La asociación ‘Arunai yoga y diversidad funcional’ se dedica a impartir clases de yoga adaptado a personas con discapacidad, física, psíquica o sensorial, y en general a cualquier colectivo que requiera adaptación en su prácticas según sus características. Nos explica este nuevo servicio Laura Piquer, de Valencia, profesora de kundalini yoga y creadora de la asociación.
¿Podemos hacer una distinción clara entre lo personal y lo cultural? ¿Quién pone nuestros límites y barreras: la sociedad o nosotros mismos? A menudo asociamos la felicidad con poseer una casa grande, un buen trabajo, una pareja idea… Igualmente se tiende a asociar una buena condición física con el éxito, pero esta asociación es tan solo una trampa mental.
Crecemos con ideas impuestas sobre las cosas materiales que necesitamos para ser felices y también con supuestos sobre la condición que debiera tener un cuerpo para desenvolverse en el día a día, desempeñar un trabajo, formar una familia o para hacer yoga.
«Yogás-citta-vrtti-nirodhah». Así es como Patañjali lo define en los Yoga sutras, uno de los textos más antiguos que existen sobre esta técnica. Hay distintas formas de conseguir que la mente deje de divagar y vuelva al momento presente, al famoso “aquí y ahora”, y por lo tanto muchas maneras de practicar yoga, algunas más centradas en el cuerpo y otras menos.
El yoga es una manera de sentir(se), un estado que nos permite abrir un espacio interno de calma y conciencia. Practicamos yoga para habitar nuestro cuerpo y llenarlo de presencia, y la condición física es tan solo una variable más. El cuerpo, entendido como un medio para el autoconocimiento y el lugar donde se materializan las sensaciones que experimentamos, hace la vez de instrumento para alcanzar la mente y cambiar su rumbo.
Las diversas posturas con las que trabaja el yoga tienen infinidad de adaptaciones, y los efectos son exactamente los mismos, ya que es la conciencia con la que se practica y no las grandes proezas lo que da sentido a la práctica. Aprender a respirar, meditar y observarnos internamente son capacidades que cualquiera puede adquirir.
En Arunai hacemos yoga para personas con diversidad funcional. Nuestra tarea consiste en hacer uso de las diferentes herramientas que nos brinda el yoga; a saber, posturas, meditaciones, ejercicios de respiración, mudras y mantras, para adaptar la práctica a las particularidades de cada persona o grupo.
El colectivo de personas con diversidad funcional tiene como característica principal la heterogeneidad, ya que no se define por algo que tienen en común todas ellas, sino por ser visiblemente diferentes de una idea ficticia de “persona normal”, y es aquí donde nuestro trabajo cobra especial sentido, adaptando y posibilitando que la práctica sea accesible.
Más información y consutas: www.arunaiyoga.com info@arunaiyoga.com.