El Yoga y los Planetas

2014-05-05

El ser humano, como microcosmos unido al gran cosmos, debe adaptarse a su entorno para fluir con el cosmos y así vivir en armonía. Pretender lo contrario, que el mundo se adapte a nosotros, es signo de ignorancia y egoísmo; por tanto, de separación, de conflictos, dolor y sufrimiento. Lo veremos en este seminario de fin de semana en Begues (Barcelona), los días 30, 31 de mayo y 1 junio. Escribe Miquel Gabarró.

planetas

La palabra Yoga se define como una experiencia de “Unión” o fusión, lo cual implica una “relación buena” con las cosas con que nos queremos unir.
Todo ser humano aspira a ser feliz, pretende vivir en armonía consigo mismo y con su entorno, con los demás seres, el mundo, el cosmos, la vida… Gracias a una “buena relación” se encuentra la amistad, la armonía, el equilibrio, la estabilidad, tranquilidad y felicidad.

El objeto de unión con el que nos vamos a relacionar es con el Cosmos, los Astros o Planetas.

Vivimos en un universo ordenado. Existe un orden cósmico, unas leyes universales. Las tradiciones antiguas lo han llamado: Tao, Rita, Dharma, Brahman, Shiva (como danza cósmica), el Orden Natural, Verdad, Realidad, Cosmos, Logos, Dios, etc.

El ser humano, como microcosmos unido al gran cosmos, para vivir en armonía debe adaptarse a su entorno y fluir con el cosmos. Pretender lo contrario, que el mundo se adapte a nosotros, es signo de ignorancia y egoísmo; por tanto, de separación, de conflictos, dolor y sufrimiento.

Los Planetas

Podemos definir a los planetas como cuerpos celestes que desprenden un conjunto de “fuerzas o energía-conciencia”. La astrología nos habla de sus influencias. Los astrónomos detectan vibraciones electromagnéticas y sonidos que nos llegan a la Tierra de los movimientos de las esferas planetarias.

Nuestro universo es sonoro. Los satélites y en los centros observatorios de astronomía detectan mediante aparatos la “música de las esferas”, resonancias y vibraciones de los cuerpos celestes transportadas por el espacio. Vivimos envueltos de vibraciones (electromagnéticas y sonoras de distintos niveles, ultrasonidos, laser…), de fuerzas cósmicas, de energías en sus diversas modulaciones.

Los siete planetas mayores se manifiestan como siete niveles de conciencia (con sus atributos, cualidades, defectos, actitudes, fuerzas…), siete estados anímicos, siete arquetipos, siete tipologías, etc.

El ritmo del número siete es uno de los más importantes, considerado como número mágico. Así tenemos: siete planetas, siete días de la semana, siete chakras, siete rayos, siete metales, siete colores del arco iris, siete gemas, siete maravillas del mundo, siete años (o septenios)… Dios creo el mundo en siete días…

Existe una relación entre los días de la semana y las fuerzas planetarias. La antigua cultura greco-romana dio nombre a los siete planetas mayores relacionándolos con sus dioses y mitos. Los siete días surgen de dividir en cuatro el ciclo mensual lunar.

Las fuerzas planetarias pueden ser consideradas como arquetipos o impulsos que subyacen en la conducta humana. Se les considera detonadores. Si bien los planetas no causan eventos, puesto que representan inclinaciones más que compulsiones, sí nos empujan a ciertas conductas.

El Cosmos nos influye; en esencia somos idénticos a él. El Cosmos esta constantemente manifestándose a través de sus fuerzas en la materia densa terrestre, en la Tierra, en el ser humano, en los reinos animal y vegetal. La materia densa terrestre no es más que un gran vacío ocupado por campos de fuerzas cósmicas donde se trasmuta constantemente materia en energía y viceversa (fenómeno captado por la física moderna). Unas de estas fuerzas son las zodiacales y las planetarias.

No podríamos decir en qué porcentaje las fuerzas planetarias nos afectan, pero sí sabemos que están ahí, bien presentes en nuestro interior y exterior. En nuestro interior, como lo que somos (cualidades, defectos, potencial, morfología…). En el exterior, en el clima, en las estaciones del año, ciclo diario, horarios….; además, tenemos buenos y malos días a pesar de nuestra buena voluntad…

El Cosmos es un conjunto de “fuerzas cósmicas” que irradian hacia la Totalidad. Cuando nos referimos a las fuerzas planetarias, no debe suponerse solamente a las fuerzas físicas de un planeta; entendemos que son las fuerzas espirituales que actúan sobre todo lo existente y sobre todo como “niveles de conciencia o vibracionales”, energía-conciencia o conciencia-fuerza. Así, decimos que uno tiene más de Marte, otro es más Lunar, etc.

Estas fuerzas espirituales que vienen del Cosmos a la Tierra es lo que permite la vida. Residen en nuestros cuerpos sutiles y penetran en la materia en el cuerpo físico.

Así, pues, nuestro verdadero origen es de índole espiritual, cósmico. Somos un microcosmos unido al gran Cosmos. En nuestro interior residen las fuerzas universales: los planetas, los astros, el sol, la luna, los distintos elementos, los alientos vitales, etc. Y, el Yoga, es eso, una experiencia de unión e integración con el Cosmos, con el Todo.

La Astrología Védica (Jyotish) considera a los planetas como los instrumentos por lo cuales opera la ley del Karma. Se consideran nueve planetas (Graha): el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno; y los dos nodos lunares (norte y sur) Rahu y Ketu.

Cada planeta tiene su correspondiente frecuencia vibratoria, elemento, color, forma geometría, personalidad, carácter, con atracciones y repulsiones, amistades y enemistades. Cada individuo esta formado por una combinación especifica de estas fuerzas planetarias y, de ello dependerán nuestra constitución, carácter, atracciones repulsiones, conducta, personalidad…

La sesión de yoga en el ciclo semanal: Planeta/día de la semana

La práctica de yoga para cada día/planeta contempla la relación entre el Yoga y la Astrología. Los siete planetas principales dan nombre a los siete días de la semana. De esta relación –día y su planeta – surge una “Sadhana semanal” de acorde al carácter de cada planeta.

Podemos experimentar con las fuerzas del planeta/día, percibirlas, ver cómo nos sentimos. Podemos aprovechar el impulso correspondiente planeta/día a la hora de realizar tareas y actividades. Podemos vivir la energía del día: en la sesión de yoga, en las actitudes, actividades, alimentación, ritmo diario, etc.

Cada día es un nuevo día, diferente, especial, siempre hay algo a celebrar. Podemos estar atentos para captarlo, sentir la energía del día, lo que nos ofrece o retiene, lo que es favorable y lo que no. Podemos utilizar el color del día, ingerir el cereal correspondiente, realizar la actividad física y psíquica más favorable de acorde al día, etc.

Esta práctica, es pues, una manera de ir actualizando las cualidades que ya disponemos como potencial, y de ir añadiendo las que nos faltan. Esto favorece la salud de nuestros dosha, de nuestra Prakriti, ya que a menudo tendemos a aumentar lo que ya poseemos.

La actitud egoísta pide que el entorno se adapte a nosotros, y uno se enfada cuando no lo consigue cambiar. El inegoísmo, la humildad, es lo contrario; somos nosotros quienes hemos de adaptarnos. El cosmos, el clima, las estaciones, las semanas, los días, etc., son como son, no pueden cambiar, pero nuestras actitudes y reacciones sí pueden cambiar.

Miquel Gabarró es profesor de yoga por la AEPY desde el año 1986 y formador de profesores de yoga de la AEPY desde el año 2003, miembro de su Comité Pedagógico. También es profesor de Qi gong y diplomado en Terapia Manual. Dirige el Centre de Ioga L’Om de Vilafranca del Penedès (Barcelona).

El Seminario

  • Cuándo: 30, 31 de mayo y 1 de junio
  • Dónde: Begues (Barcelona)
  • Dirige: Miquel Gabarró
  • Más información: iogalom@iogalom.com T 938900633 – 659980817