El eterno dilema de la humanidad: ¿somos libres para decidir o estamos condicionas/os por fuerzas más allá de nuestro control? En muchas filosofías orientales, como el budismo y el yoga, esta cuestión se aborda a través de la relación entre el karma y el libre albedrío. ¿Nuestras acciones están predeterminadas por nuestro pasado o podemos cambiar nuestro destino? Escribe Noelia Insa.
Foto de Rojin Najafi
Por otro lado, la ciencia moderna, desde la neurociencia hasta teorías más especulativas como la «reducción objetiva orquestada» de Penrose y Hameroff, añade nuevas perspectivas al debate, cuestionando hasta qué punto es libre nuestra voluntad y en qué medida los procesos físicos subyacentes influyen en nuestras decisiones.
Este artículo explora la naturaleza de ambas fuerzas, desde el prisma de la filosofía oriental y las posturas científicas contemporáneas, para mostrar cómo, más allá de ser opuestas, pueden ser dos caras de una misma moneda.
El karma: la ley de causa y efecto
El concepto de karma se refiere, esencialmente, a la ley de causa y efecto. Cada acción, pensamiento o palabra que emitimos tiene una consecuencia. Es como lanzar una piedra al agua: las ondas que crea se extienden, afectando todo a su alrededor. El karma, entonces, no es un castigo o recompensa, sino el resultado natural de nuestras acciones, sean estas conscientes o inconscientes. Las decisiones que tomamos hoy crean las circunstancias del mañana.
Desde esta perspectiva, parece que nuestra vida está predeterminada por acciones pasadas. Si hemos sembrado negatividad, cosecharemos dificultades; si hemos sembrado positividad, recogeremos experiencias beneficiosas. Pero este principio no implica que estemos completamente a merced del karma. Aquí es donde entra en juego el libre albedrío.
¿Existe el libre albedrío o capacidad de elegir?
El libre albedrío se refiere a nuestra capacidad para tomar decisiones conscientes y voluntarias en el presente. Aunque estamos influidos por nuestro pasado, todavía tenemos el poder de elegir cómo responder a nuestras circunstancias.
Como veremos más abajo, el yoga y otras filosofías orientales enfatizan que, al cultivar la atención plena, podemos trascender las respuestas automáticas condicionadas y elegir de manera más consciente.
El aporte de la neurociencia: ¿estamos realmente tomando decisiones?
La neurociencia moderna ha reavivado el debate sobre si nuestras acciones son realmente libres. Los estudios del neurocientífico Benjamin Libet en los años 80 mostraron que el cerebro comienza a preparar una acción (mostrando un «potencial de preparación») antes de que la persona sea consciente de su intención de actuar. Este hallazgo fue interpretado por algunos como una evidencia de que nuestras decisiones están predeterminadas por procesos neuronales inconscientes.
Sin embargo, Libet también identificó un margen de maniobra en el que la mente consciente puede ejercer un «veto» y detener la acción antes de que ocurra. Esto, en cierto modo, abre una puerta al libre albedrío: aunque la acción pueda originarse de forma inconsciente, todavía tenemos la capacidad de decidir no actuar.
El enfoque de Penrose y Hameroff: la consciencia cuántica
Una perspectiva adicional proviene de la teoría de la reducción objetiva orquestada (Orch OR), propuesta por el premio Nobel de física Roger Penrose y el anestesiólogo Stuart Hameroff. Esta teoría sugiere que la consciencia surge de procesos cuánticos en los microtúbulos de las neuronas, lo que implica que nuestras decisiones podrían estar influenciadas por fenómenos cuánticos no deterministas.
¿Son el karma y el libre albedrío contradictorios?
A primera vista, karma y libre albedrío parecen estar en tensión. Si nuestras vidas están determinadas por nuestras acciones pasadas, ¿cómo podemos ser realmente libres?
Sin embargo, esta aparente contradicción es resuelta por tradiciones espirituales como el yoga y el budismo según las cuales el karma no es un destino fijo e inmutable. Aunque nuestras circunstancias actuales sean el resultado de acciones pasadas, la manera en que respondemos a estas circunstancias es nuestra. Ambas enseñan que no estamos condenad@s por el karma, sino que tenemos el poder de superarlo mediante la práctica consciente.
Desde la filosofía contemporánea, Daniel Dennett plantea un enfoque parecido conocido como compatibilismo, que sostiene que el libre albedrío no requiere una ausencia de causalidad. Para Dennett, el libre albedrío es la capacidad de actuar de acuerdo con nuestras intenciones y razonamientos, incluso dentro de un marco causal.
La toma de consciencia: el espacio entre la reacción y la respuesta
La verdadera clave para ejercer el libre albedrío está en la capacidad de tomar consciencia. El karma nos empuja a reaccionar de manera automática, basándonos en patrones que se han ido instalando a lo largo del tiempo por nuestras conductas pasadas. Sin darnos cuenta, repetimos los mismos ciclos una y otra vez, cayendo en las mismas reacciones frente a situaciones similares.
Sin embargo, la práctica espiritual nos enseña a crear un espacio entre el estímulo y nuestra respuesta. En ese breve instante de consciencia, podemos observar nuestras reacciones automáticas y, en lugar de actuar de inmediato, elegir una respuesta más consciente. Aquí radica la diferencia entre la reacción y la respuesta: la libertad se encuentra en la capacidad de darnos cuenta de esos patrones automáticos y decidir conscientemente cambiar nuestra manera de actuar.
El yoga y el budismo nos ofrecen herramientas para cultivar esta consciencia. La meditación, por ejemplo, nos ayuda a observar cómo surgen los pensamientos y emociones sin identificarnos con ellos. En lugar de reaccionar impulsivamente, aprendemos a ver nuestras tendencias kármicas y a responder desde un lugar de mayor claridad. La práctica de pranayama, como ujjayi, también juega un papel clave, ayudándonos a regular la mente y el cuerpo, creando espacio para que podamos elegir con mayor libertad cómo actuar en cada momento.
El equilibrio entre karma y libre albedrío
Al final, la pregunta no es si somos víctimas del karma o si tenemos libre albedrío absoluto. La realidad es que ambas fuerzas están entrelazadas en un delicado equilibrio. Nuestro pasado influye en el presente, pero el presente siempre nos ofrece una nueva oportunidad para actuar conscientemente y transformar el futuro.
Podemos pensar en la vida como un río. El karma es la corriente que fluye, moldeada por decisiones pasadas. El libre albedrío es nuestra capacidad para elegir cómo navegamos esa corriente: podemos luchar contra ella, dejarnos llevar sin resistencia o aprender a dirigirnos hacia aguas más tranquilas. No siempre podemos cambiar la dirección del río, pero podemos cambiar la manera en que nos movemos en él.
En última instancia, la comprensión del karma y el libre albedrío nos invita a vivir con mayor consciencia y responsabilidad. Cada momento es una nueva oportunidad para sembrar las semillas del futuro. Como enseñan las tradiciones yóguicas y budistas, al cultivar una mente y un corazón atentos, podemos aprender a actuar sin quedar atrapad@s por el karma y, al mismo tiempo, a ejercer nuestro libre albedrío con sabiduría y compasión.
Tanto las filosofías orientales como la neurociencia moderna nos invitan a replantearnos qué significa ser libres. Desde la perspectiva del yoga y el budismo, el karma no es una sentencia inamovible, sino una fuerza moldeable mediante la acción consciente. En el contexto de la neurociencia, el trabajo de Libet muestra que, aunque las decisiones pueden originarse de manera inconsciente, somos capaces de intervenir y cambiar el curso de nuestras acciones.
La pregunta fundamental que queda para cada un@ de nosotr@s es: ¿cómo usar esta capacidad para transformar nuestro destino? Cultivar la consciencia plena, reflexionar sobre nuestras acciones pasadas y actuar con intención en el presente son los pasos que nos permiten navegar entre el karma y el libre albedrío, integrando ambas fuerzas para vivir con mayor libertad y propósito.
Noelia Insa es profesora de Yoga Vinyasa Krama, formadora de profesores y escritora en revistas especializadas en Yoga. Con una amplia formación en filosofía del Yoga y como alumna del maestro Ramaswami y otros maestros del linaje de Krishnamacharya, Noelia comparte su conocimiento a través de cursos presenciales y online en Insayoga.com.
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