El amado silencio

2017-04-10

En esta sociedad tan ruidosa, caótica, babélica y con una tendencia compulsiva a la externalización, apenas se aprecia el silencio. Pero aun en situaciones ruidosas, el silencio puede hallarse si se conquista en la mente, aunque bien es cierto que se requiere mucha ecuanimidad para poder permanecer indiferente si el vecino se pasa el día, por ejemplo, tocando el trombón. Escribe Ramiro Calle.

El ruido se manifiesta por doquier, pero quizás donde más se expresa es en la mente agitada, con los ires y venires de los pensamientos automáticos e incontrolados, con ese trasiego de díscolas ideas que roban la serenidad y la dicha interior. No se trata solo, pues, de valorar el silencio exterior, sino también el interior.

La meditación es el arte de parar y ser, la detención consciente y hasta donde sea posible la suspensión del pensamiento robótico. Pero la mayoría de las personas se han hecho adictas al ruido y tanto el ruido exterior como el mental impiden percibir conscientemente y mantener un estado de equilibrio.

Hay que saber desconectar aunque sea por unos minutos y también ir ganando la facultad de estar en silencio interior aún en el estrépito. De nada sirve estar en un silencioso paraje si la mente sigue en su habitual ajetreo. El silencio exterior favorece, sí, el silencio de la mente, pero siempre que uno realmente lo aproveche para conquistar el amado y revelador silencio, que además es una medicina que aprecia mucho el cerebro. A la mente le gusta el caos, el ruido, la dispersión y el estrés; pero al cerebro le gusta el silencio y el sosiego.

Comparto muchas cosas con mi buen amigo y hermano espiritual Antonio García Martinez, gran buscador espiritual y asiduo practicante de yoga y meditación. Pero algo que sin duda ambos valoramos es el silencio, tanto el exterior como el interior, porque sabemos que es un nutritivo alimento que nos reporta otro estado más elevado y pleno de consciencia. Amamos el silencio, lo sentimos sanador y armonizante. Comparto con vosotros una serie de citas que me ha enviado sobre el silencio, que son muy inspiradoras. Es muy saludable que nuestra mente, tan adicta al ruido, se haga un poco adicta al silencio. En el silencio de la mente se escucha la voz del Ser.

Os dejo con las citas:

«La iluminación deriva del silencio y del descanso lejos de todo lo tangible o natural»,  San Juan de la Cruz.

«El silencio es un océano de descanso», Santa Catalina de Siena.

“Pacífico silencio», Eckhart.

«El silencio es la primera piedra del templo de la sabiduría», Pitágoras.

«El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio», Nietzsche.

«Si amas la verdad, sé amante del silencio. Te hará resplandecer en Dios como el sol y te alejará de la ilusiones de la ignorancia. El silencio te unirá con Dios», Isaac de Ninive.

«Celda de cenobio para la oración y la meditación en silencio, donde todo es verdadero, donde habita Dios y su Palabra se hace real dentro de nosotros”, Jesús Fonseca.

«El yoga no es sino silencio, y el no yoga, ruido. El sí mismo carece de ruido. Quien te aporta ruido solo quiere sacarte de tu paz»,  Victor Flores.

“Solo quiero conseguir la ambicionada intensidad del silencio», Ramiro Calle

Y yo me permito añadir una más:

«El silencio es la enseñanza más poderosa», Ramana Maharshi.

Ramiro Calle

RamiroCalleMás de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.

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