Si nos preguntaran qué es la relajación seguramente diríamos que es sentirse tranquilo, sin tensión. La relajación nos hace conectar con el bienestar en general. Escribe Isabel Cervantes.
Muchas de las enfermedades de nuestro tiempo son de origen psicosomático. El estilo de vida que llevamos ya desde pequeños nos induce a sostener tensiones en el cuerpo y la mente por mucho tiempo. Estas tensiones se acumulan hasta que la presión se hace insostenible y son liberadas enfermando física o mentalmente.
La respiración y la relajación están íntimamente conectadas. Si observamos a un bebé descansando comprobaremos que está profundamente relajado y que su respiración es abdominal. Pocos niños conservan ese poder de relajación más allá de los 10 años, e incluso en estos tiempos en los que desde muy temprana edad ya se les llena de actividades, la pierden mucho antes.
Muchos niños se quejan que cuando llega la noche y tienen que dormir se les hace imposible dejar de pensar o relajarse. No entienden por qué se sienten tensos, por qué no pueden dormirse.
Otras veces sí tienen claro el foco de la tensión, que puede haber surgido en la escuela o en casa. Es muy normal encontrarme con la situación de niños que llegan a la sala de yoga con la cara malhumorada, a veces enfadados e incluso agresivos. Es importante no juzgar esas actitudes y acercarse al niño o niña con el sincero interés de saber qué es lo que ha generado esa tensión. Por lo general, responden muy bien ante esta actitud, verbalizan la situación y liberan algo de presión. Y es ahí donde entra en escena el poder de la relajación consciente.
En cualquier caso, la meditación, el yoga y la relajación son de gran ayuda.
Los padres y educadores son el pilar del gran cambio que necesitan los niños. Entre todos podemos acercar sencillas técnicas que ayuden a los niños a aliviar ansiedad, a afrontar con una actitud más relajada miedos y tensiones propios de la edad y el entorno en el que les toque vivir.
Los niños son muy sensibles y enseguida sienten los efectos de estas técnicas. Se quedan sorprendidos cuando comprueban cómo sólo respirando con conciencia, estirándose, visualizando, bailando, cantando…ya notan cambios; cómo al relajarse no sólo liberan cansancio y tensión, sino que se sienten mucho mejor a nivel emocional, y que lo que antes era un muro o barrera ahora es algo de lo que pueden aprender.
Las técnicas de relajación han de formar parte de la vida diaria de adultos y niños. No podemos sentarnos a meditar sin antes haber relajado tensiones. Las posturas de yoga nos ayudan pero igualmente es necesario realizarlas desde una actitud relajada y desde una conciencia respiratoria.
Me gusta ponerles el ejemplo a los niños de que si no se lavan los dientes estos se enfermarán y que, de igual forma, si no relajan la mente y el cuerpo, pasará lo mismo. O que, igual que nos duchamos para mantener limpio el cuerpo, meditar y relajarse mantienen limpia la mente de pensamientos negativos.
Porque aprender a relajarse ha de ser un hábito de vida y no sólo una técnica para cuando estamos muy muy tensos. Si enseñamos a los niños a relajarse diariamente, aunque sea unos pocos minutos antes de irse a dormir, les estaremos ayudando a desarrollar una mente fuerte con la que hacer frente a los retos de la vida.
Tan solo unos minutos de relajación nos permiten recuperar energía, regenerarnos y sanarnos.
De nuevo los padres son los grandes protagonistas de esta historia. ¡Qué maravilla si cada familia introdujera el hábito de relajarse, si acompañara y guiara a sus hijos unos minutos cada día con alguna sencilla técnica, en la que toda la familia pudiera participar!
Algo sencillo, como contraer y soltar los músculos del cuerpo; sentir la respiración por la nariz suave y silenciosa; contar al subir y al bajar una escalera mágica con la respiración, en la que al exhalar se soltarán todas las tensiones; desarrollar sensaciones de pesadez en las diferentes partes del cuerpo; colocar las manos en la barriga y respirar hinchando y deshinchando un globo de colores; leer cuentos que induzcan a la relajación; bailar toda la familia… ¡Aprender a relajarse es conectar con la vida, es hacer un guiño a las tensiones, darse un respiro, destensar, sonreír y continuar el viaje!
Isabel Cervantes es directora de la escuela de yoga Kaivalya. Profesora de Hatha Yoga por la AEPY. Formadora de Profesores de Yoga por la European Yoga Alliance. Formadora de Profesores de Yoga para Niños Método Surya Kiranam. Maestra en Canto Védico por la Krishnamacharya Yoga Mandiram. Cantante y compositora de Mantras, grupo de música Adawis.