El escritor Ian Bradley elige la imagen del nudo celta para ilustrar el carácter de los cultos místicos primitivos en Gran Bretaña. Este diseño de un bucle sin fin, entrelazado de cintas serpentinas, se encuentra en todo el arte celta, adornando las grandes cruces de los caminos y llenando páginas y páginas de libros de los iluminados monjes irlandeses. Por Koncha Pinós-Pey para Espacio MIMIND.
“Que cada santo que esté en el cielo,
Cada mujer santa en el cielo,
Que cada ángel del cielo,
Estire los brazos hacia ti.
Te allanen el camino,
Cuando viajes por caminos desconocidos,
O tengas que cruzar ríos difíciles
O cuando tengas que llamar a casas desconocidas
Que tengas un santo que te ayude a cruzar el río”
Bendición celta irlandesa
El origen seguramente sea precristiano, y quizás el nudo celta simbolizara el ciclo sin fin de la existencia. En la era cristiana se convirtió en un símbolo de la eternidad y de la protección. Para los celtas era el escudo frente a las fuerzas del mal. En el mundo céltico el agua en movimiento constante -manantiales, ríos y lagos- eran lugares sagrados, y el nudo también representaba el agua moviéndose.
El nudo celta tiene otras características; es como una frontera claramente definida que encierra una espiral en su interior. Es la combinación del movimiento constante dentro del nudo, y el sentido del límite, la protección que nos otorga la frontera. Y así es la metáfora de la mente que nos ofrecen los mitos celtas.
Nosotros también podemos perdernos y encontrarnos a nosotros mismos, como peregrinos dentro de los giros y vueltas del nudo celta…
Principio y final del camino
Parece como una pista con rodeos y desvíos, con callejones sin salida, y ese es el camino bueno -el más misterioso-. La ruta indirecta de la mente, que ofrece un sinfín de oportunidades a lo largo del camino, también nos lleva a tiempos de espera y sufrimiento, de decepciones y frustraciones, de la vía del dolor a la vía de la resurrección. Al final el nudo celta nos lleva al punto de partida, a la persona que es el Alfa y el Omega, el principio y el final de nuestro viaje.
Las personas que sufren ansiedad pueden encontrar muchos beneficios en el arte celta. La ansiedad, el estrés, ataques de pánico o TDAH son a menudo el resultado de demasiados estímulos externos, llegando a crear un estado cerebral hiperactivo en el que la mente se obsesiona con el miedo. El miedo llega a producir lo que más teme: el miedo al miedo, colocando al cerebro en un estado de temor sin final.
He usado el nudo celta como parte del trabajo mindfulness, ayudando a aplacar el estado de ansiedad, y entre todos los dibujos el mejor es el “nudo celta de la Trinidad”. Este diseño presenta varias ventajas: el paciente puede llegar a sentir el arrullo del flujo de su mente, sin tener que estresarse, de modo fácil y sencillo. También se puede remontar el movimiento a mano, e incluso reseguirlo en un movimiento repetitivo que tiene la capacidad de inducir a la mente a un estado de tranquilidad. Se puede incluso iniciar previamente con una meditación sencilla de tres minutos, relajando la parte posterior del cuello y la parte superior, los ojos, la mano, los dedos.
Trazando las curvas y espirales de los nudos celtas se involucran los dos hemisferios del cerebro mientras que se trabaja a través del neocórtex. Esta acción calma el cuerpo calloso y el centro del corpus en la corteza media frontal del cerebro.
Hacer el nudo celta tiene los mismos efectos cerebrales que una autohipnosis ligera, y el cerebro se calma dejando de moverse en modo “lucha, huida o amenaza” y pasando a estar plenamente consciente. Este cambio de conciencia se produce en los momentos de lograr unirse con el diseño, trazando y trazando. El cambio se hace sin esfuerzo, sin necesidad de prestar una especial atención. Basta con trazar y el cerebro crea el cambio cognitivo.
Nudo terapeútico
Es especialmente recomendable para los pacientes de comportamiento agitado, a cuyo cerebro le cuesta descomprimir sus impulsos de huida, lucha o amenaza, y son ayudados por dibujos y ejercicios de respiración. Indicado para estados de pánico, ansiedad, ira, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo, así como afecciones neurológicas que impliquen procesamiento irregular, tales como autismo, déficit de atención. El cerebro encuentra la calma y empieza desde los tres primeros minutos un estado más equilibrado.
Si alguno de los lectores son profesionales, investigadores, psicólogos o educadores y desean estructurar o ejecutar unos sencillos ejercicios basados en el nudo celta, por favor poneros en contacto con nosotros en info@estudioscontemplativos.com
A partir de estos primeros nudos celtas se nos recuerda que toda nuestra vida es un peregrinar misterioso. A veces puede parecer que vagamos sin rumbo, sin destino, dando vueltas sobre nosotros mismos, perdidos en la frustración y en la desilusión, pero todos y cada uno de nuestros viajes del cerebro están contenidos dentro del abrazo protector del Universo.