El hatha yoga involucra la meditación y la respiración mientras que nos movemos a través de una serie de posturas, una práctica que ha demostrado grandes beneficios, a los que la comunidad científica agrega ahora uno más: aumenta la función cerebral. Ramiro Calle comparte este artículo de Nelly Toche publicado en El Economista.
Un estudio realizado en la Universidad de Illinois, encabezado por la doctora Neha Gothe y Edward McAuley, sugirió el aumento de la función cerebral y las capacidades cognitivas en adultos mayores que practican yoga tres veces a la semana durante ocho semanas.
En la investigación participaron 108 adultos que oscilan entre los 55 y 79 años de edad, 61 de los cuales asistieron a las clases de yoga, los otros se reunieron para el mismo número y duración de sesiones pero en otro tipo de actividades, que involucraban estiramientos y ejercicios de tonificación en lugar de yoga.
Al final de las ocho semanas, el grupo de yoga fue más rápido y preciso de lo que había sido antes de la intervención en las pruebas de recuperación de información, flexibilidad mental y tarea de transformación, mientras que el grupo de estiramiento y tonificación no observó ningún cambio significativo en el rendimiento cognitivo.
Neha Gothe explica para El Economista que las diferencias observadas entre los grupos de adultos mayores no fueron el resultado de las diferencias de edad, sexo, condición social u otros factores demográficos y que es posible que este enfoque de usar cuerpo, mente y respiración durante la práctica de yoga puede haber sido trasladado a situaciones fuera de las clases de yoga, lo que resulta en una mayor capacidad para mantener la atención.
“Estos estudios sugieren que el yoga tiene un efecto tranquilizante inmediato en el sistema nervioso simpático y en la respuesta del cuerpo al estrés, ya que sabemos que el estrés y la ansiedad pueden afectar al rendimiento cognitivo, la intervención de ocho semanas de yoga puede haber impulsado el desempeño de los participantes mediante la reducción de tensión”, dijo.
La también profesora de la Universidad de Wayne declaró que la mayoría de los estudios sobre esta actividad han utilizado pruebas cognitivas y que el siguiente paso para seguir demostrando sus beneficios será a través de tecnología de vanguardia, como resonancias magnéticas y otras formas de proyección de imagen, para averiguar con precisión los cambios que ocurren en el cerebro con la práctica de la yoga, que sin duda tiene beneficios para cualquier persona que así lo desee.
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