La intuición en la Yogaterapia

2016-11-24

Como terapeutas de Yoga, es necesario desarrollar métodos de autodisciplina y práctica que nos conecten más con nuestros corazones, para que podamos desarrollar esta intuición como un aliado en nuestro trabajo con pacientes con sufrimiento. Escribe Kausthub Desikachar (traducción por Aranzazu Corrales. Revisión por Dana Ginevro).

De ser una disciplina desconocida que estaba reservada a los santos que vivían en cuevas y montañas, el Yoga ha encontrado una aceptación formidable en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de su actual popularidad, sigue habiendo muchos escépticos que cuestionan su validez, sobre todo como una forma de sanación.

La principal de las razones de la resistencia hacia la Yogoterapia son sus diferencias filosóficas con la medicina moderna o alopática.

Diferencias entre Medicina y Yogaterapia

Primero y ante todo, la Yogaterapia ve el humano como una multidimensionalidad, en lugar de sólo una estructura fisiológica que es controlada por un complejo mecanismo llamado la mente (o cerebro). Fundamental para el Yoga es el concepto de prāṇa, que se puede traducir libremente como fuerza vital. El Yoga cree que a través del flujo de fluidez de este prāṇa se establecen la salud y el bienestar y que el prāṇa está influido por todas las múltiples capas de nuestro sistema, incluyendo estructuras fisiológicas, energéticas, mentales, emocionales y espirituales. De ahí que la enfermedad se considera más como un concepto holístico, en lugar de sólo uno biológico.

La medicina moderna hace caso omiso de dimensiones tales como las estructuras espirituales y energéticas, especialmente en el contexto de la sanación, que también son parte de nuestra estructura global.

En segundo lugar, la medicina moderna tiene un enfoque que se basa en una intervención invasiva, mientras que el de la Yogaterapia es no invasivo. Por eso, cuando algo va muy mal, la alopatía se manifiesta principalmente en uno de estos dos enfoques: el primero de ellos es la cirugía, en la que se corta algo de la parte afectada del cuerpo y, por lo general, se reemplaza con el tejido o la carne de otra parte del cuerpo que es saludable. O se toma el enfoque alternativo de la guerra antibiótica, que tiene efectos tan fuertes que matan muchas más cosas además de la bacteria que está causando el problema. Claro que salva vidas en muchos casos, no hay duda de eso. Pero también destruye otras cosas muy útiles. Así que, en cualquier caso, la alopatía es un método invasivo.

Mientras que la Yogaterapia generalmente toma un enfoque probiótico no invasivo. Para afrontar los problemas, la Yogaterapia utiliza los recursos propios del cuerpo, como las piernas, los brazos, la respiración, la mente, la voz, etc., mediante un proceso de práctica y desapego. Esto puede ser una limitación de la terapia del Yoga, ya que no puede abordar muchas enfermedades que necesitan una intervención más rápida o fuerte. Por ejemplo, la Yogaterapia no puede curar enfermedades como el cáncer, el VIH o el retraso mental. Sin embargo, puede mejorar considerablemente la calidad de vida de los que padecen estas enfermedades, y puede servir como un adyuvante después de las intervenciones médicas.

Otra diferencia significativa entre los dos sistemas es que la alopatía trata de encajar a todos en cajas etiquetadas, mientras que el punto de vista de la Yogaterapia es percibir a los individuos como seres únicos.

La medicina moderna tiende a apoyarse en el método de normalización/estandarización. Ya sea en la determinación de los parámetros normales de entidades fisiológicas -¿cuánto se debe pesar? ¿cuánto debe ser la presión arterial? ¿cuál es el nivel ideal de glucosa en sangre? ¿cuál debe ser el ritmo cardíaco?- o en la oferta de intervenciones para mantener los parámetros a su rango promedio de valores. Pero ¿somos todos iguales? ¿Podemos todos caber en la misma medida?

Esta es la pregunta que plantea la Yogaterapia, y también proporciona la respuesta. La Yogaterapia ve a cada persona como única, e incluso dice que experimentamos la enfermedad de una manera única. No hay dos individuos que experimentarán una enfermedad de la misma manera, incluso si es la misma enfermedad. Por lo tanto, no diagnostica ni prescribe el mismo método para todos los solicitantes. Tomemos el caso de dos personas con depresión y obesidad. Una podría tener depresión como la causa de la obesidad, mientras que para la otra la obesidad podría ser la causa de su depresión. Entonces, ¿cómo puede la experiencia de ambas ser la misma? Y por lo tanto, ¿cómo puede el enfoque para curarlas ser similar? Ésta es la singularidad del Yoga terapéutico, que considera a cada individuo como una entidad única, que tiene su propia experiencia individual. Por lo tanto, los conceptos de autoindagación y autoevaluación son fundamentales en la premisa de la Yogaterapia.

A cada persona, su terapia

Si combinamos esto con la teoría de que el Yoga reconoce que cada uno de nosotros tiene una diferente constitución, cuya dominancia también se influye por diferentes parámetros como la edad, el trabajo, el género, la etapa de la vida, el medio ambiente, la dieta, las estaciones, etc., el resultado es un enfoque inteligente y, sin embargo, complejo y extremadamente sensibilizado al contexto de cada individuo, en lugar de un protocolo estandarizado.

Por ello, no se puede llamar Yogaterapia cuando sólo se trata de protocolos estandarizados de práctica para todos, independientemente de sus diferencias. Va en contra de la propia filosofía de la Yogaterapia. Cuando se investiga la validez del Yoga basándose en prácticas estandarizadas de Yogaterapia, deja de ser Yogaterapia. Y si se trata de prácticas individualizadas y únicas de Yoga, no tienen entidad de investigación.

Los antiguos maestros de Yoga eran sabios e inteligentes, no rechazaban las pruebas basadas en la evidencia, pero tampoco se limitaban a este enfoque para definir la validez de la realidad.

El Yoga ofrece tres métodos para definir/establecer una realidad: pratyakṣa, anumāna y āgamā.

  • Pratyakṣa es la percepción sensorial. Cuando un objeto está delante de nuestros sentidos y los sentidos son capaces de comprenderlo, entonces sabemos que es una realidad. Así, por ejemplo, vemos una rosa, la olemos y podemos tocarla. Sabemos que es real.
  • Anumāna es inferencia, donde medimos una parte y la proyectamos al conjunto. Por ejemplo, vemos humo y sabemos que hay un incendio. O si probamos un poco de agua de mar llegamos rápido a la conclusión de que todo el mar es salado.

Estos dos principios equivaldrían a lo que hoy llamamos un enfoque basado en la evidencia para establecer una realidad válida. La escuela de Yoga y muchas otras fueron más allá y establecieron que nuestro mundo no sólo está hecho de materia, sino que también lo componen entidades inmensurables como prāṇa, la conciencia y lo Divino. Entonces, ¿cómo establecer esto como una realidad? Aquí es donde aparece el tercer método, conocido como āgamā.

El conocimiento intuitivo: Ᾱgamā

Ᾱgamā se puede entender como la comprensión de la experiencia o el conocimiento intuitivo. Los seres humanos -y probablemente otras formas de vida- están dotados de perspicacia o intuición, que se define como percepción cuando estamos conectados a la luz dentro de nuestros corazones.

La intuición se llama al proceso de silenciar la mente y vincularnos más con el corazón. Y éste es el dominio en el que podemos experimentar todos los intangibles del mundo -el amor, el cuidado, la compasión, el prāṇa, etc-. Y aquí es donde se pone complicado, porque la intuición no está automáticamente disponible para todos en todo momento, es algo que uno tiene que cultivar y trabajar para poder adquirirlo, a través de la práctica del Yoga y la disciplina. Pero es posible. Y cuando se cultiva, abre las puertas a muchas percepciones que están más allá de los medios ordinarios de percepción.

Los yoguis se basaron en gran medida en esta intuición, en su método de observación y diagnóstico, y no sólo podían ir más cerca de la raíz del problema, sino que también podían evaluar cómo evoluciona una práctica de Yoga. La intuición también puede orientar al terapeuta de Yoga sobre el estado emocional del solicitante de la terapia, lo que también debe tenerse en cuenta al evaluar el proceso de sanación. Los yoguis del pasado fueron disciplinándose de forma continua en su práctica para poder permanecer conectados con sus corazones, de modo que disponían siempre de esta perspectiva intuitiva. Si se niega esta forma de percepción, se rechaza un aspecto muy fundamental del Yoga en el entendimiento de la realidad.

La Yogaterapia de ninguna manera rechaza el enfoque basado en la evidencia para establecer la realidad, sino que nos anima a no limitarnos al método materialista medible. Nos anima a experimentar la luz en nuestro corazón para que la comprensión profunda y la intuición se conviertan en nuestros amigos en el proceso de sanación.

Como terapeutas de Yoga, es necesario desarrollar métodos de autodisciplina y práctica que nos conecten más con nuestros corazones, para que podamos desarrollar esta intuición como un aliado en nuestro trabajo con pacientes con sufrimiento. Es entonces cuando podemos tener compasión, sentir su dolor, comprender sus capacidades y, lo más importante, conectar con ellos en la relación sagrada de un Yogaterapeuta y su paciente.

Es el momento de apelar a una nueva forma de pensar para poder evolucionar. Es importante que los terapeutas de Yoga permanezcan abiertos para que sus métodos sean investigados a través de los instrumentos medibles de la ciencia moderna. Al menos siempre que sea posible. Y es igualmente importante para la ciencia moderna abrazar métodos de eficacia que están más allá del alcance de los parámetros tangibles.

Intuyo que, cuando esto suceda, trascenderemos nuestros propios límites y nos enfocaremos en buscar las mejores soluciones para la humanidad, en lugar de tratar de promover el predominio de un sistema sobre otro.

Kausthub Desikachar, hijo y alumno de T. K. V. Desikachar, trabaja como yogaterapeuta para ofrecer soluciones eficaces para todo tipo de desequilibrios mentales, emocionales y físicos. Combina las enseñanzas del Yoga, el Ayurveda, los Vedas y la psicología moderna con el objetivo de empoderar a sus clientes en su camino de sanación, haciéndoles descubrir su propio potencial. Es reconocido por su conocimiento profundo de la tradición del Yoga y su capacidad pedagógica de explicar esas enseñanzas milenarias de manera accesible y adaptable en nuestra sociedad moderna.

Seminario de Anatomía sutil del Yoga

  • El 5, 6 y 7 de mayo del 2017 Kausthub Desikachar impartirá un seminario sobre la Anatomía Sutil del Yoga en Barcelona.
  • El jueves 4 de mayo se harán consultas particulares de Yogaterapia abiertas tanto a practicantes como a no practicantes de yoga.

Para más información puedes consultar la pagina www.yogadana.org/taller-desikachar-barcelona-madrid o escribir a tallerconkausthub@gmail.com.

Kausthub es invitado anualmente por la escuela española de Yogaterapia PranamanasYoga para impartir seminarios especificos a yogaterapeutas: pranamanasyoga.es/yoga-y-medicina. En los siguientes enlaces puedes encontrar todos los seminarios y las formaciones que imparte a nivel internacional: www.khyf.net  o www.kausthub.com