Los necesitamos para la salud, los necesita nuestro planeta, mejoraríamos el “gasto sanitario”. ¿A qué esperamos para generalizar su consumo? Escribe Dra.Pilar Luna.
Gracias al portal IniaciativaDebate.org, nos llega esta noticia: La salmonelosis y la diarrea se hacen fuertes en España.
La Agencia para los Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) explica las complicaciones de administrar “antibióticos que se añaden al alimento o al agua que ingieren el ganado vacuno, los cerdos, las aves y otros animales para consumo humano, a fin de ayudarlos a subir de peso más rápido o a que necesiten menos comida para hacerlo”.
Atiborrar a pollos o vacas de fármacos “contribuye a crear resistencias”, prosigue la institución en un intento de que los criadores sean “selectivos” a la hora de aplicar antibióticos. El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) resume la situación con una frase simple: “Se reducen las opciones de tratamiento”.
Las estimaciones de lo que cuesta esta patología varían desde los casos que no van al médico, 370 euros, a los 790 euros de quienes acuden a su centro de salud. Pero, si hay mayor gravedad y se precisa hospitalización, los cálculos se van a los 9.086 euros.
Desde hace mucho abogamos por medidas que puedan mejorar tanto nuestra salud como la del planeta, además tenemos cada vez más información de lo que supondría en cuanto a mejora del gasto sanitario, hoy tan necesario,
Muchas de estas medidas que podrían mejorar estos temas no dependen de nosotros sino de las instituciones y de los estados, pero si somos ciudadanos (y consumidores) responsables y comprometidos, hay cosas que si podemos mejorar: consumir productos de ganadería ecológicos, cada vez más disponibles en el mercado y preparados para cualquier tipo de dieta que deseemos practicar: tenemos lácteos bio, huevos bio y hasta carnes bio.
El consumidor tiene un gran poder para modular el mercado, como señala Goleman en su libro Inteligencia Ecológica y como se ha demostrado en múltiples ocasiones que(lo podéis constatar en la página de Greenpeace: Nuestras victorias.
Mantener un consumo de proteínas animales dentro de límites saludables, una sola comida al día con estos alimentos -lo que conocemos como “dieta inteligente”- ayuda igualmente a mejorar tanto este tema como nuestra salud, pero si optamos por un sobresaliente, que además sean productos bio.
Hubo una vez un gran incendio en un bosque, todos los animales salieron despavoridos, y desde una colina cercana lamentaban lo que ocurría. Mientras ellos se quejaban, un pequeño pajarillo se dedicaba a transportar agua en su pico y verterlo sobre las llamas. Los grandes animales le increparon: «Pero ¿qué haces?». Él les respondió: «¡Yo hago mi parte!».
Así que ánimo, hagamos nuestra parte; la única batalla que se pierde es la que se abandona.
Pilar Luna. Médico y Profesora de Yoga.