A lo largo de su trayectoria, el yoga ha sido como un río en el que han ido confluyendo afluentes de los más diversos conocimientos y metodologías psicoespirituales. Así el yoga se convirtió en una corriente espiritual híbrida donde las haya, pero por ello mismo sumamente rica, eficiente, sanamente adogmática y muy práctica. Escribe Ramiro Calle.

El faquir y hombre santo Purana Puri
Por eso es aún más lamentable que se haya reducido a un mero ejercicio físico sin otro contenido, llamándosele yoga a lo que no es yoga. Todos los grandes y serios expertos en yoga son lúcida e hirientemente conscientes de hasta qué punto el yoga ha sido vulnerado. Por eso a menudo en mis intervenciones en los medios o en conferencias he lanzado al aire la pregunta: «¿Por qué le llaman yoga a lo que no es yoga?», que habría que acompañarla de esta otra: «¿Y por qué no le llaman yoga a lo que es yoga?».
En algunos círculos tenidos por yóguicos se ha dicho de mí que soy el «azote del yoga moderno», lo que me divierte tanto como humildemente me enorgullece, pues es como si el ajedrecista quisiera esclarecer que el juego del ajedrez no es el de damas o el de backgammon, o como si un joyero quiere especificas que la bisutería no es joyería por mucho que el bisutero se empecinara en ello.
Hay unas palabras de René Guenón que merece la pena recordar: «Cuidado con los charlatanes que buscan sacar provecho de cualquier idea inspirada más o menos vagamente en él y para fines que no tienen nada absolutamente de espiritual. Una advertencia así no es ciertamente inútil».
Y ahora transcribo unas palabras mías que publiqué hace mucho tiempo y cuyo sentido está más vigente que nunca:
«Demasiado a menudo se ha mostrado una visión deformada de esta milenaria disciplina, y ello ha generado mucha confusión en personas que no han tenido la paciencia o motivación necesarias para cuestionar y seguir indagando. Incluso se han adoptado formas de yoga que nada tienen que ver con el verdadero yoga. La distorsión aún ha sido mayor en modalidades como el hatha-yoga, el tantra-yoga o el kundalini-yoga. En cuanto a los ‘yogas atléticos’, el falseamiento y despropósito han sido totales, hasta tal punto que para justificarlos y concederles una especie de ‘credenciales’ o toque de tradición, se ha hablado de textos inexistentes, añadiendo falaces explicaciones de por qué han desaparecido».
Mi obra Los Siete Yogas se ha convertido en cierto modo en un clásico, apareciendo ahora su cuarta edición. Trato en la misma de hacer justicia a este fabuloso sistema de mejoramiento humano que es el yoga, de exponer sus enseñanzas y métodos, y adentrarme en sus diferentes ramas. Lo esencial es la práctica, y tras sesenta años practicando y dando clases, puedo decir que en verdad ningún esfuerzo se pierde y que el yoga nos proporciona fabulosas herramientas para aliviar el sufrimiento, encontrar estados de dicha interior y seguir el noble arte de vivir.
Ramiro Calle es pionero de la enseñanza del yoga en España, disciplina que imparte desde hace más de 30 años en el centro de Yoga Y Orientalismo «Shadak». Es el más importante escritor orientalista de este país y uno de los más importantes de toda Europa. Autor de numerosas obras, ha estudiado en profundidad los efectos terapéuticos de las psicologias orientales y de los aportes de la meditación al psicoanálisis, la psicoterapia y la neurociencia. Ver su canal en Youtube.
Todos sus libros en la Biblioteca Ramiro Calle de Editorial Mandala:
https://www.mandalaediciones.com/autores/ramiro-calle.asp