La formación continua en yoga es un viaje sin fin. En la Escuela Internacional de Yoga, creemos que cada curso y taller es una oportunidad para profundizar, renovar la motivación y conectar con nuevos enfoques. Ya sea como practicante o profesor, seguir aprendiendo es clave para crecer y enriquecer nuestra práctica.
Practicar yoga es comenzar un camino que nunca termina. Una senda en espiral que no avanza en línea recta, sino que nos invita una y otra vez a volver a la base, a mirar con nuevos ojos lo ya aprendido, a descubrir una dimensión más profunda del cuerpo, de la respiración, del pensamiento, del silencio. Porque el yoga —como la vida— cambia, se transforma y nos transforma. Y es precisamente esa cualidad infinita del yoga lo que hace que la formación continua no sea solo una posibilidad, sino casi una necesidad para quienes desean vivir esta práctica con conciencia, compromiso y vocación de crecimiento.
En la Escuela Internacional de Yoga, desde hace más de 25 años, acompañamos a miles de estudiantes en su camino formativo. Y algo que hemos comprobado una y otra vez es que quienes se comprometen con su formación más allá del curso inicial, quienes siguen explorando, indagando, profundizando… no solo crecen como practicantes o profesores/as, sino que también cultivan una relación más viva, auténtica y duradera con el yoga.
El yoga no se aprende de una vez para siempre
Una formación profesional, como las que ofrecemos en nuestra escuela, marca un antes y un después en el camino personal y vocacional. Pero nadie puede agotar el océano del yoga en un solo curso. La enseñanza del yoga requiere experiencia, maduración, sensibilidad… Y, sobre todo, humildad. Porque cada nueva práctica, cada nuevo taller, cada maestro/a con una mirada distinta, cada espacio compartido con otros/as practicantes, nos recuerda que siempre hay algo más que aprender, algo más que descubrir.
A veces, ese nuevo aprendizaje surge de una necesidad concreta: una pregunta sobre cómo usar un soporte, una curiosidad por el Bhakti Yoga, el reconocimiento de la necesidad de aprender sobre un tema concreto, un interés específico, una inquietud sobre cómo trabajar con alumnado con estrés o ansiedad, etc. Otras veces, la búsqueda nace de algo más sutil: un deseo de renovar la motivación, de reconectar con la inspiración, de volver a enamorarse de la práctica cuando esta se ha vuelto rutina. En ambos casos, los cursos cortos y talleres se convierten en verdaderos catalizadores de transformación.
La belleza de mirar con nuevos ojos
Una de las grandes riquezas de la formación continua es que nos permite salir de nuestros propios límites. Como practicantes o docentes, a veces nos quedamos anclados en una forma de hacer, en un estilo determinado, en una estructura que, aunque segura, puede volverse rígida con el tiempo. Los cursos breves nos invitan a salir de esa zona de confort, a mirar con curiosidad lo que no conocemos, a explorar nuevas perspectivas del yoga que, quizás, nunca nos habíamos planteado.
Descubrir el poder del Yoga Restaurativo, adentrarse en los fundamentos del Ayurveda, explorar el universo del Tantrismo de Cachemira, integrar la meditación para todo el mundo en la práctica diaria, aprender a diseñar series específicas o conocer los usos de una silla en clase… Cada una de estas experiencias puede enriquecer no solo nuestro saber técnico, sino nuestra capacidad de conectar con los/as demás desde lugares más amplios y humanos.
Formación continua: también como actualización profesional
En los últimos años, el yoga ha evolucionado con rapidez. Nuevas investigaciones en anatomía, pedagogía y neurociencia están aportando herramientas valiosas para una enseñanza más inclusiva, segura y adaptada. En este contexto, es fundamental que quienes enseñamos yoga no nos quedemos anclados en lo aprendido una vez, sino que cultivemos una actitud de actualización permanente.
Un/a profesor/a que sigue formándose es alguien que no se conforma con repetir lo que ya sabe, sino que escucha, observa, se cuestiona y se transforma con el tiempo. Esta actitud de aprendizaje continuo no solo enriquece nuestras clases, sino que también inspira confianza y credibilidad en el alumnado. Es, en definitiva, una muestra de amor y respeto hacia la práctica que compartimos.
Un espacio de inspiración y comunidad
Además de todo esto, los cursos cortos tienen algo más, algo difícil de describir, pero profundamente valioso: la chispa de la inspiración. Cada taller es una oportunidad para volver a encender el fuego interior. Para conectar con formadores/as que viven el yoga desde un lugar auténtico. Para compartir con otros/as practicantes que, como tú, quieren seguir creciendo.
En la Escuela Internacional de Yoga lo vemos una y otra vez: estudiantes que llegan al curso con cansancio, con dudas, con un deseo de reencontrarse con su práctica… y que salen con los ojos brillantes, con nuevas ideas, con la certeza de que el camino sigue y que hay tanto por recorrer. Porque un curso corto puede abrir una puerta inesperada, puede ser ese giro de timón que nos devuelve el entusiasmo, que nos inspira a dar un nuevo paso.
Una invitación desde la Escuela Internacional de Yoga
En estos meses, hemos diseñado una propuesta muy especial de cursos cortos presenciales y online, pensados para que puedas seguir creciendo en las áreas que más te interesen, y descubrir otras que quizás aún no conoces.
Desde talleres intensivos presenciales como Backbends: Extensiones, Handstand: Equilibrios sobre manos y un taller de Iniciación al Yoga Restaurativo, hasta espacios online de indagación como Tantrismo y Shivaísmo de Cachemira, La esencia del Bhakti Yoga o Sánscrito: la voz del yoga. Propuestas muy prácticas como Yoga con silla, Filosofía del Yoga: un enfoque práctico, o Yoga para el estrés y la ansiedad, hasta experiencias muy vivenciales como nuestro Reto de 21 días en Meditación o el Curso de Meditación para Principiantes.
Los cursos se imparten en formato presencial (en nuestra sede de Madrid) y también online, para que puedas participar estés donde estés, con la misma cercanía y calidad de siempre.
Además, nuestros cursos breves están abiertos a practicantes de todos los niveles, y ofrecen descuentos especiales para el alumnado y antiguo alumnado de la Escuela, porque creemos que el aprendizaje no termina cuando acaba un curso, sino que se cultiva a lo largo de toda la vida.
El camino continúa… y siempre se abre una nueva puerta
Sea cual sea tu momento actual en la práctica, te invitamos a preguntarte:
- ¿Hay algo que siempre has querido explorar y aún no has podido?
- ¿Sientes que tu enseñanza o práctica necesita renovarse?
- ¿Te apetece reconectar con la inspiración y sentirte parte de una comunidad que también camina contigo?
Si has respondido que sí a alguna de las cuestiones, quizás este sea el momento de dar un paso más. No un salto enorme, sino una semilla. Un pequeño gesto hacia ti, hacia tu bienestar, hacia tu compromiso con la transformación que el yoga nos propone.
Porque el verdadero aprendizaje no es lineal, ni tiene un final. Es un viaje circular, vivo, generoso. Y cada curso, cada encuentro, cada momento en el que eliges seguir aprendiendo… es un regalo.
Escuela Internacional de Yoga
Formación, inspiración y acompañamiento en cada etapa de tu camino.
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