Probióticos para un aparato digestivo sano

2016-11-24

El ser humano es un universo vivo formado por millones de seres (células) que, asociados, constituyen las partes y procesos del cuerpo. Además, desde su proceso original evolutivo, el cuerpo humano contiene una colonia extra de organismos (flora bacteriana e intestinal) con los que convive en armonía, si hay equilibrio en los procesos metabólicos. Escribe Pablo Rego.

En un estado ideal de salud las colonias de microorganismos que habitan normalmente en nuestro organismo (bacterias, virus, hongos y protozoos) conviven en armonía, autorregulándose y ayudando a los procesos naturales del cuerpo, como por ejemplo la digestión o la eliminación de material excedente que el cuerpo no puede metabolizar.

Los probióticos son alimentos constituidos por bacterias “buenas” u hongos (o ambos) que favorecen el equilibrio de estas colonias que nos ayudan a realizar los procesos de absorción de nutrientes y eliminación de hidratos y azúcares excedentes, impidiendo, además, el desarrollo de otras bacterias u hongos “malos” o dañinos para el organismo humano.

Desequilibrios

Hay algunos factores que rompen esta armonía produciéndose dolencias típicas que pueden ser revertidas con la restitución de estos microorganismos perdidos. La mala alimentación o el consumo de medicamentos pueden eliminar de nuestro cuerpo gran parte de estos microorganismos beneficiosos produciéndose diarreas, inflamación intestinal crónica, el síndrome del colon irritable y hasta enfermedades graves como el cáncer.

La falta de algunos de los elementos necesarios para que estos organismos puedan vivir se debe a hábitos contrarios a la naturaleza humana. El exceso de ingesta de alimentos industrializados, de harina blanca o azúcar refinados, el exceso de carne y leche industrializada y la falta de consumo de verduras, legumbres o fruta crean en el cuerpo una ecuación que desequilibra la armonía de la colonia bacteriana.

Mantener el equilibrio con probióticos

Para restablecer este equilibrio existen los llamados probióticos, que no son otra cosa que alimentos que contienen microorganismos “buenos” que al ser consumidos se instalan en el intestino volviendo a formar parte de la flora intestinal y recuperando el número de integrantes necesarios para que nuestro cuerpo pueda realizar sus procesos óptimamente.

Los probióticos se consumen en alimentos de manera natural desde hace siglos. Uno de los medios contenedores de estos seres beneficiosos es el yogurt (natural, mucho mejor) que los hindúes consumen desde tiempos inmemoriales y la Medicina Ayurveda recomienda en diferentes dosis para restablecer todo tipo de equilibrio físico.

El kéfir es un alimento que ha comenzado a masificarse y también tiene estas características. Se utiliza para fermentar la leche, como ocurre con el yogurt, o pueden utilizarse sus gránulos para preparar un “agua de kéfir” utilizando el agua como medio. Este es también un producto muy antiguo descubierto en la región del Cáucaso, utilizado desde tiempos inmemoriales para mantener la salud.

Otro alimento cuyo consumo puede ser beneficioso es la levadura. Estos organismos utilizados para la producción de alimentos fermentados pueden ser consumidos directamente para fomentar la salud de la flora intestinal, ya que son importantes por su capacidad para descomponer azúcares o hidratos de carbono excedentes en el cuerpo.

A tener en cuenta

Estos preparados, en muchos casos, pueden ser adquiridos en comercios. La producción de yogures o preparados industriales con kéfir o levaduras está bastante desarrollada. Siempre es recomendable la utilización de estos productos de un origen artesanal ya que se trata de seres vivos que es mejor obtener de cuidadores dedicados evitando, en lo posible, la contradicción de utilizar productos creados por las mismas industrias que nos conducen a desequilibrar nuestro organismo.

Aunque se ha difundido la idea de que los probióticos sólo se reproducen en la leche, existen maneras de consumirlos en agua (como el kéfir) o en gránulos o polvo disueltos también en agua (como la levadura), evitando el conflicto de la intolerancia a la lactosa.

Estos alimentos que aportan grandes beneficios tienen su propia forma de colonizar y evolucionar en cada organismo. Hay personas que aceptan de manera natural su consumo sin perjuicios de ningún tipo y otros que pueden desarmonizarse un poco. En todos los casos se recomienda la observación y el cuidado en los efectos que puedan causar los probióticos en el organismo.

Algunas de las dolencias que pueden tratarse con probióticos:

  • Estreñimiento
  • Gases
  • Hinchazón abdominal
  • Eliminación de toxinas acumuladas y otros materiales de desecho de los intestinos mejorando mucho las sensaciones
  • Diarreas
  • Crónicas, infecciosas, la causada por rotavirus o por la ingesta de antibióticos.
  • Úlceras
  • Gastritis
  • Las condiciones para que se desarrollen diferentes tipos de cáncer
  • Inflamación intestinal
  • Síndrome del colon irritable

En la actualidad se están realizando una importante cantidad de estudios acerca del papel que juega la flora intestinal en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. La exploración de dicha relación va ganando fuerzas y la ciencia se está permitiendo avanzar en esta dirección investigativa con sorprendentes resultados, lo que reafirma la importancia de cuidar y mantener el equilibrio de este ámbito natural de nuestro cuerpo.

Pablo Rego. Profesor de Yoga. Masajista-Terapeuta holístico. Diplomado en Medicina Ayurveda de India.

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