Escenario: Recepción del soberbio gimnasio McFlurry´s, franquicia del fisnes y el bisnes. Escribe: Roberto Rodríguez Nogueira.
Personajes:
- Tía buena en mallas, recepcionista
- Moza de calle, aspirante
- Coro de mozas sudadas en mallas
- Camilleros
Acto Primero y Único
Se abre el telón. Recepción del McFlurry´s. Dorados y negros. Toques de rojo. La entrada del escenario, a mano izquierda, es la puerta a la sala de yoga; la de la derecha, la de la calle.
En el centro, mostrador alto perpendicular al espectador, con la Recepcionista a la izquierda y la Aspirante a la derecha. Sobre el telón del fondo, de color oscuro, pósters enormes, oscuros con tonos dorados, rojos y grises de mozas y mozos estupendos medio desnudos, con abdominales abultados, oblícuos cincelados, caras de estreñimiento crónico y morritos.
Estilo industrial filonazi. Un póster, repetido a intervalos por el telón del fondo y bajo el mostrador proclama “300”, agresivo, sucio, con manchas rojas, como la peli, pero sin espartanos y sí con los abdominales de un yogui melenudo, fibroso, macizo, guarrete, en postura de loto.
Recepcionista: …y la clase de “Cardioyoga-300calorías©” (así, sin pausas, señalando con el boli, sin mirarlo, el póster promocional del yogui) es la mejor para tus (mirando a la Aspirante a las caderas mientras explota una pompa de chicle)… necesidades.
Aspirante (enrojeciendo): ¿Y crees que yo puedo?…
Recepcionista (sacando un folleto de “300” y leyéndolo en voz alta): Es lo bueno del yoga. “Es Universal. Todo el mundo puede hacerlo”. Aquí te lo dice bien claro (pompa).
Aspirante (sin dudar de la infalibilidad de la letra impresa): Claro, claro. Pero es que yo soy poco elástica, no hago ejercicio y el yoga me va a aburrir.
(Se abren las puertas de infierno -del escenario, la siniestra-. Vapores mefíticos llenan la escena de efluvios orientales. Estruendosa música de relajación)
Coro de mozas sudadas (cloquean riendo y jadeando asmáticas emergiendo entre la niebla): ¡Huuy el yoga! El mejor momento del día. ¡Cómo lo necesitaba! ¿Sabes que ya entro en la talla 34? Mi autoestima, por las nubes.
(Sonido de sirena. Entran dos camilleros por la otra puerta sujetando una camilla vacía. El escenario se ha llenado en un momento)
Recepcionista (levantando la voz hacia los camilleros): Por la puerta, por favor (señalando las puertas del averno con el boli)
Camilleros: Conocemos el camino ¿Qué tal churris?
Coro (varias voces individuales): Hola chicos. Como te decía, esa serie de perros bocarriba bocabajo… Creí que me moría. -Ya, díselo a Jenny, que se ha dislocado el hombro otra vez. -Uy pobre, es la tercera, pero no se rinde. -Es que esto es yoga, no hay que rendirse. Todo es mental. -Fuerza de voluntad. -¿Qué tal la rodilla? -Con fastum, de miedo. -Cuatro kilos en un mes. -Qué paz, la báscula.
(Salen los camilleros de escena por donde les indican)
Recepcionista: Como te decía, no te vas a aburrir. La profesora cambia la coreografía cada semana, a veces cada día. No te da tiempo a aburrirte.
Aspirante: Es que eso de las posturas suena lento y difícil.
Recepciosista: Huyy, hija, no. ¡Esto es yoga moderno! No hay posturas. Hay… espera un momento (consultando el folleto mientras explota otra pompa). Aquí lo pone: “Vinyasas”, que son las posturas unidas todas juntas, no lo de antes tan rollo de las posturas separadas y lentas. En menos tiempo haces muchas más. ¡Las haces todas! Te mueves un montón, o sea no te aburres, adelgazas y ganas relax y salud porque el yoga es eso: relax y salud. Más posturas, más relax, más salud. Mira, aquí lo dice (levantando otra vez el folleto ante las narices de la aspirante)
Aspirante: Sí sí, es verdad ¡300 calorías por clase! ¿Y no es difícil? Porque esa postura de la foto (señalando, titubeante, por dentro del folleto). Y si se juntan todas las posturas…. ¿Eso es un brazo? (incrédula)
Recepcionista: Ay, cariño, es que esta de la foto es la profesora, que tiene un nivel que ya ya. Pero es yoga, mujer, no puede ser difícil. Es Universal. Aquí lo pone (pompa tajante).
Aspirante (hipnotizada, bebiéndose la foto con avidez, un poco de asco y morbo): Y tiene abdominales.
Recepcionista: En vez de caderas (miradita). Además enseña cardiocrosstreinin y TRXing. Pero ella dice que todo se lo debe al yoga. Por lo mental, ya sabes.
Aspirante (asintiendo): Y qué joven está, ¿verdad?
Recepcionista: Ya te digo. Parece que tiene 22.
Aspirante: ¿Y cuántos tiene?
Recepcionista: 22 (pompa).
Camilleros (entran jocundos, profesionales, por la puerta de la izquierda llevando la camilla ahora ocupada con un bulto ensabanado y gimiente del que sale, rígido hacia el cielo, un brazo con la mano crispada): Venga, bonita, que sabes que no es nada. Que eso te lo colocan otra vez ahora mismo.
Coro: Venga, Jenny, que no es nada. Que la semana que viene aquí. Como ha sido al final seguro que has quemado 295 calorías.
(Entre convulsiones, los dedos de Jenny se hacen puño con pulgar en alto. Gemido triunfante y desgarrador)
Coro (en tumultuosa algarabía): ¡Le gusta! Esa es mi Jenny. Claro que sí, bonita. Mantra, chicas (todas a la vez): ¡Para presumir hay que sufrir!
Aspirante (un poquito acojonada): ¿Y no es peligroso?
Recepcionista: Qué va, si es yoga! ¡Tiene más peligro el punto de cruz!
Coro (risas):Y adelgaza menos. ¡El yoga es relax! ¡El yoga es salud!
Aspirante: ¿Y la dieta vegetariana? Que a mí me gusta la chichi…
Recepcionista: No te preocupes, hija. Aquí cada una come lo que quiere, eso sí, sin abusar de los carbohidratos y complementando con estos productos que encuentras aquí mismo (mostrando una barrita energética con aspecto, textura y seguramente sabor a truño glaseado).
Aspirante: Qué bien. Todo en casa. ¿Y eso de lo mental?
Recepcionista (leyendo el folleto) Mira, aquí te lo pone: “El yoga es, ante todo, una disciplina mental”. ¿Lo veeeees?
Aspirante (tímida): Así que sirve para la autoestima y lo positivo del pensamiento…
Recepcionista (mirada perdonavidas y pompa): El pensamiento positivo, quieres decir tú. Todo es mente. El “cardioyoga-300calorías©” va a hacer que te sientas la reina del mambo al quitarte (señálándola las caderas con el omnipotente boli-fusta) esos kilitos de más.
Aspirante (enrojeciendo): Bien que lo necesito. (Bajando la voz) Bueno, yo lo que necesito es mambo. Tú me entiendes.
Recepcionista (cómplice): Unos chicarrones tenemos aquí.
Aspirante (con ansia): ¿En yoga?
Recepcionista: Huuy, no. Ellos son muy machos. En la sala de pesas y en el Cardiocrostreinin o en TRXing. Seguro que en tres meses ya puedes entrar en Cardiocrostreinin.
Aspirante (con ansia viva): ¿Tú crees?
Recepcionista: Claro, cariño. El cardioyoga es la base de todo. Primero adelgazas con cardioyoga porque el yoga es relax y salud, y te enseña a conocer perfectamente tu cuerpo en tres meses, y aprendes todas las posturas, digo los vinyasas, y te relajas y eso. Luego ya puedes hacer cualquier cosa con salud. Además, hoy el yoga está en todo, porque es la base de la salud para tu cuerpo y tu mente. Todo es mente. Hay que conocerse. (Pompa. Silencio incómodo) Unos chicos en cardiocrostreinin…
Aspirante (como intentando encajárselo, piensa en voz alta). Claro. Tiene sentido. En tres meses aprendes yoga porque haces todas las posturas vinyasas y conoces tu cuerpo perfectamente y ya puedes machacarlo con salud porque lo haces con la mente relajada. Todo es mente.
Recepcionista: Pero no creas que no te machacas antes. Aquí en “cardioyoga-300calorías©” te machacas desde el primer día. ¡300 calorías por clase!
Coro (risas de bruja): -Aquí te machacas desde el primer día. Y sin aburrirte, que yo llevo cuatro meses y no he repetido ni una sola postura. -Todas nuevas todos los días. -Pásame la venda tobillera. -Te la cambio por dos muñequeras. -¿Quién tiene el fastum? Parece que os lo coméis. -Haya paz. -Namasté.
Aspirante (decidida, convencida, adepta): Hecho. Me apunto. Se van a enterar todos los tíos del crostrescuatro ese.
Recepcionista (tendiéndola la palma, que la otra choca): Claro que sí, bonita. Así se habla. El yoga te va a cambiar la vida.
Telón (Pompa)
Epílogo:
Ninguna moza ha sido herida (muy grave) durante la realización del sainete. Tras la sexta dislocación acromioclavicular en el vinyasa de flexión perrobocarriba bocabajo (sin mariconadas como pararse a enseñarlo correctamente, porque eso no consume calorías), Jennifer Espinosa (nombre figurado) decidió operarse: se hizo una lipoescultura en el culo. También se sacó un abono-full para el fisioterapeuta del gimnasio (todo queda en casa). Ha perdido una arroba, ganado dos pretendientes y un culo y goza, además, de una gran complicidad con el fisio, que la escucha sin juzgarla un par de horas a la semana mientras la reinserta el hombro.
La Aspirante ha perdido seis kilos. A cambio ha logrado un alias molón en el grupo. La conocen como Elecinco (que es donde la diagnosticaron el pinzamiento lumbar la segunda semana). También logró un revolcón y un “Te llamo luego” de un dios del mambo que bien valió la ciática. “A mí el yoga me cambió la vida. Soy otra”, dice ahora con una autoestima que te mueres y sin que se la noten ni las caderas ni lo que la duelen.
Quién es
Roberto Rodríguez Nogueira es profesor de yoga, blogger y escritor.