8/12/2012/ Sobre el artículo Redescubrir el Yoga
Es asombroso e indignante comprobar cómo incluso llegan a celebrarse campeonatos de Yoga, donde se sirve el insólito y antiyóguico espectáculo de que los participantes ejecuten las posturas (asanas) más acrobáticas y enrevesadas para asi poder optar a ganar. Desde luego si cualquiera de los grandes maestros levantase la cabeza y viera uno de estos campeonatos, se quedaría más que perplejo. Campeonatos en los que se robustece el ego, el apego, el narcisismo y el culto desorbitado al cuerpo, o sea todo lo contrario al espíritu del verdadero Yoga. Menos mal que no se hacen campeonatos (al menos todavía) para ver quién medita mejor y entra más veces en samadhi.
Desde que abrí mi centro de yoga en 1971 y por el que ya han pasado más de medio millón de personas, siempre he insistido en que el en Yoga uno mismo pone e imprime su nivel. El Yoga no es competitivo, ni siquiera con uno mismo, y por fortuna y con un poco de sentido yóguico, o sea común, no es admisible dar cabida a niveles, como si se tratara del judo o del karate, ¿o es que hay gente que piensa idear también cinturones de colores para los distintos niveles?
El nivel no es solo porque uno haga mejor las posturas y dejarlo todo en lo físico (Yoga: unión de cuerpo y espíritu, del ser con el Ser), sino que es una actitud mental y un modo de ser. ¿Se puede acaso medir el nivel de atención, ética, ecuanimidad o lucidez? Cada persona al ejecutar, por ejemplo, los asanas, llega hasta donde buenamente pueda, con esfuerzo siempre bien medidos y nunca excesivos, y con ello la posición brinda todos sus beneficios.
Muchos lectores seguramente no sepan que Krishnamurti declaró varias veces que se había lesionado gravemente la espalda porque le incitaron a forzar en un asana. He visto en la India, muchas veces, buen número de asombrosos contorsionistas que dejarían por los suelos en elasticidad al más experto practicante de Yoga. Y sin embargo, y a pesar de haber convertido su cuerpo en goma elástica, no había en su actitud el menor signo de Yoga. El yoga no es para alardear, envanecerse, sentirse superior a los demás y retroalimentar ese fantasma nocivo que es el ego. Es humildad, paciencia, práctica asidua y bien administrada, arte de vida y técnica para evolucionar y ser mejor.
Ramiro Calle (ref. 004)
1/12/2012/ Yoga raves
Soy profesora de yoga en un centro de Buenos Aires, no muy grande pero con 27 años de existencia. He leido la entrevista con admirado profesor Ramiro Calle y la verdad es que no puedo decir que esté de acuerdo con él cuando descalifica otros estilos atléticos de practicar yoga. Los alumnos de mi escuela son muy jóvenes y algunos practican Ashtanga y asisten de vez en cuando a los yoga raves. ¿Es eso un pecado? Los chicos y chicas aman pasarlo bien, y eso es menos perjudicial que el «botellón» de ustedes, ¿no?
Otra cuestión: ¿cuándo van a entrevistar a personalidades del yoga en Argentina?
Gisela (Buenos Aires) (ref. 003)
17/11/2012/ ¿Os habéis olvidado?
Hola, amigos de YogaenRed, felicidades por vuestra iniciativa.
Es estupendo que haya un portal de yoga colectivo, en medio de tantas webs de centros y escuelas individuales.
Pero echo de menos que haya un lugar para opinar al final de cada artículo. ¿Os habéis olvidado?
De Cosme H. (Lugo)- (ref. 002)
Respuesta de YogaenRed a Cosme
Muchas gracias por tus amables palabras. No, no ha sido un olvido que no haya foro para opinar tras cada artículo. Lo cierto es que estos foros han ido desapareciendo de muchas webs porque se llenan de spam y limpiarlos tiene un alto coste de tiempo y trabajo. Por eso las opiniones se han ido trasladando a las redes sociales como Facebook y Twitter.
En Yogaenred ofrecemos esas opciones y también este espacio de El Foro, donde publicaremos las opiniones más interesantes.
YogaenRed
20/11/2012/ Vídeos comentados
Os animo a pedirle vídeos comentados a Godfrey Devereux y a José Luis Cabezas. Saben hacer y ¡son extraordinarios! Simplemente el comentario técnico de cualquiera de los vídeos de Yoga Dinámico que hay en Youtube daría para un artículo con el que los lectores disfrutarían. Y aprenderían. Y valorarían la necesidad de estudiar con profesor, no con vídeos solamente. Sería un estándar magnífico para que otros profesores (que los hay en España) se animasen a presentar sus trabajos.
Hay que volver a los conceptos básicos. Sin ellos no hay expansión de un movimiento inteligente a prueba de escaqueos apoyados en puntos fuertes. Y esto se llama bandhas, o ajuste del núcleo o del core o del powerhouse o activación del transverso o como se quiera.
De Roberto R. (Valladolid)-(ref. 001)