Sabíamos que el yoga puede mejorar la postura, la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza, al tiempo que ayuda a controlar el estrés e incluso mejora la memoria. Ahora los investigadores confirman que tiene potencial para reducir los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular. Comparte José Mª Márquez Jurado (Gopala).
Hay «pruebas prometedoras» de que el yoga es beneficioso en la gestión y mejora de los factores de riesgo asociados con la enfermedad cardiovascular y es un «tratamiento potencialmente efectivo» para la salud del sistema circulatorio.
Según una revisión sistemática de 37 ensayos controlados aleatorios con 2.768 sujetos, investigadores de Países Bajos y Estados Unidos concluyen que el yoga puede proporcionar los mismos beneficios en la reducción de factores de riesgo que actividades físicas tradicionales como andar en bicicleta o caminar a paso ligero.
«Este hallazgo es significativo para personas que no pueden o prefieren no realizar ejercicio aeróbico tradicional, porque aún podrían lograr beneficios similares en la reducción del riesgo», señalan estos científicos en un artículo en European Journal of Preventive Cardiology.
Estos expertos realizaron este meta-análisis para evaluar la evidencia y proporcionar una estimación combinada realista de la eficacia del yoga si se compara con el ejercicio y con la no práctica de actividad física. Los resultados mostraron que los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular mejoraron más en aquellos que hacen yoga que en los que no practican ejercicio, y en segundo lugar, que el yoga tuvo un efecto en estos riesgos comparables a realizar actividad física tradicional.
Además se pierde peso
Cuando se compara con no hacer deporte, el yoga se asoció con una mejoría significativa en cada uno de los resultados primarios de los factores de riesgo medidos: el índice de masa corporal se redujo en 0,77 kg/m2; la presión arterial sistólica bajó 21 mm Hg; la lipoproteína de baja densidad (colesterol malo) se redujo en 12,14 mg / dl, y la lipoproteína de alta densidad (colesterol bueno) aumentó en 3,20 mg / dl.
También hubo cambios significativos observados en las variables secundarias: el peso corporal se redujo en 2,32 kg, la presión arterial diastólica en 4,9 mm Hg, el colesterol total en 18,48 mg / dl, y la frecuencia cardiaca en 27 latidos / min. Sin embargo, no se encontraron mejoras en los parámetros de la diabetes (glucemia en ayunas y la hemoglobina glicosilada).
Las mejoras en los factores de riesgo (IMC, presión arterial, niveles de lípidos) fueron significativas cuando se utilizó el yoga junto a medicación. Entre los pacientes con enfermedad coronaria existente, el yoga proporciona un beneficio estadísticamente significativo en la reducción del colesterol LDL cuando se añade a la medicación (estatinas y fármacos hipolipemiantes).
En comparación con el ejercicio en sí, se vio que el yoga proporcionaba efectos comparables sobre los factores de riesgo a los del ejercicio aeróbico. Los investigadores señalan que esto podría ser a causa del impacto del yoga en la reducción del estrés, «que lleva a un impacto positivo en el estado neuroendocrino, metabólico y la función cardio-vagal».
Las similitudes con el ejercicio sobre los factores de riesgo cardiovasculares, dicen los investigadores, «sugieren que podría haber mecanismos comparables de funcionamiento, con algunos posibles beneficios aeróbicos fisiológicos que se producen con la práctica del yoga y algún efecto de relajación para reducir el estrés que ocurre con el ejercicio aeróbico».
Según la autora principal, Myriam Hunink, del Centro Médico de la Universidad Erasmus, en Rotterdam, Países Bajos, y la Escuela de Salud Pública de Boston, Harvard, Estados Unidos, estos resultados indican que el yoga puede ser muy útil para reducir el riesgo y que la evidencia apoya la aceptabilidad del yoga para «los pacientes con menor tolerancia física, como aquellos con condiciones cardiacas preexistentes, los ancianos o aquellos con dolor musculoesquelético o en las articulaciones».
Por lo tanto, los autores del trabajo concluyen que el yoga tiene el potencial de ser una estrategia de tratamiento y prevención rentable dado su bajo coste, al no necesitar un equipo caro o tecnología, con potencial de una mayor adherencia y una mayor calidad de vida, además de ser accesible para segmentos más grandes de la población.