Cristina vive en Benarés por amor, por amor a la vida y a la India. Su relato y la sencillez con la que cuenta su aventura vital nos llena de inspiración, como sus sueños, que ha hecho realidad. Es fundadora de una ONG y de una agencia de viajes muy especial.
Mi nombre es Cristina Iglesias. Madrileña de nacimiento, desde muy joven y sin saber muy bien por qué me sentí atraída por India. Un mapa del país adornó mi habitación durante mucho tiempo, pero tuvieron que pasar nada menos que 23 años para que mi sueño de estar aquí se hiciera realidad.
Estudié trabajo social con idea de ser cooperante, aunque lo que de verdad soñaba era con tener mi propia ONG en India y ayudar a todas aquellas personas que lo necesitaran.
En el año 2011 viajé por primera vez a este país con un grupo de meditación de budismo tibetano al que pertenecía. Hicimos un peregrinaje por los diferentes lugares donde había estado Buda, y terminamos el recorrido en Benarés. Cuando vi los ghats, las vacas, el Ganges… me enamoré de este lugar con el que, durante años, había soñado.
A los tres meses de volver a España decidí venirme de nuevo a India de vacaciones, y pasé otros 15 días por el norte de India, terminando una vez más en Benarés.
Esta vez el regreso a España fue con la firme decisión de venirme a vivir aquí a Benarés unos meses y ver cómo me sentía. Así que pedí una excedencia en mi trabajo (trabajaba en un equipo de apoyo para personas con enfermedad mental en Madrid), cerré mi casa, vendí muchas de mis cosas, arreglé los papeles del colegio de mi hija (entonces Ananda tenía 8 años), y en el mes de agosto de 2012 llegamos las dos a Benarés. No vine buscando nada en particular, tan solo la experiencia de estar aquí, de cumplir ese sueño que había habitado en mi tanto tiempo.
Como trabajadora social de vocación, comencé a trabajar como voluntaria en una ONG española. A los 5 meses de voluntariado hablé con la directora y decidimos que me quedaría como cooperante. Así pasaron 3 años…3 años en los que mientras mi hija estudiaba en un colegio indio bilingüe, yo dedicaba mucho tiempo a esta organización, a la vez que las dos disfrutábamos de estar aquí.
En el mes de abril de 2015, por cuestiones personales, decidí dejar la ONG, pero no quería dejar India, así que traté de buscar trabajo en otro lugar. No es fácil encontrar un buen trabajo asalariado para un occidental en Benarés, pero tuve la suerte de ser contratada en el colegio donde estudia mi hija como encargada de la cafetería.
Así nace en mí una ONG
En octubre del 2014 había conocido a dos actores españoles, Iván Hermes y Vicenta Ndongo, mientras estaban en Benarés pasando unos días. Durante su estancia aquí Iván y Vicenta entablaron relación con un chico de 15 años, Amarjit, cuya familia tenía dificultades económicas, lo que le obligaba a trabajar de barquero en el Ganges. Vicenta e Iván entonces decidieron ayudar a Amarjit y me pidieron apoyo como intermediaria. Tras varias entrevistas con él y su padre, y después de recibir el dinero de España, consiguieron abrir una tienda de comestibles que aún sigue siendo el sustento principal de la familia.
Cuando me quedé sin trabajo, y antes de comenzar a trabajar en la cafetería del colegio, inspirada por la historia de Amarjit de pronto surgió en mí la idea de fundar una ONG que tuviera el mismo objetivo que habíamos logrado con él: ayudar a personas o familias desfavorecidas a ser autosuficientes. Ofrecer a las personas herramientas para que ellos mismos salgan de la pobreza y sean independientes, ya que las ONG´s suelen crear dependencia a sus usuarios… Yo no quería eso sino que las personas, después de recibir ayuda, caminaran solas…
Compartí mi idea con Iván y Vicenta, y con mi amigo Ravi, un guía local de Benarés con el que establecí relación en mi primer viaje, y entre todos decidimos crear Swawalambi, nuestra recién nacida ONG con sede en España y en India.
Pero la ONG no es un negocio. No es algo de lo que me planeo vivir, sino una forma de trabajar para la sociedad, una forma de ayudar a los que lo necesitan. No espero obtener beneficios materiales de Swawalambi, pero la vida continúa y hay gastos que cubrir, especialmente estando sola con una niña en India.
Así que a la vez que estaba en la cafetería y planificaba el trabajo de Swawalambi, junto con Ravi empezamos a desarrollar una pequeña empresa de viajes, Sangha Services, ofreciendo al público un viaje cultural original, cuyo objetivo es que las personas que vengan a India conozcan desde dentro la cultura, tradición y espiritualidad de este país. Les damos unas horas de clases teóricas por la mañana, para que tengan tiempo de hacer preguntas y entender cada tema desde sus raíces, y por la tarde hacemos salidas o actividades diversas, como clase de yoga, masaje de ayurveda, concierto de música, etc.
El “Viaje de conocimiento de la cultura india” se hizo realidad por primera vez en agosto, cuando un grupo de 10 personas vinieron con nosotros. La experiencia fue maravillosa para todos, viajeros y organizadores, y ahora estamos promocionando otro viaje para Navidad.
Además seguiremos sacando el viaje a los largo del año, y hemos ampliado los servicios de la empresa.
Aunque no se trate de un viaje en sí “espiritual”, que es lo que muchas personas vienen buscando a India, la espiritualidad es un aspecto importante del viaje, pues India es sin duda la cuna de la espiritualidad y aún se vive de manera muy directa en las calles de esta ciudad con sus rituales, sus templos, sus festivales devocionales.
Nosotros tratamos de cuidar el espíritu de nuestros viajeros, porque sabemos que India es un país que “te toca”. Venir aquí es venir a otro mundo. Cada uno vive India a su manera; unos vienen en busca de su “guru”, otros quieren mejorar su práctica del yoga, otros simplemente sienten curiosidad por esta cultura de la que tanto oímos hablar en Occidente y que tanta influencia tiene en muchos aspectos de nuestras vidas. Pero India nos toca a todos. Y eso es también espiritualidad…
India, una experiencia que transforma
He observado en estos años que, sin quererlo, un viaje a India te llega a esa parte que todos tenemos que trabajar, y que en cada uno es diferente. Si eres impaciente, trabajarás la paciencia; si eres tacaño, la generosidad; si eres muy espiritual, te toparás con una realidad materialista… y si eres materialista, verás la espiritualidad… ¡Pero hay que prepararse porque casi seguro se producirá un cambio dentro de ti!
Así que, finalmente, y tras unos meses de incertidumbre y de no sentirme bien con el trabajo en la cafetería, he decidido enfocar mi energía y dedicación a estos dos proyectos que han nacido del corazón: Swawalambi y Sangha Services.
Para mí, vivir en India es sin duda una experiencia única. Es romper conceptos, abrir la mente, dejar el juicio, y sobre todo es estar muy vivo, ¡porque aquí la vida está muy viva!
Personalmente amo India desde hace años, y desde que estoy aquí la amo aún más. Si es verdad que está sufriendo muchos cambios debidos a la globalización y la era tecnológica, también es verdad que aún conserva mucha pureza y raíces de una cultura milenaria.
Por eso disfruto realizando los viajes, porque quiero transmitir a las personas que vengan a India todo aquello tan fascinante que ofrece este país: yoga, ayurveda, música, templos, rituales, budismo… ¡y tantas cosas más!
Quien ama India, la ama para siempre… Y yo, afortunadamente, sigo viviendo mi amor por ella…
Cristina Iglesias es fundadora de Swawalambi y Sangha Services
–ONG: www.swawalambiong.blogspot.com
–Sangha Services: www.sanghaservices.wix.com/sangha-services