es puesto a disposición de la funcionalidad global, que a su vez retroalimenta a las partes.
¿Y en nuestras vidas? Veamos el ecosistema de nuestras casas, allí donde reunimos lo que creemos necesitar y poseemos. Todo aquello que no tenga una funcionalidad en el ecosistema, vendría a generar acumulación, estancamiento, y en suma, a restar fluidez a quienes habitan el lugar. Un adorno es funcional, pues cumple la función para la que ha sido incluido en nuestro ecosistema, pero aquello que acumulemos sin conciencia ninguna de ello, es un atranco para el libre fluir de la energía de esa extensión personal que es el lugar donde vivimos.
Observa tu casa y verás tu mente… La mente es especialmente proclive a las acumulaciones: lo llamamos complicaciones. Aparigraha es la práctica de tener un “ecosistema” mental limpio, reconocible, libre de cargas innecesarias que impiden el funcionamiento de reflejar la realidad y dar respuesta desde nuestro centro consciente. Las acumulaciones mentales, los prejuicios, las limitaciones y obsesiones, los pensamientos residuales…, son trastos que la práctica del Yoga tiende a eliminar por ser perturbadores e innecesarios. Las complicaciones de la mente son, además, las causantes de las acumulaciones materiales.
Aparigraha da libertad de acción, pues reduce la reacción; libera el movimiento y el pensamiento. Ser simples como el agua, como la flor que nace en primavera, como un bebé o como un anciano en el lecho de muerte, como el amanecer y el atardecer, es en definitiva, ser. Acumular lo no necesario es no-ser.
Aparigraha es la virtud de quien se posee a sí mismo. Es el resultado de estar en armonía con todo lo que nos rodea, de tener la autenticidad de no precisar subterfugios, de sabernos de paso y de reconocer lo sagrado. Tiene otro nombre: sencillez.
Carmen Viejo Heredero Profesora de Yoga, Licenciada en Ciencias de la Información y titulada por la Asociación Española de Practicantes de Yoga (AEPY) y por la Escuela Sivananda.
Talleres, retiros y clases en Granada, Centro Presentia
Próximo taller intensivo: “Fuego, el dominio en la acción”, 30 de Junio, La Loma de los Gualchos.
Información: ahimsayogandalucia@yahoo.es