Cuando escuchamos que necesitamos mejorar como personas y como sociedad, a menudo se desconoce que, hace muchos siglos, el Yoga nació con el objetivo de dotarnos de todo lo necesario para lograrlo. Y sus técnicas siguen estando vigentes. Lo veremos a la luz del libro Las claves del Yoga, de Danilo Hernández.
Con frecuencia muchas personas no conocen lo suficiente el significado y alcance del Yoga, mientras que otras llaman yoga a prácticas que solo en parte (a veces minúscula) tienen que ver con él.
Para contribuir a saber más sobre lo que implica verdaderamente el Yoga y también para esclarecer las confusiones, traemos a esta páginas párrafos escogidos de uno de los libros contemporáneos de Yoga más estudiados y acreditados: Las claves del Yoga. Teoría y práctica, de Danilo Hernández / Swami Digambarananda Saraswati (editorial La Liebre de Marzo).
La palabra yoga tiene dos significados principales:
1. Unión.
2. Las técnicas o métodos para llegar a dicha unión.
En la primera acepción, la palabra unión puede entenderse en un doble sentido:
a) “La unión con uno mismo”, la integración armónica de todos los estratos del ser humano.
b) “La unión del individuo con el cosmos”, la experiencia de integración del individuo con todo el universo circundante, en la que prevalece el sentimiento de ser una misma y única cosa con el Todo.
Desde esta definición podemos entender el yoga como la actualización y consumación del estado de unión entre el ser individual (Jiva) y el ser cósmico (Atman). Un estado de consciencia expandida (conocido como Samadhi, Kaivalya, despertar y ascenso de Kundalini, Moksa, iluminación, realización, etc.) cuyas principales características son el haber trascendido el conocimiento intelectual y la experiencia dual, y la aparición de la comprensión intuitiva del mundo.
Patanjali lo resume magistralmente en el segundo aforismo de los Yoga-Sutras: “yoga es la cesación de las modificaciones de la mente” (yogas chitta vritti nirodhah). La desaparición de dichas modificaciones supone la adquisión del control sobre el consciente y el inconsciente y el florecimiento del estado supraconsciente. La visión y la experiencia de la Realidad última.
La segunda acepción de la palabra yoga, se refiere al conjunto de técnicas aplicadas al desarrollo integral del ser humano. Los métodos y actitudes mediante los cuales es posible realizar el estado de Yoga (unión). En este sentido el Yoga puede definirse como conjunto de técnicas de perfeccionamiento del ser humano a nivel físico, mental y espiritual.
Este doble significado de la palabra yoga expresa al mismo tiempo la naturaleza de su objetivo final -la unión- y el método para alcanzar dicha unión. Pero en lo que se refiere a la práctica de los métodos yóguicos conviene notar que dichas prácticas no tienen como finalidad unir nada, pues el individuo ya está unido al universo en el que se halla inmerso, ya es Consciencia Cósmica. Su función es más bien la de actualizar y hacer posible la vivencia consciente de este hecho. Ayudar a que el individuo descubra su identidad con el Ser Absoluto y experimente su verdadera naturaleza profunda. La misión principal de las prácticas del yoga es desarraigar y disolver las tendencias negativas del ego. El aspecto de la personalidad que hace que el individuo se sienta disociado y diferente de su entorno. El obstáculo que le impide reconocer y experimentar su verdadera esencia o identidad con el Todo.
Es importante matizar que el yoga en sí no es una escuela filosófica, religión, organización o grupo de personas concreto, sino la propia posibilidad de evolución y crecimiento personal. Muchas escuelas filosóficas, religiones y grupos han tomado parte de sus prácticas como medio para alcanzar sus objetivos. Pero el yoga sigue siendo independiente de toda asociación, institución o grupo concreto.
El yoga es un camino de experiencia personal donde, como dice Swami Sivananda. «Más vale un gramo de práctica que toneladas de teoría». El yoga no persigue el conocimiento meramente intelectual que muchas veces impide llegar a la Realidad, ya que limita las posibilidades de la mente encerrándola en estrechos esquemas e ideas. No significa esto que el yogui desprecie el intelecto; conociendo sus limitaciones utiliza la razón y la lógica hasta donde estas pueden llevarle, y prescinde de ellas cuando dejan de serle útiles o pueden convertirse en un osbtáculo. Cuando el intelecto no da más de sí, desarrolla el conocimiento intuitivo a través de la experiencia directa de la realidad.
El yoga es una vía de conocimiento clara y asequible a las necesidades y posibilidades del hombre moderno.