Dos claves de ese bienestar que sientes cuando sales de clase de Yoga residen en el sistema parasimpático y, sobre todo, en el prana. Ahora te lo explicamos…
En la actualidad existen muchos estilos y enfoques diferentes del Yoga. Algunos consisten en descansar con la ayuda de apoyos en habitaciones tranquilas. Otros llevan a los estudiantes al límite de su capacidad física o se practican con música rítmica. Algunos se centran en la alineación física, y los hay con un enfoque basado en el corazón. Su variedad es tan amplia que casi resulta imposible conocerlos todos.
Sin embargo, todos los estilos de Yoga comparten algo que asombra a todo el mundo: la mayoría funcionan. En definitiva, te sientes mejor al salir de la clase. La cuestión es: ¿por qué? ¿Cómo funciona el Yoga?
Como probablemente hayas escuchado, una de la de las razones por las que el asana te hace sentir tan bien es porque activa tu sistema nervioso parasimpático gracias a dos elementos que todas las prácticas posturales tienen en común: el estiramiento y fortalecimiento de la musculatura, y la respiración calmada y profunda.
El inductor de la relajación
El sistema parasimpático es la parte de tu sistema nervioso que induce a la relajación, favorece la digestión y la asimilación de nutrientes y el sistema inmunitario, y también normaliza la tensión y reduce el ritmo cardiaco. Contrarresta muchos síntomas relacionados con el estrés y las consecuencias negativas de la vida moderna tan acelerada.
Pero lo cierto es que gran parte del Yoga que se practica en la actualidad no favorece tanto al sistema nervioso parasimpático como se cree. Para estimularlo hay que realizar posturas que incentiven la relajación profunda, como las flexiones hacia delante y las aperturas de cadera; hacer menos posturas de pie y haz más sentadas, supinas e inversiones. También es necesario mantener las asanas durante más tiempo, como en el yoga restaurador, y dedicar periodos de tiempo más largos a desarrollar una respiración lenta y completa.
Las series, las inclinaciones hacia atrás, los apoyos sobre manos y los equilibrios sobre brazos son poderosos y beneficiosos, pero no estimulan el sistema nervioso parasimpático tanto como las prácticas anteriores.
Así que, en suma, ¿qué es lo que nos hace sentir mejor? La respuesta es: casi todos los estilos de Hatha Yoga aumentan el flujo de prana (o fuerza vital) en el cuerpo.
La fuerza del prana
El yoga, como la acupuntura, el tai chi y qui gong, está basado en el prana (chi en las artes y ciencias chinas). Estas disciplinas consideran el prana como la fuerza esencial que lo sostiene todo. Los yoguis fueron más allá, prescribiendo el uso inteligente de prana como herramienta clave para el despertar espiritual. “Después de conocer el origen… y la existencia física de prana, uno alcanza la inmortalidad”, dice el Prasna Upanishad. En otras palabras, para alcanzar la finalidad de la vida y la práctica es necesario el buen uso del prana.
Prana siempre ha jugado un papel esencial en Hatha Yoga. Los antiguos textos sánscritos, como el Hatha Yoga Pradipika y Gheranda Samhita, señalan varias técnicas para aumentar, canalizar y regular la fuerza vital. En estos escritos se describe el asana como la base para prácticas más profundas de Hatha, porque ayuda a liberar la energía vital. Al mantener una postura mientras “respiras en ella” se disuelven las barreras pránicas. Cada postura libera prana de forma diferente. Por ejemplo, las flexiones hacia delante aumentan los tipos de prana que calman, relajan y asientan; las inclinaciones hacia atrás desbloquean las fuerzas pránicas que son más expansivas y revitalizantes.
Una de las mejores razones por las que te sientes mejor después de la clase es porque la práctica te ha ayudado a mover tu energía vital de una forma más equilibrada. Los principios de cómo los diferentes asanas afectan a la fuerza vital se explican en la tradición Hatha y en Ayurveda. Cuanto más aprendamos y practiquemos estas enseñanzas, más sabremos sobre las posturas más convenientes para un momento concreto. Si crees que la práctica que antes te hacía sentir bien ahora ha dejado de hacerlo, es el momento de cambiar.
“El control de prana es la mejor energía”, dice el Srimad Bhagavatam, una de las escrituras reverenciadas de la India. Cuanto más aprendas a utilizar bien el poder de prana que empieza con la asana, estarás más preparado para conocer el potencial ilimitado del Yoga.