Las cuatro actitudes del corazón

2025-04-25

El desarrollo de la actitud adecuada es un viaje continuo, un proceso de acallar el ruido mental. El camino está lleno de desafíos y descubrimientos personales. Implica, además de la práctica de técnicas de meditación y respiración, la purificación de nuestra mente con el fin de alcanzar una conexión más profunda con nuestro ser interno. Escribe Isabel Ward.

Para poder disfrutar de una vida plena y feliz es esencial contar con una actitud mental adecuada, pues sin ella corremos el riesgo de ser arrastrados por estados de ánimo negativos. Esta actitud adecuada requiere la purificación de la mente, un concepto que está presente en el budismo, en el yoga, en las terapias de nueva generación dentro la psicología o en los estudios neurocientificos.

El ruido no solo habita en nuestras cabeza; también en el cuerpo. De hecho, son esas vibraciones locas que brincan del cerebro al corazón, dan un paseo por la garganta, se estacionan en el estómago o se lanzan cuesta abajo por las piernas, dejándolas paralizadas o listas para la huida de un peligro que muchas veces solo existe en nuestra imaginación.

Plantando semillas

A menudo, nos quedamos con cara de «¿qué?» cuando intentamos identificar ese ruido que revoluciona esas emociones, sentimientos y pensamientos que no solo gobiernan nuestras acciones y hábitos sino que acaban guiando nuestro destino. Miedo, ira, tristeza, asco, sorpresa… acampan a sus anchas por nuestro interior. A veces intentamos dominarlos; otras veces, los ignoramos, esperando que al distraernos se desvanezcan. Sin embargo, las emociones activan, de forma negativa o positiva, los procesos psicológicos que nos conectan con el alma, la esencia vital y la mente humana.

Ningún poder sobrenatural puede detener las emociones. Solo el esfuerzo correcto puede mitigar su intensidad hasta que dejen de retumbar en nuestro interior. En vez de querer controlarlas o salir corriendo, la propuesta es que las escuchemos y empecemos a comprender las causas y las consecuencias. Sin duda, pronto nos daremos cuenta, como han advertido los sabios y la ciencia moderna, que las emociones negativas enquistadas o mal canalizadas nos conducen al sufrimiento y a la enfermedad. En cambio, las emociones positivas serenan, equilibran, armonizan y desarrollan la sabiduría. ¡Y lo mejor de todo es que las podemos cultivar!

Como decía el sabio Thich Nhat Hanh, nuestro interior es como un jardín fértil. Lo que sembremos en él, eso florecerá. Si plantamos semillas de miedo o ira, eso mismo recogeremos. Pero si en cambio elegimos sembrar amor, compasión y calma, ¡imagina la belleza que puede brotar! La tristeza o el malestar también germinan si les damos espacio, pero lo mismo ocurre con la ecuanimidad y la alegría: solo necesitan ser nutridas con intención.

Por eso, cuando cultivamos actitudes sublimes comenzamos a armonizar esas notas disonantes que a veces retumban dentro de nosotros. Y en esa armonía surge algo maravilloso: el verdadero silencio interior, lo que en el yoga se llama vṛtti nirodha, el cese de las fluctuaciones de la mente.

Las cuatro actitudes sublimes

Tanto las enseñanzas orientales tradicionales como los estudios modernos realizados demuestran que el cultivo de “las cuatro actitudes sublimes” son la vía para alejarnos del ruido, acercarnos al silencio interior y, con ello, a la satisfacción personal.

Estas cuatro actitudes sublimes no son solo ideas bonitas; son prácticas vivas, meditaciones que nos ayudan a soltar el ruido del mundo para entrar en un espacio interno donde florece lo más auténtico de nuestro ser. Eso sí, como en todo jardín hay que estar atentos a las malas hierbas: los obstáculos internos que pueden debilitar estas actitudes y alejarnos de lo que verdaderamente anhelamos.

  1. Bondad amorosa (Maitri o Metta)
    La bondad amorosa comienza con un acto simple: tratarnos con amabilidad. Mirar hacia dentro con honestidad y ternura nos permite transformar el apego, la ira y los patrones que nos alejan de la paz en oportunidades de crecimiento. Al cultivar amor en nuestro interior, este se expande hacia los demás de forma natural, como una luz que no necesita esfuerzo para brillar.
  2. Compasión (Karuna)
    La compasión abre el corazón. A través de la empatía, conectamos con nuestro dolor y el de los demás, reconociendo que no estamos solos en nuestras luchas. Esta comprensión nos une, derriba muros y transforma el sufrimiento en un puente de sanación. La verdadera compasión no es lástima sino acción: alivia, acompaña y da sentido. Practicarla requiere presencia, pero también nos devuelve propósito y plenitud.
  3. Alegría empática (Mudita)
    La alegría empática es celebrar el bienestar propio y ajeno. Nos permite compartir la felicidad sin comparaciones ni celos, reconociendo que la dicha del otro también nos nutre. Aunque a veces surgen obstáculos como la envidia o la necesidad de validación, podemos elegir un camino distinto: uno donde la alegría se contagia, fortalece vínculos y llena la vida de luz compartida.
  4. Ecuanimidad (Upekkha o Upekṣā)
    La ecuanimidad es una calma profunda frente a los cambios inevitables de la vida. No es indiferencia, sino presencia serena. Nos enseña a soltar, a no aferrarnos ni rechazar, y a responder con claridad en lugar de reaccionar. En medio del caos, esta virtud es un refugio interno, una fuerza silenciosa que nace de la quietud y la aceptación.

Curso de Sabiduría innata y corazón

El curso que os propongo comienza el 17 de mayo y se desarrollará en cuatro sesiones en sábado de cuatro horas cada una, con el objetivo de profundizar en cada una de las cuatro virtudes sublimes. En cada encuentro, dedicaremos tiempo al estudio y la comprensión de una de estas cualidades, así como a explorar los aspectos que suelen oponerse a ellas. Por ejemplo, al trabajar la bondad amorosa, también abordaremos temas como la aceptación o el apego, integrándolos como parte del proceso.

A lo largo del curso, incorporaremos prácticas de atención plena específicas para cada virtud, como meditaciones en posición sentada, de pie o tumbada, movimientos conscientes y técnicas de respiración. También trabajaremos la comunicación consciente, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás, como parte fundamental del cultivo de estas actitudes.

Al finalizar, entregaré un manual completo con propuestas de prácticas para cada virtud, además de lecturas recomendadas para profundizar en cada tema. Todo ello estará acompañado de meditaciones guiadas grabadas, para que puedas continuar la práctica en casa a tu propio ritmo.

Isabel Ward es profesora de yoga  y fundadora de Yoga Anandamaya.
Más información del curso: https://www.yogaanandamaya.com/event/curso-de-mindfulness-sabiduria-innata-y-corazon/