Notas de una alumna veterana: El bello lenguaje del yoga en boca de mis profesoras-es

2024-12-11

Hoy, tumbada en Savasana, después de una nutritiva clase de yoga, mi cuerpo flotaba abierto de par en par mientras escuchaba la voz suave de mi profesora. Sus palabras me llegaban llenas de color y de belleza. Cuánta inspiración hay en la voz de quienes viven desde dentro el lenguaje del yoga. Escribe Mercedes S., la alumna veterana.

alumna veterana

De nuevo escribí este texto pensando en los lectores y lectoras de YogaenRed. Como digo, hace poco, tras la clase con mi profesora, llegó el momento de recuperarnos en Savasana. Ella se quedó sentada con los ojos cerrados y fue hablándonos y guiándonos durante la relajación. No puedo recordar cuáles fueron sus palabras exactas, sus metáforas, sus pausas, sus cadencias, pero llenaron todo mi ser de belleza e inspiración.

Entonces me di cuenta de lo hermoso que es el lenguaje del yoga, las imágenes que emplea en sus enseñanzas, la poética y la inspiración que hay en quienes nos lo transmiten, sobre todo cuando llega el momento de la relajación final tras una sesión, en la que todos compartimos un estado de presencia y conexión tan especial.

«Observa la luz que recorre tu columna con cada inspiración, cómo inunda cada rincón de ti… Siente la caricia del aire cuando sale suavemente por tus fosas nasales… Toma conciencia del peso de tu cuerpo fundiéndose con la tierra…».

Yo creo que los buenos profesores y profesoras conectan profundamente con su propia experiencia cuando nos dan clase. Es como si hablaran desde ese lugar de sí mismos que descubrió y vive la belleza y la magia del yoga, y por eso nos transmiten visualizaciones tan inspiradas e imágenes tan creativas. Son ideas irrepetibles, improvisadas como frutos de una especie de estado de trance, de comunión con todo, en el que entran los buenos maestros cuando enseñan.

Eso es lo que me vino al corazón durante mi relajación escuchando la melodía de las palabras de mi profesora sobre las que mi cuerpo flotaba. Cuánto cuidado, esmero y dedicación ponen en su labor. Y sentí mucho amor y gratitud hacia ella y hacia todos las y los profes que he conocido y que hablaban ese lenguaje maravilloso.

Gracias, vuestras voces viven dentro de mí.

Mercedes S., la alumna veterana.