Conversaciones con Swami Satyananda Saraswati sobre el Shiva Samhita (1)

2025-02-03

Apasionante lo que nos revela esta conversación con Swami Satyananda Saraswati, con quien hemos ahondado en el texto de origen desconocido Shiva Samhita: «Es un texto que vibra desde el corazón de la tradición yóguica con todos sus elementos». Con esta entrevista retomamos las conversaciones que realiza y escribe la profesora Blanca San Román para YogaenRed.

Swami-Satyananda

 

Esta conversación sobre el Shiva Samhita con Swami Satyananda Saraswati (ver notas biográficas al final) ha sido un verdadero honor. Conocer a una persona tan elevada y a la vez cercana, conversar con alguien que comparte un amplio conocimiento y una experiencia profunda es un regalo.

«La Shiva Samhita –empieza a explicarnos Swami Satyananda Saraswati– tiene un origen desconocido. En Occidente puede sorprendernos que el autor no dejara su nombre, pero en el mundo de la tradición lo más importante era la sabiduría, y lo menos, la autoría, que se compartía. Hay muchos textos antiguos cuyo autor es casi simbólico, como Vyasa, ¡Cuántos textos tiene Vyasa! O Shankara, por no hablar de otros mahatmas cuyos discípulos o discípulos de discípulos, teniendo la misma cosmovisión, escriben con el mismo nombre de su gurú o su paramatma guru.

Entonces, la Shiva Samhita es un compendio extraordinario de sabiduría yóguica que alguien tiene a bien recoger en cinco extraordinarios capítulos sin necesidad de poner su nombre, lo cual, ya digo, es algo común en la tradición».

Blanca San Román: Esto es algo que sorprende en Occidente, y es el punto de partida de estas conversaciones. La mayoría de estos textos de origen desconocido están un poco relegados, no se les da la importancia suficiente. Mientras, dentro de la enseñanza del yoga, los textos que tienen una autoría reconocida, como los Yogasutra de Patánjali, están firmemente consolidados.

Swami Satyananda Saraswati: Correcto, parece que la autoría fuera más importante que el propio texto. En el mundo tradicional hindú esto no es así. Pero hay otro tema: ¿por qué los profesores de yoga se acogen a los YogaSutra de Patánjali y, aunque no habla mucho de ásanas, es lo que enseñan? Pues porque es un texto relativamente fácil y comprensible. Habla de la mente, aunque puede haber un pequeño tabú con yamas y niyamas, y por eso algunos profesores lo bajan a un nivel posmoderno, podríamos decir.

Pero cuando hablamos del Shiva Samhita, el texto enfatiza la necesidad de un guru, la necesidad de despertar kundalini;  habla de prácticas tántricas, de una profundidad y de un mundo que la persona que va a al estudio de yoga a hacer un poco de movimiento dice: “Esto no es lo que yo buscaba, yo quería encontrarme un poco mejor de la espalda, y no se me había ocurrido que despertar mi kundalini me llevaría a otros procesos diferentes de mi visión”.

Shiva Samhita es un texto que vibra desde el corazón de la tradición yóguica con todos sus elementos. Es un texto muy rico y muy bello.

B. S. R.: ¿Crees que la mente occidental está muy condicionada hacia que lo que creemos que no es real, no es tan válido? ¿O piensas que quizás hay otra explicación?

S. S. S.: Hay un reduccionismo de nuestra realidad. El hombre hace 500 años, el hombre del medievo, por no hablar del griego, conversaba con sus dioses, con sus devas. El mundo mitológico y simbólico tenia igual o más importancia que su oficio. Ahora no creemos lo que no vemos; la mente humana, la educación y el condicionamiento han ido reduciendo las capacidades de ver los planos divinos en nuestra vida. Vemos la fábrica, el metro y cuando llegamos a casa, la televisión. Hemos perdido la capacidad de ver el plano divino, que tiene una potencialidad metafísica que es inherente al ser humano. Entonces, cuando un texto no tiene autor, suena a mítico. Cuando Shiva habla a Párvati no te parece una conversación entre dos personas históricamente reales.

B. S. R.: Vamos a poner un poco en contexto sobre qué habla el Shiva Samhita.

S. S. S.: Lo primero, la fecha. Hay quien lo sitúa en el siglo XVII, pero Maddison y gente mas entendida ven que ya hay textos en el siglo XVI o el anterior que lo citan, así que posiblemente sea un texto hacia el año 1.500, o yo diría incluso un poco antes.

• En el primer capítulo habla de la metafísica, del Advaita Vedanta, de las distintas escuelas, para acabar diciendo que el yoga es la mejor. Nos habla también del mundo, de jiva, el ser individual, del atma, del dolor, de la esclavitud, de la ignorancia, del conocimiento y de los medios de la liberación. Es como una introducción profunda a lo que irá tratando de los cinco elementos de la manifestación, para al final decir que solo hay uno. Es la parte más metafísica como doctrina.

Vemos un yoga que está muy cercano a la concepción del advaita, que hay una realidad que trasciende, que el mundo es una apariencia, un poder también, algo que aparece y desaparece. Es la visión de que hay una realidad trascendente que es una y la descubro yendo hacia adentro. Esta sería la esencia de este primer patala o capítulo.

• El segundo capítulo habla ya del cuerpo del yogui, y entramos en la visión yóguica, muy bella: «En el interior de este cuerpo tiene su morada el monte Meru, al que circulan siete islas además de lagos, mares, colinas, praderas, cada cual con la deidad que lo preside. Allí también tienen su morada los rishis, los munis y todas las estrellas y los planetas, así como todos los lugares de peregrinación y los templos con los dioses que residen en ellos. En este cuerpo vagan el sol y la luna, las causas de la creación y la destrucción. Allí se encuentran asimismo los cinco elementos: éter, aire, fuego, agua,tierra. Todas las criaturas existentes en los tres mundos se hayan también en este mismo cuerpo; ellas se hayan unidas en el monte Meru y siempre están ocupadas en el cumplimiento de sus deberes. Quien sabe todo esto es sin duda alguna un yogui”.

El yogui, aunque quiere trascender su cuerpo, lo diviniza. Une el macrocosmos con el microcosmos. Este segundo capítulo habla también del cuerpo sutil: ida, pingala, shushumna, del fuego que es necesario despertar para purificar todo esto. De cómo el jiva está atado a un cuerpo y quiere abandonar ese cuerpo. Al final habla del conocimiento.

• El tercer capítulo va entrando en cosas más concretas. Los cinco pranas, los pranas menores y el método más rápido para alcanzar el estado del yoga: la necesidad de tener un guru, de vivir con él, de seguir su disciplina. Sigue hablando del cuerpo del yogui, de los obstáculos en el camino, reglas a seguir, empieza a hablar de kumbaka. Y al final de este capítulo menciona cuatro ásanas: Sidhasana, Padmasana, Paschimottanasana y Svastikasana. No menciona más este texto.

B. S. R.: Todas posturas sentadas.

S. S. S.: Son ásanas de meditación. También es una buena reflexión de que no solo es ásana, y da mucha más importancia al mudra y al bandha, cierres que van a generar que la energía esté estimulada y elevar la kundalini para llevar a cabo el proceso de purificación.

• En el cuarto patala o capítulo se habla de yoni mudra, despertar de la kundalini, maha mudra, maha beddha, kechari mudra, jalanldhara bandha, mula bandha, Viparita karani, vajroli mudra, mencionando el poder del semen del hombre y cómo el yogui lo conserva para acelerar su proceso. Este sería el cuarto patala, que es el mas práctico.

• En el capítulo quinto es donde empieza con los obstáculos. Este es más largo, tiene 260 versos. Habla de los tipos de aspirantes; dice que hay un aspirante flojo, un aspirante medio y un aspirante intenso. El flojo pone diferente valor en su práctica, en su proceso y avance.

B. S. R.: Encuentro muy interesante que se valore que no todo el mundo se acerca al yoga igual, sino que cada uno parte de un punto distinto.

S. S. S.: Efectivamente. Está la persona que quiere sentirse un poco mejor sin cambiar su forma de vivir ni de pensar, y hay quien busca una transformación. Este capítulo quinto además habla del yogui liberado, de meditaciones muy interesantes: meditación en la cavidad de la  garganta, meditación en el cráneo, de distintas experiencias, vuelve a mencionar la kundalini, habla de chakras, habla del brahmarandra y se extiende bastante con ese tema. De nuevo la meta del yogui y luego, ya al final, habla del mantra.

Esto sería muy por encima el contenido del texto.

B. S. R.: ¿Que piensa de que a esta obra se le dé mucha importancia como texto tántrico? Por ejemplo, cuando expone todas las formas de purificación y el trabajo con los mudras.

S. S. S.: Son prácticas tántricas y prácticas yóguicas. El Hatha Yoga Pradipika o el Gheranda Samhita son más para el yogui asceta, pero en el Shiva Samhita hay un momento que dice: “La persona casada, que disfrute de la dicha del yoga y que disfrute del placer”.  Hay estos versos que lo ponen en un contexto más tantra, más kaula, si se quiere, y se sale un poco del yogui asceta, pero es una parte pequeña. Entre los nathas, Matsyendra era un gran tántrico, un gran kaula, pero Goraksha no.  Shiva Samshita es un texto que podría considerarte sin duda tántrico y yóguico, los dos a la vez.

B. S. R.: Todo al final confluye en la misma dirección, somos nosotros quienes ponemos las etiquetas. Pero, aunque lo leí hace mucho, si recuerdo que hablaba del grihastha, del sostenedor del hogar, y de cómo la persona con una vida común podía realizarse también, y me pareció muy insólito.

S. S. S.: Esto lo diferencia de otros textos. Dice que la persona puede vivir en su casa, puede vivir en el mundo y, a la vez, por medio de prácticas (que no son nada fáciles), obtener ese dominio. Estos textos no son guías; sin un guru al lado no son más que pequeños apuntes. Necesitas a alguien que te conozca y te observe, que te diga cuáles son los bandhas, los mudras y qué es lo mejor para ti. No puedes decir tengo este texto y ya está; los libros son una pequeña ayuda, pero hace falta el conocedor del texto concreto que te indique.

B. S. R.: Ahí entramos en la importancia de un guru en la enseñanza del yoga, al menos en la India. Aquí nos resistimos un poco a otorgarle ese poder y esa fe. Cuando te inicias en un texto así no estás preparada para absorber toda esa enseñanza; es el guru quien te tiene que ir guiando y ayudando en la aproximación.

S. S. S.: Lo primero es encontrar esa persona en la que tienes fe y confianza, y luego acceder a tomar su consejo. Al final tú decides, pero su función es aconsejarte; si no, no es un guru, es un farsante. Pero, claro, en Occidente la mayoría del yoga es muy superficial. Para hacer unos ásanas y pranayama, lo que necesitamos es un buen profesor que conozca bien lo que enseña, con eso es suficiente. Es aquel que quiere un proceso de transformación, o que quiere llegar al estado de samadhi a través del yoga el busca un guru. Al señor que te enseña a relajarte, pues igual le faltan medios, porque este proceso de aquietamiento interior es un camino sutil y alguien que no ha recorrido esto, no te ayuda.

Hay algo muy importante también que a veces se nos olvida: un swami ha estado con bastantes mahatmas en la India, y cuando estás cerca de personas así, en este estado expandido, sientes una paz, una quietud, la mente va hacia el centro. Esta enseñanza silenciosa, esta impregnación silenciosa, es lo más poderoso… Más que su palabra es su contacto…

B. S. R.: La presencia es muy importante.

S. S. S.: Por esto se habla del darshan, de acercarte a un mahatma aunque no sea tu guru. Estás un rato con él y te llevas un impacto de su estado. El guru no tiene nada que tú no tengas, pero tú no lo has reconocido en ti mismo.

B. S. R.: Yo reconozco que he tenido muchas resistencias, pero incluso si eres un profesor de yoga que enseñas ásanas, es importante ese proceso, porque otorga confianza no solo en el otro sino en ti y en tu proceso personal…

S. S. S.: Hemos de entender que el guru es el representante de un linaje de sabiduría, y si tú quieres esta sabiduría, has de ir a él con shraddha, que se traduce muchas veces como fe, pero que no es fe sino confianza, porque lo has probado. Entonces sigues sus técnicas o su consejo o meditas con él y ves que algo se abre en ti, él te está mostrando algo que ya está en ti. Es muy bello.

B. S. R.: Siento que ese paso del que hablas es de una trascendencia muy importante para cualquier persona que esté en el yoga.

S. S. S.: El yoga, según Vyasa, es samadhi. ¿Dónde quiere llevarnos? ¿A respirar mejor? No. Quiere llevarnos a ese espacio de absoluta plenitud que existe en nosotros. No puedo olvidar que el yoga tiene esta función y reconocer que en mí existe la potencialidad de llegar este estado. El yogui es aquel que se empodera, pero su poder se basa no en el concepto, ni en la mente, ni en la creencia, sino en el silencio. En el espacio del silencio el yogui va encontrando que ahí está todo.

B. S. R.: Sí, eso es esencial. En Occidente hemos identificado las herramientas del yoga con el yoga. Pero todas ellas están para acceder a un estado...

S. S. S.: Son medios para acceder a lo más importante. Hay quien sin usar estas herramientas acceden a ese lugar. Sería importante observar el momento después de usar esas herramientas, observar esa sensación de que el mundo desaparece y la mente se sumerge en el silencio. Estos segundos son más importantes que la destreza en cualquier ásana, porque el propósito de todo ello es llevarte ahí. Siento que los profesores no lo enfatizan suficiente. Somos expertos en técnicas, pero ¿para qué? Es para entrar a ese espacio. Ese es el corazón del yoga.

B. S. R.: Para finalizar, ¿qué hay más destacable en el Shiva Samhita  que no esté en otros textos?

S .S. S.: Destacaría la exhaustiva descripción del cuerpo sutil. De ida, pingala, shushumna, los chakras mayores y menores. Pasa varios versos hablando de brahmarandra, cuando la energía llega a este lugar, de la meditación en este espacio. Esa parte de kundalini y de la anatomía interna pienso que está muy bien elaborada en el Shiva Samhita.

B. S. R.: ¿Qué importancia tiene o ha tenido para ti en tu aprendizaje o en tu enseñanza?

S. S. S.: Es un texto que conozco desde 1978, y lo he releído varias veces. Mi camino no ha sido el hatha yoga, sido más bien el advaita vedanta, pero es un texto al que, no sé por qué, le tengo un gran amor. Mi camino ha sido el kundalini yoga, en cuanto al despertar de la kundalini, y el Shiva Samhita ha sido una referencia de cosas que uno experimenta y vive.

Quiero volver a enfatizar que un texto no es una guía que me llevo a casa y hago lo que quiero, sino que es el instructor o guía más directo quien determina esto. Pero sí que Shiva Samhita nos da una referencia y una visión profunda de lo que es el mundo del hatha yoga. Ahora, el hatha yogui lee a Patánjali, pero éste solo dice: “sthira sukham asanam”, la postura debe ser firme y confortable. No dice nada más. Shiva Samhita es un texto que vibra desde el corazón de la tradición yóguica con todos sus elementos. Es un texto muy rico y muy bello.

→ Sobre Swami Satyananda Saraswati:

Nacido en Barcelona en 1955, Swami Satyananda Saraswati​ viajó a India con 20 años. Allí conoció a su maestro, Swami Muktananda Paramahamsa, quien le inició en el camino de la meditación y el autoconocimiento según la tradición del advaita-vedanta, el shivaismo de Cachemira y el yoga. En 1980 fue iniciado como sannyasi (monje renunciante) de la orden de Sri Shankara.

Ha fundado la Asociación Advaitavidya, Kailash Ashram (2017) y Ediciones Advaitavidya (2018).

Ha publicado El hinduismo (Fragmenta, 2014), traducción ampliada del original en catalán publicado el 2012, MaunaLa enseñanza del Silencio (Ediciones Advaitavidya, 2018), Viveka, el discernimiento entre lo real y lo no real / Vairagya, el desapego (2018), Sādhana. El camino a la plenitud (2021), Mente, meditación y silencio (2021),  Las bases del yoga (Kairós, 2021),  Llenaré los tres mundos de dicha divina (Advaitavidya, 2024). Es autor de numerosos artículos e introducciones a libros de temática índica.

A través de sus seminarios, retiros y satsangs, su aparición en los medios de comunicación, sus libros y la enseñanza impartida en el ámbito universitario de varios países, Swami Satyananda Saraswati es uno de los principales referentes en lengua hispana del hinduismo y del advaita tradicional.

Durante este año ofrece dos retiros de meditación:

  • Del 7 al 9 de febrero, ‘Encontrar la luz interior». Retiro de meditación y silencio. En Kailash Ashram (Aliste, Zamora)
  • Del 17 al 20 de abril, ‘Reflejos del Ser’. Tú eres el Ser, puro, libre y eterno. Retiro de enseñanza, meditación y yoga. Kailash Ashram (Aliste, Zamora ) y online.

→ Sobre la autora de esta entrevista, Blanca San Román:

Puedes ver otros artículos y conversaciones de ella misma AQUÍ. Blanca San Román se inicia en el yoga en 1990, comenzando un camino de búsqueda donde prueba distintas escuelas y tradiciones formándose finalmente en la tradición de T. Krishnamacharya. Estudia en el KYM (Krishnamacharya Yoga Mandiram) en la India, donde se forma en Viniyoga y Chikitsa Krama. Es durante sus estudios en Chennai donde conoce al Srivatsa Ramaswami y comienza a formarse con él en Vinyasa Krama.

Es pionera en la enseñanza de Vinyasa Krama en España, donde imparte sus clases y cursos. Actualmente imparte la Formación de Yoga Vinyasa Krama en Barcelona.

Su interés en la meditación le lleva a iniciarse en diversas técnicas (Vippassana, Nyasa, Vedanta Advaita) .Su interés en los textos clásicos de Yoga le lleva a completar un postgrado en Sanscrito Védico por la Universidad de Varanasi y mantener un estudio continuo con diversos maestros y maestras.
Actualmente dirige el Centro de Yoga Dhara en Madrid.