Estos beneficios abarcan las cinco envolturas o koshas que dan forma al ser humano: la física, la energética, la psíquica, la espiritual… Escribe Eva Klimberg.
El beneficio en la envoltura física (Anamaya Kosha) es bien conocido y apreciado hoy día en Occidente. Los diferentes grupos de asanas: invertidas, torsiones espinales, flexiones laterales, extensiones, etc, masajean, tonifican y desintoxican los diferentes órganos y tejidos.
La practica regular del yoga físico moviliza todo el sistema circulatorio drenando la sangre empobrecida de los órganos a través de la presión ejercida por la postura en diferentes áreas corporales. Una vez se «sale» de la postura se revitaliza la zona con sangre fresca y oxigenada por la respiración profunda y consciente.
La respiración depurada, modulada y pausada, pone en marcha la actividad del sistema nervioso parasimpático responsable de la vivencia o experiencia de relajación. Este mecanismo necesita también energía vital para ponerse en marcha y aportar así beneficios muy muy profundos en todos los sistemas.
La respiración trabaja sobre todo el ser humano, ya no sólo en el cuerpo físico, sino que la respiración impacta sobre el mundo emocional y mundo mental de la persona. La respiración consciente es el interlocutor entre cuerpo y mente.
La respiración también es el alimento de la envoltura energética (Pranamaya Kosha). Del proceso respiratorio proviene la experiencia de vitalidad.
Una de prácticas de respiración (Pranayama) mas impactantes a la vez que sencillas pretende equilibrar la actividad de los hemisferios cerebrales equilibrando los swaras o flujo respiratorio en las fosas nasales. Este equilibrio se refleja instantáneamente en la actividad del sistema nervioso simpático y parasimpático, generando una experiencia natural de silencio interior, es decir todo el mundo mental burdo (Manomaya Kosha), toda la actividad intelectual gratuita y descontrolada, cesa, se calma, se relaja, descansa.
Así la práctica de asanas y pranayama generan las condiciones propicias para que podamos observar a un ritmo mas lento, descubrir y comprender cómo funciona la mente. Si esta va demasiado rápido no hay manera de hacerse con ella… y nos puede complicar la vida… o hacernos sufrir.
Hay infinidad de técnicas de meditación aunque en realidad deberíamos llamarlas de atención-concentración. Estas no tienen ningún sentido si no hemos creado las condiciones propicias a través de un cuerpo físico tranquilo, cuando la respiración se muestra fluida y pausada. Es entonces cuando podemos impactar sobre la mente y empezar a trabajar las técnicas de atención concentración y eventualmente meditación.
Las diferentes técnicas de meditación pretenden liberar del subconsciente (Manomaya Kosha) los bloqueos y limitaciones, dejando así fluir el conocimiento intuitivo, la creatividad, la sabiduría y todo el potencial (en la 4ª envoltura Vigñanamaya Kosha) que está constreñido y limitado.
Los beneficios de la práctica de la atención-concentración y de la meditación son incalculables en la medida en la que el intelecto donde se encuentra la memoria, la razón, el ego creativo, etc., como herramienta podrá expresar su potencial al máximo.
El rendimiento intelectual después de una práctica de asanas, pranayama y meditación es muchísimo mayor
El efecto de la práctica de yoga nos permite conectarnos con una parte de nuestro ser (envoltura de felicidad o Anandamaya Kosha) donde todo es silencio, donde hay comprensión, donde no hay prejuicios mentales, sufrimiento o limitación.
Todos estos beneficios están disponibles en una práctica regular y comprometida.
Eva Klimberg es directora de Yoga Art Studio
Más información: http://www.yogaartstudio.com/